La política y la justicia decidirán la suerte de los embaladores
Un duelo de pequeñas porciones de poder se cruza en la sucesión de mandatos en el sindicato de embaladores. La lista que perdió y que encabezaba el actual titular del gremio presentó una impugnación por votos irregulares y la decisión definitiva la tomarán en el Ministerio de Trabajo. El sector que ganó las elecciones teme un manejo político de la resolución y se prepara para recurrir a la Justicia.
Demorará mucho la resolución de las impugnaciones presentadas tras las elecciones en el Sindicato de Embaladores. Así lo confirman representantes de una y otra lista a 10 días de elecciones que tuvieron un despliegue zonal comparable con el de una interna peronista.
La lista naranja, encabezada por Hugo Ramírez y a quien acompañan dirigentes jóvenes que son los que más se han enojado con toda esta situación, se presentó ayer en las oficinas del Ministerio de Trabajo de la Nación, delegación San Nicolás. Fueron a buscar la información que no disponían hasta el momento sobre cómo continuar reclamando que se convalide el resultado por el cual ganaron las elecciones del sindicato de embaladores. La semana pasada después de haberse impuesto 143 a 139, no pudieron asumir.
La conducción actual en manos de Miguel Arriola, ya estuvo en San Nicolás y sabe que ahora la definición estará en La Plata, en la Asociación de Entidades Gremiales que depende del Ministerio de Trabajo.
Allí se analizará la controvertida impugnación que llegó después de las elecciones y no durante las mismas. Impugnación que indudablemente fue propiciada por quienes desde las sombras mueven los hilos de un gremio que no tiene un botín tan grande como para semejante contienda.
De hecho los verdaderos embaladores, los que están trabajando o esperando tener su oportunidad, critican y muy duramente a todos los que de alguna manera han convertido a la renovación de autoridades en una batalla política con dirigentes que se juegan en el gremio un partido de otra cancha.
La intervención del Ministerio de Trabajo y una posible influencia política del sector que favorece a Arriola, preocupa a los seguidores de Ramírez, con una relación más cercana a UATRE. Es por eso que si no hay una respuesta que ratifique lo que cantó “la urna”, recurrirán a la Justicia Ordinaria para defenderse.
Una de las decisiones que con el correr de las horas tomará el Ministerio de Trabajo apunta a la continuidad mientras se resuelve el problema de fondo. Habría dos opciones: prorrogar el mandato actual o designar un delegado normalizador hasta tanto se termine la instancia administrativa.
Todo muy técnico. Mucho más que colocar en un cajón un buen durazno o una buena naranja, tarea que muchos de los que se pelean en esta batalla política, probablemente ya olvidaron.
La caja social
Actualmente los trabajadores de SEDA tienen la obra social de UATRE. De hecho, uno de los secretarios generales más recordados en los embaladores hoy trabaja para el sindicato que conduce Cecilio Salazar. No es ilógico pensar en ese respaldo para uno de los sectores que participó y de hecho muchos lo vieron manejando con un celular a algunas cuadras del gremio al concejal López, coordinando lo que en otros tiempos habría hecho desde Lavalle y Bottaro.
La posibilidad de que SEDA recupere la obra social propia y se independice de UATRE es una de las razones por las que se lucha desde la actual conducción. Sin embargo desde UATRE dicen que “no les interesa quedarse con nada que no les pertenezca” y además le dan poco crédito a la posibilidad de que el gremio con 400 afiliados pueda constituir una alternativa sustentable.