La planta de Arcor parada por primera vez en su historia
En medio de un conflicto gremial que provocaba interrupciones momentáneas en la producción, la gerencia de la planta de Arcor San Pedro, decidió suspender sus actividades. Los empleados por su parte continuarán con las asambleas diarias que mantienen en horario de trabajo. Representantes de la empresa y del gremio se reunirán este viernes en la Delegación del Ministerio de Trabajo para intentar destrabar el conflicto.
La situación en Arcor está lejos de ser un cálido y confortable clima laboral. A nivel nacional la empresa se encuentra en plena negociación salarial con los trabajadores. Por parte del Sindicato de la Alimentación se reclama una recomposición salarial de 450 pesos, ya que aducen que el incremento en los precios de los productos Arcor no tiene su correlato en el incremento salarial. El haber mínimo de los trabajadores sampedrinos es de $ 1.200 pesos.
En el ámbito local, el conflicto que mantenía la empresa con los trabajadores era porque estos últimos se reunían en asamblea durante las horas de trabajo. Orlando Noir, Delegado local del Sindicato de la Alimentación desmintió las versiones que estipulaban que las reuniones tenían una duración determinada de 2 horas o de 4 horas. Según las versiones, las asambleas no tienen una duración determinada y cuando la discusión llega a su fin, los trabajadores se reincorporan a sus puestos de trabajo. Por parte de las autoridades de la empresa esto es considerado una medida de fuerza y por lo tanto solicitaron al Ministerio de Trabajo de San Pedro que interviniera dictando la conciliación obligatoria. Esta negociación pasó a un cuarto intermedio hasta este viernes, ya que los empleados sostienen que las asambleas no pueden ser consideradas como medidas de fuerza porque están contempladas en el Convenio Colectivo de Trabajo.
Pablo Actis, Gerente de la Planta decidió suspender totalmente la producción, argumentando que operar con interrupciones espontáneas es peligroso para los obreros y para la población en general. Según su versión, reanudar las tareas de estos, las líneas de producción de alcohol y aceite tarda entre 6 y 7 horas, por lo que no se puede detener el funcionamiento con tanta frecuencia ya que el daño en los equipos y en la salud de todos sería gravísimo. En un día de funcionamiento normal, la planta de nuestra ciudad produce aproximadamente 70.000 litros de alcohol y más de 25 toneladas de aceite. Al día de la fecha, el gerente expresó que cuenta con 15 días de stock para cumplir con todos los contratos firmados tanto a nivel nacional como internacional. Si la medida se extiende o profundiza, comenzarán los problemas serios.
¿Cómo sigue?
El conflicto tiene varias aristas con sus respectivos factores a resolver en pos de destrabar la situación. Por un lado la recomposición salarial que demandan los trabajadores, sosteniendo asambleas constantes durante sus horarios de trabajo, que no recibe ninguna respuesta por parte de la empresa que, según su opinión, están pagando salarios justos y acordes al mercado. Por otra parte, Arcor destaca que pierde dinero con esta decisión y que no es la única planta donde se decidió suspernder actividades. Una suspensión de funciones similares existe en una planta de la Ciudad de Córdoba de mayores dimensiones. Y el tercer factor y quizá sea tan importante como los anteriores, pero en el que no muchos reparan es la peligrosidad que reviste un mal funcionamiento de la planta para los habitantes de San Pedro.
Hay que recordar que faltan dos meses para que se inicien las negociaciones partidarias dispuestas por el Ministerio de Trabajo, motivo por el cual quedará en manos del ya histórico Rodolfo Daer, encontrar una solución para proteger y defender a los trabajadores preservando la producción.
Desde que la planta se instaló en San Pedro, jamás estuvo paralizada y tal vez, sea el precedente de una actitud más dura por parte de la industria para con el Gobierno Nacional, que ya ha obligado a consumir menos energía, no utilizar el gas y otras situaciones que han llevado a que la inflación la paguen los propios obreros.
La ética empresarial está demasiado discutida en la Argentina y sería más que saludable que la mutante opinión de los principales polos de producción, sea más honesta que el cómplice silencio que mantienen por miedo a las represalias del temido Guillermo Moreno. Es extraño que hayan combatido a capa y espada a todos los gobiernos y que a éste, le obedezcan con una mansedumbre que como siempre, cuando se tensa la línea termina perjudicando a la ciudadanía y por supuesto, a los obreros. Al menos, hasta ahora, no se ha visto que ningún dirigente gremial de peso o empresario de empresas de la magnitud de ARCOR, estén fundidos. Todo lo contrario, les va bien, muy bien.
Igual que en Río Cuarto
La peligrosidad de la planta radica en uno de los materiales que se utiliza para la refinación del aceite, el hexano. Este hidrocarburo líquido es altamente inflamable y se utiliza para hacer la extracción del germen del maíz. Fue este mismo líquido el que provocó hace algunos meses atrás la explosión y el posterior incendio en la Universidad de Río Cuarto que contenía en su interior varios bidones de hexano con alrededor de 40 litros. En la planta de Arcor se utilizan miles de litros de hexano por día lo cual pone de manifiesto que cualquier inoperancia o falta de control puede producir una tragedia de características incalculables.