La red de agua potable del Bajo Cementerio: hay que cerrar una canilla para que otros accedan al servicio
Los vecinos padecen un precario sistema que deja a muchos sin el suministro cuando otros la utilizan. Así se percibió, y se lamentó, en momentos del incendio ocurrido hace dos semanas. Después narraron cómo se ordenan en la vida diaria.
Después del incendio que destruyó la vivienda de Hugo Cáceres, ubicada en el Bajo Cementerio, quedó latente el esfuerzo de los vecinos por intentar apagar el fuego con los escasos recursos que contaban.
Parte de ello estuvo signado por la escasez de agua, que consideraron que se trata de un servicio deficiente para todos los integrantes del barrio.
El hermano de Hugo comentó la problemática y su experiencia durante el siniestro. “Yo estuve luchando, peleando contra el fuego, metido adentro, hasta que llegaron los vecinos y empezaron a tirar de agua con baldes. Lo único que pude salvar fueron tres garrafas y alguna cosita más".
"No tuvimos tiempo para nada, porque íbamos apagando la casilla de mi casa, mientras agarraba otra casa. No sabíamos cómo hacerlo hasta que llegaron los bomberos, y mientras ellos acomodaban las mangueras, de acá salía poca agua”, indicó.
La escasez y la precariedad del sistema se hicieron evidentes. El problema principal radica en que toda la red depende de una sola cañería que recorre toda la zona. Esto significa que si un vecino abre una canilla, otros se quedan sin agua, creando una competencia por un recurso elemental.
“Los vecinos traían agua de sus casas, con el problema de que si abrían una canilla en una punta quedaba del otro lado sin agua”, le dijeron desde el barrio a Lilí Berardi en Sin Galera.
La situación se agrava en verano, cuando el consumo aumenta por el llenado de las piletas especialmente. “El agua corriente viene del puerto y todos están sobre la misma línea”, además de afirmar que si uno quiere bañarse otros deben aguardar.
“Para bañarte tenés que esperar hasta la noche, más en el verano porque los vecinos llenan la pileta. Uno tiene que estar esperando porque solo sale una gotita de agua”, señalaron.
Más allá de que el incendio fue un hecho aislado y provocó la desesperación de quienes colaboraron, expuso las dificultades del sistema, dejando en evidencia la necesidad de una mejora en la infraestructura de agua potable del Bajo Cementerio.
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