La propia policía repara los calabozos de la fuga
El Jefe Distrital confirmó que los dos presos oriundos de San Nicolás son buscados por la Brigada de esa ciudad, porque se cree que están allí. La policía local, por su parte, intenta dar con el paradero del tercer prófugo oriundo de San Pedro, Carlos Meza, pero todavía sin éxito. Mientras tanto, el personal de la Comisaría refacciona los calabozos con algunas donaciones y “fiado” en corralones de materiales pero todavía no hay respuestas de la provincia para enviar fondos ni sobre el sumario administrativo.
La última fuga de presos ocurrida en la Comisaría de San Pedro repercutió mucho menos de lo que se imaginaban. Ya no sorprende tanto que seis personas puedan extraer sin ser vistos varios ladrillos de una pared y escapar por el hueco abierto en el lapso de una media hora.
El caso es que aún hoy diez días después de ese suceso, continúa la búsqueda de tres de los prófugos que nunca fueron recapturados.
El Jefe Distrital, Inspector Eduardo Roleri explicó que el personal está abocado ahora a la investigación del paradero de uno solo de los tres, Carlos Meza, que es oriundo de San Pedro. Se cree que los otros dos, Rodolfo Peiró y Cristian Valverde, se marcharon hacia su ciudad, San Nicolás, y por eso ahora están siendo buscados por la Brigada de la Departamental con asiento en esa ciudad.
Con el trabajo dividido, la policía local se mantiene alerta para encontrar a Meza pero con mucho menos rigurosidad en la búsqueda, y sólo se aguarda la información correcta para dar con el fugado. Roleri dijo que en los últimos días se había continuado la tarea en “varios lugares” que por supuesto no son especificados, donde supuestamente Meza había estado. Por eso, se considera que en pocos días podría ser recapturado. Extraoficialmente, trascendió que la policía duda que el prófugo haya dejado la ciudad porque no cuenta con posibilidades económicas para hacerlo.
Tanto Meza como los otros dos nicoleños, están procesados en causas por robos simples y calificados. Junto a ellos, se habían fugado otros tres presos que a las pocas horas fueron hallados por la policía. Uno de ellos, Walter Martínez, tiene 20 años y está acusado de abusar sexualmente de dos jóvenes en el barrio Futuro. Los otros dos son Cristian Santillán, de 30 años de San Nicolás, y otro sampedrino, Mario Banegas.
Ni plata ni sanciones
Por ahora, además de la investigación que lleva adelante la fiscalía de la Dra. Laura Fernández, ninguna novedad derivó de la fuga de presos.
Como ya se ha explicado en numerosas oportunidades, en un caso como éste las consecuencias más graves se dilucidan hacia el interior de la policía y en el aspecto administrativo porque pueden derivar en sanciones serias para los efectivos que estaban a cargo cuando escaparon los detenidos.
“La fiscalía investiga si hubo dolo por parte del personal, algo que se descartó. Ahora se siguen las actuaciones para con los evadidos, pero la cuestión administrativa es la más complicada porque puede suponer un obstáculo en la carrera policial de los efectivos”, explicó el Jefe Distrital.
Pero aún así, todavía se desconoce que derivará del suceso y quiénes podrían ser sancionados. Se cree que al menos “el imaginaria” (guardia) que debía cuidar los calabozos y el oficial de servicio en ese momento, serán los que reciban una reprimenda pero la misma podría elevarse hasta el superior de la dependencia –en este caso el Capitán Jorge Peralta- si se considera que existió negligencia de su parte.
El sumario que internamente hizo la propia Comisaría ya se elevó pero por ahora, ni Asuntos Internos ni otra sección del Ministerio respondió.
De policía a albañil
Tampoco la respuesta de la provincia llegó con dinero para reparar el calabozo con el boquete que hicieron los presos, y por eso la semana pasada el propio personal de mantenimiento de la Comisaría inició la reparación. Como se trata de un solo hombre, lo ayuda el resto del personal policial. Roleri explicó que parte de los materiales fueron donados por ciudadanos y que el resto se adquirió con créditos en corralones que luego se pagarán cuando llegue alguna partida de la famosa caja chica. Reiteró que desde hace tiempo se le pidió la reestructuración integral de los calabozos a la provincia pero nunca hubo respuestas.
Las refacciones se están haciendo en todos los calabozos, reforzando en especial el perímetro y las paredes que dan hacia el exterior para evitar una nueva fuga. “Se hizo todo bien, por lo menos nos permite volver a utilizarlas para los detenidos”, dijo el Jefe Distrital que estuvo supervisando la obra.
“Suerte que colaboran mucho. Hubo gente que se presentó para donar 20 bolsas de cemento cuando supo lo que había pasado”; explicó Roleri.