La oposición no aprobó las cuentas y cuestionó la administración de los fondos públicos
Anticipadamente, porque todavía quedaban dos semanas hasta cumplir el plazo máximo previsto por la Ley Orgánica para tratarlas, el bloque oficialista impuso su mayoría y logró que se aprobaran las cuentas del ejercicio 2005. La distribución de la publicidad que contrata el gobierno fue para los concejales del Frente para la Victoria, más importante que otras falencias que también se denunciaron pero sin tanto esmero. Ellos y los concejales del PJ denunciaron que no fue fácil revisar las cajas con la documentación y consideraron el apresuramiento como una señal que podría encerrar “algo que ocultar”. La contratación de abogados adicionales a la Asesoría Letrada, la economía expuesta en cuentas como las del SAF y las reiteradas adecuaciones presupuestarias fueron objeto de críticas. Aunque suponen que no habrá respuestas, podrían presentarse pedidos de informes específicos sobre los asuntos más controvertidos.
Desde la época en la que la concejal Ester Noat, en los primeros años del gobierno de Barbieri gritaba desde su banca “¿Cómo hicieron para llegar a semejante desastre?”, no se habían vuelto a registrar sesiones en las que el análisis del gasto fuera medianamente minucioso.
La sesión del miércoles pasado, anticipada por el feriado del 25 de Mayo expuso las dudas que se venían cocinando desde semanas atrás, en parte originadas por los concejales opositores que con absoluto derecho investigaron hasta donde pudieron, y en otra gran medida, respondiendo a las sugerencias y comentarios de sectores que le cargaron política a cuestiones de otra índole.
Lo primero que quedó claro cuando se incluyeron “las cuentas” fuera del Orden del Día, fue el apuro que demostraba el bloque radical y por su intermedio el gobierno de Barbieri. En la previa, muchos pensaban que detrás de esta maniobra existía un deseo de acelerar los tiempos, para evitar que la búsqueda de información de la oposición fuera demasiado profunda. Otros, simplemente consideraron que ante la sucesión de desencuentros entre el gobierno y un sector opositor (sobre todo después del juicio por malversación de fondos), este tratamiento anticipado era un “pase de facturas”.
Los concejales radicales no dieron mayores detalles y los funcionarios “esperaban” que se dieran las cosas tal como sucedieron. Las cuentas entraron en la sesión y cuando se pidió el tratamiento sobre tablas, llamativamente los concejales del PJ también interesados en una revisión detallada, votaron en contra, pero no consiguieron el acompañamiento del bloque del Frente para la Victoria que sí las aceptó para discutir de una buena vez en sesión, los temas que se creían importantes.
El análisis
Lanzado como el vocero de la oposición más dura, el concejal Luis Gil presentó diferentes cuestionamientos que tuvieron su clímax cuando llegó a la publicidad que gastó el Ejecutivo durante 2005. Sobre este tema puntualmente y considerando que detrás de los comentarios también hay una clara alusión a La Opinión y La Radio, se avanza en otra sección de esta nota.
Leer el Presupuesto y después la Rendición de Cuentas no es simple para nadie. Solo buceando entre las facturas de las diferentes áreas y comparando totales presupuestados y totales ejecutados se pueden encontrar datos para resaltar. Y está claro. Cuando se busca se encuentra, pero la definición de la búsqueda y la intencionalidad de la misma genera conclusiones variadas.
La primera acusación que se hizo partió de algunos movimientos que se fueron dando a raíz de las readecuaciones que se trataron a lo largo del año. Hechos que cuando son explicados por los funcionarios de Economía tienen como pilar argumental, las remesas de coparticipación que a veces llegan mucho después de que se hayan tratado presupuestos y gastos. Los concejales del FPV fueron categóricos: “presupuestar 20 millones para gastar 35 millones, y luego decir que hay superávit es administrar mal”.
Pero fue tanto el énfasis que se le puso a la denuncia del reparto desigual de la publicidad y a la defensa que se intentó sobre esto, que cuestiones de fondo quedaron soslayadas.
La ampliación del presupuesto en un 73% es un dato que surge de comparar lo que finalmente se gastó en el ejercicio 2005 con relación a lo que se había presupuestado. Esto explica también un presupuesto más abultado para el 2006 con altas probabilidades de un gasto superior, demostrable cuando se rindan las cuentas.
El análisis de las cuentas (y el debate) fueron propuestos por concejales que llegaron al Poder Legislativo sobre el final del ejercicio cuestionado y no tuvieron un acompañamiento similar de los concejales opositores que ya venían trabajando. Es más, para el bloque del PJ, las escasas dimensiones del lugar en el que se analizaron las cuentas y las complicaciones horarias fueron tan importante como los “números rojos”.
Indudablemente los concejales hicieron el trabajo que debían hacer y encontraron “perlas” interesantes.
Con papeles suficientes como para hablar toda la noche y algunos inoportunos problemas en el sonido que complicaban sus alocuciones, el concejal Gil arrancó remarcando que si el Ejecutivo “había contemplado una inflación del 10%, haber incrementado el presupuesto en un 73% es llamativo”. Reconoció el sangrado que provoca la palabra superávit cada vez que se emplea y cuestionó la forma en la que se llega a ese resultado. Dijo Gil que “en el último mes del ejercicio se incrementaron el presupuesto en algo así como 12 millones de pesos, más del 50% en los últimos 30 días y que lo hicieron a través de una ordenanza y a través de dos decretos. Los últimos dos decretos en el último día presentaban un aumento de alrededor de 8 millones”.
Cuentas poco claras
Los concejales del Frente para la Victoria plantearon que entre los papeles que se encontraron con situaciones llamativas en la contratación de servicios extra para la Asesoría Letrada y en la elección de hoteles en los Torneos Bonaerenses.
Con relación a la Asesoría Letrada detectaron una factura de 12 mil pesos pagada para una asesoría especializada en el juicio que se le sigue a la Municipalidad y a algunos de sus funcionarios en el caso Martínez Sobrado.
También se objetaron los gastos hechos para la contratación de hoteles en los Torneos Juveniles Bonaerenses. El concejal Luis Gil que además posee una agencia de turismo y conoce del tema dijo que se pagaron precios elevados para la temporada y para los servicios que se tomaron.
También del análisis hecho por los concejales del Frente para la Victoria surge por ejemplo que “se ahorró dinero” en sectores en los que no era necesario hacerlo. Remarcó el caso de Red Vial en donde se gastó de menos en combustibles y se preguntaron ¿qué obras se dejaron de hacer? La diferencia entre lo que se presupuestó y lo que se gastó es de 50 mil pesos.
SAF
Con relación al SAF se resaltó un saldo favorable de 300 mil pesos como algo llamativo. En sesión Gil dijo que se hizo economía con la comida destinada a los más necesitados “para mantener el superávit”. También disparó contra las cuentas con afectación especial y entre ellas el fondo de OSBA que tenía un saldo favorable (¿por cosas que se dejaron de hacer?, preguntó) y que se incrementó con adecuaciones sobre el final.
En este sentido hay que aclarar que el Concejal no se ha tomado mucho trabajo para entender a qué obedecen los fondos cuyos destinos están atados a su creación. El dinero que se retiene en esa cuenta (OSBA) debe utilizarse para el funcionamiento o la creación de una planta depuradora. Se define como “fondo especial” y sólo en una ocasión, el monto acumulado fue desviado a otras cuestiones. Para quienes tienen mala memoria, La Opinión les recuerda que ese dinero fue utilizado en la emergencia y contó con la aprobación de oficialismo y oposición, pero… nada de lo que se recauda en cuentas de afectación especial puede destinarse a otro fin que no sea el que originó su creación. Por sólo citar un ejemplo, el Fondo de Obras Públicas Comunitarias que se recauda en conjunto con la Coopser, solo puede ser utilizado por voluntad expresa del Comité que lo administra aunque esté depositado en una cuenta municipal.
Hay una indudable ausencia de imaginación y modernización en la elaboración de los presupuestos y no parece simple un cambio profundo sobre todo en el cálculo ajustado contemplando las diferencias de año. “Se calcan y después se corrigen” dicen los que entienden del tema.
Los concejales buscaron en cuestiones de contrataciones de servicios, publicidad y algunas cuentas, pero en lo que más interesados estaban era en la devolución de gentilezas hacia el gobierno local por las dudas emanadas desde el bloque oficial por la “prensa paga” a nivel nacional.
Tal vez, indagando en los números más allá de las intenciones se encuentren otros “agujeros” investigables que tengan tanta o más incidencia en el presupuesto y en el gasto.
La publicidad
La Opinión fue como desde hace tiempo el único medio gráfico que participó de la sesión y La Radio, también como desde hace tiempo, fue el único medio que transmitió sin interrupciones el debate generado antes de la votación.
La defensa de los concejales radicales y en especial del concejal Pablo Zeme que presentó una lista que se publica en esta nota le puso demasiado énfasis a cuestiones que llegado el momento cada uno de los aludidos debería explicar, si es que considera que debe hacerlo.
El tenor de la defensa estuvo cargado de una preocupación excesiva que probablemente invita a indagar un poco más en detalle para ver si las cosas son como las pintan.
El concejal Luis Gil habló reiteradamente de los planteos hechos por una asociación de medios locales y legales, denunciando discriminación por parte del Ejecutivo. Seguramente han llegado a oídos de los concejales denuncias por discriminación en la puerta de las discos, en las escuelas, en el hospital y hasta en la administración de planes sociales y de viviendas, pero ninguna, evidentemente, tenía el sabor de la que los titulares de medios prefirieron drenar a través del bloque más opositor del HCD. Raro, porque es evidente que cíclicamente muchos han tenido el picaporte de la puerta del despacho del Intendente más a mano que otros y no debería haber razones para que no fueran atendidos como corresponden y merecen, siempre que pretendan un aporte a cambio de algún servicio.
Gil dijo textualmente en la sesión: “En una reunión mantenida con la nueva asociación de medios de comunicación me dijeron que se sienten discriminados por el DEM. Es un sentimiento y así me lo hicieron saber. Por la poca propaganda y publicidad que reciben de este DEM”. El concejal ubicó esta inquietud en un contexto marcado inicialmente por el bloque oficialista cuando sesiones pasadas pidió que se cuestionara el manejo publicitario del gobierno nacional. La reacción del FPV fue: “Y por casa como andamos?”.
Gil dijo que los medios legales en algunos casos reciben 200 pesos por mes y Zeme contragolpeó con una lista que incluyó algunos gastos y excluyó otros. El debate no fue demasiado específico sobre qué se compra y qué se vende con la publicidad pero sí tuvo alguna frase poco feliz que se sintetiza en que “si los medios locales no se sienten respaldados por la publicidad oficial no pueden cubrir los actos y anuncios que se hacen desde el gobierno”. El concejal remarcó que hay algunos manejos desprolijos de facturación publicitaria: “Un medio me dijo que está facturando la publicidad del 2004 porque se perdieron sus boletas”. Ese dato no pudo ser contrastado con información oficial, pero efectivamente determina una situación anormal. Después de detallar partida por partida, el concejal Zeme concluyó en que sobre un presupuesto de 153.000 pesos, se gastaron 129.000, con lo cual “se ahorraron 24 mil pesos sobre lo presupuestado en publicidad”.
Podría escribirse un manual de usos y costumbres en el periodismo local con la historia particular de cada medio, pero es bueno confiar un poco en la memoria de quien lee y quien escucha para evitar un descenso aún más miserable en esta discusión.
En la misma sesión…
No todo fueron cuentas en la última sesión del HCD y en el orden del día se trataron otros temas importantes.
Se aprobó finalmente el trámite que venía cursando el proyecto Altos de San Pedro Village Club y Club Náutico de la Ribera tendiente a iniciar la construcción de un ambicioso complejo turístico ubicado en la cresta de barrancas a la vera del Camino a Vuelta de Obligado. Dentro de los temas turísticos relevantes también se devolvió al Ejecutivo el proyecto para la cesión del polémico terreno ubicado entre el Camping Safari y América a una empresa interesada en la construcción de una guardería náutica. Los empresarios confirmaron, tal el anticipo hecho por La Opinión, que esperaban esta definición para decidir la inversión en otra zona. Los concejales recomendaron que se busque con el Ejecutivo otro lugar para dar por terminada la preocupación planteada por los vecinos de América. El bloque del Frente para la Victoria también cargó munición gruesa para preguntar si el gobierno municipal está haciendo algo con las campañas de educación vial que tanto se necesitan y preguntaron si existe un convenio firmado con el Automóvil Club. En esta misma edición queda claro que recién ahora el Intendente le está pidiendo ese acompañamiento al Automóvil Club de San Pedro y a los propietarios frentistas de locales situados en la base de la Tribuna del Estadio General José de San Martín, para que procedan a la limpieza, pintura y adecuada presentación pública de los mismos, y se logró a través de un proyecto conjunto de los concejales santalucenses, Rodolfo Trelles del PJ y Laura Vázquez de la UCR una modificación a las normas que determinan el funcionamiento de los criaderos de pollos.
La lista
Sin mencionar los nombres de los medios,
fue enunciado el listado de inversiones publicitarias anuales. Estas son las cifras (La Opinión y La Radio, lo corroboran con su resumen de facturación).
Radio 1: $ 10.400 anuales
Radio 2: $ 4.370 anuales
La Radio 92.3: $ 5.116 anuales
Radio 4: $ 1.850 anuales
Radio 5: $ 1.825 anuales
Radio 6: $ 3.000 anuales
Radio a nivel nacional: $ 12.000 anuales
La Opinion: $ 12.215 anuales
Periódico 2: $ 11.950 anuales
Periódico 3: $ 5.460 anuales
Productora de prog. televisivos: $ 9.100 anuales
Noticiero televisivo: $ 989 anuales