La policía camina por los barrios conflictivos
Desde hace algunas semanas personal policial está recorriendo los barrios más complicados por el índice de delitos y por los disturbios nocturnos. Se arman delegaciones de efectivos que dejan los móviles en sectores estratégicos y caminan por el interior de los conglomerados urbanos tratando de prevenir y en algunos casos enfrentándose con situaciones difíciles.
La respuesta coyuntural a la crisis de seguridad es un patrullaje más intenso en sectores problemáticos. Quien piense en contrarrestar los problemas sólo con una detención oportuna o la disuasión preventiva ante la permanencia de grupos sospechosos se equivocará. De todos modos la sensación de tranquilidad de algunos vecinos crece al ver cómo efectivos policiales caminan entre las casas y advierten.
Los operativos dispuestos por la policía son paralelos a los habituales y consisten en rondas por el FONAVI, 104 viviendas, El Caserito, Hermano Indio, Malvinas y 2 de Abril entre otros sectores. Los recorridos entre los edificios no pueden hacerse con móviles y por eso la caminata. A veces los propios policías son los que reclaman “seguridad” porque la inferioridad numérica puede hacerlos caer en alguna emboscada cuyas consecuencias pueden ser peores que la inexistencia de estos operativos.
La zona de las 150 viviendas, tal como se publicó la semana pasada, sigue presentándose como un coto en el que algunos mandan y otros se refugian sin poder hacer una vida normal después del atardecer. La persecución de la semana pasada que terminó a los tiros y con algunos mensajes tremebundos que partían de alguien que se adjudicaba la muerte del joven Arroyo hace dos meses, provocaron pánico y no recibieron mayor tratamiento que el comentario popular.
Con mucho miedo algunos vecinos cuentan que la venta de las “tumberas” (armas precarias que pueden matar) es cada vez más frecuente y que hay quienes se encargan de venderlas y promoverlas.
“No se imagina la carnicería que se puede llegar a desatar por culpa de esa gente” comentó una lectora de La Opinión al tiempo que destacó que en el barrio se insiste con que quien está preso por el crimen de Arroyo no es el culpable.
Curtidos de miedo ya no piden justicia. Al menos piden más presencia policial y desde la fuerza se indica que estos operativos pretenden ser “preventivos y minuciosos”. Se esperan los resultados.