La nueva conducción del gremio de patovicas promete más y mejores controles
Sandro Chirino es el nuevo Secretario General del Sutcapra. El lunes fue puesto en funciones en La Plata y el viernes habrá un acto de apertura de local, sobre calle Ayacucho, al lado del centro cosmopolita. El sucesor de Pablo Casas aseguró que buscará darle “otro perfil” al sindicato.
El Sindicato Único de Trabajadores de Control y Permanencia de la República Argentina (Sutcapra) tiene en la región (desde Baradero a San Nicolás, incluyendo Arrecifes y Capitán Sarmiento) un nuevo Secretario General. Se trata del sampedrino Sandro Chirino, que el lunes fue puesto en funciones por el titular nacional de ese gremio, Leandro Nazarre.
El viernes habrá un acto de presentación formal e inauguración del local, que funcionará sobre calle Ayacucho, pegado al Centro Cosmopolita, en la zona de influencia de Uatre, Osprera y el Partido Fe, con el que el Sutcapra tiene relación política.
Nazarre vendrá personalmente a presentar a su nuevo representante local y a anunciar la forma en la que trabajarán en la ciudad y la región, luego de algunas situaciones que derivaron en denuncias y acusaciones contra el exresponsable local, Pablo Casas.
“Venimos a defender a los trabajadores, hacer hincapié en la capacitación y acompañarlos en lo que necesiten para defender sus derechos y regularizar la situación en donde sea necesario”, aseguró Chirino en diálogo con La Opinión.
Relanzamiento gremial
El Sutcapra tuvo su representación en San Pedro, como se dijo, con Pablo Casas a la cabeza. Apenas comenzó su tarea, el sindicalista procuró que los locales nocturnos se ajustaran a la ley, aunque luego hubo diversas situaciones que derivaron en su salida, con enojo de Nazarre incluido.
La Opinión dio cuenta en varias oportunidades de la problemática interna de este gremio, donde hubo denuncias de persecución, amenazas, discusiones varias y un pedido de intervención a Nazarre, firmado por más de 30 trabajadores del sector, que aseguraba: “Para lo único que está (el Secretario General de ese momento) es para lucrar a expensas de los trabajadores de esta ciudad”.
Ahora, Chirino promete “darle otro perfil” al sindicato y entablar “canales de diálogo” con los empresarios de la noche, bajo la intencionalidad de que los trabajadores vean respetados sus derechos y los concurrentes a los locales puedan sentirse seguros.
“Vamos a iniciar un proceso para que la regularización sea una realidad, creo que vamos a llegar a buen término”, sostuvo el sindicalista, quien anticipó que habrá un relevamiento cuya información será enviada al Ministerio de Trabajo para que disponga inspecciones sorpresa, de manera tal de garantizar el cumplimiento de los requisitos para el personal que se desempeña en esas tareas.
“Vamos porque el trabajador de admisión y permanencia esté registrado como corresponde, con el salario de convenio, la obra social y los derechos que le asisten”, indicó Chirino y analizó: “Tal vez a los dueños no les va a gustar la situación, al principio, pero vamos a hablar para que regularicen, les vamos a dar una posibilidad. No vamos a apretar ni a matonear, como han hecho otros, vamos a dialogar”.
Un trabajo regulado
La ley provincial 13.964 creó el registro de patovicas y dio un marco de regulación a un trabajo que lo necesitaba, sobre todo ante los reclamos de familiares de víctimas de personas agredidas por personal de seguridad en boliches.
Desde su sanción, para ser trabajador de control de admisión y permanencia hay que cumplir con una serie de requisitos: educación obligatoria aprobada; certificado de antecedentes y reincidencia carcelaria, por un lado, y de aptitud psicológica, por otra; no ser miembro de fuerzas armadas, de seguridad, policiales, del servicio penitenciario u organismos de inteligencia, o haber sido exonerado de alguna de ellas. Durante el desarrollo de sus tareas no pueden beber alcohol ni portar armas.
En San Pedro, como en muchas tantas otras partes del país y la provincia, hay cierta flexibilidad en los controles de estos requisitos. De la misma manera, y para garantizar trabajo a quienes no los cumplen, esa flexibilidad se traslada al cumplimiento por parte de los empresarios de lo que tiene que ver con el respeto de convenio y la escala salarial vigente.
“El requisito es tener la credencial, así que vamos a capacitar a la gente para que haya personal formado”, aseguró Chirino a este semanario. Trabajador del sector él mismo, señaló: “Nos han pasado muchas cosas, a veces quedamos a la buena de Dios; merecemos recibo de sueldo, salario por estatuto, nuestra obra social, como corresponde”.
Además, sostuvo que es necesario garantizarle seguridad al concurrente. “No queremos que el mal llamado patovica sea mal mirado, al contrario, queremos que le genere confianza a la gente”.
En ese sentido, agregó: “Que tenga buen trato, que quien vaya a bailar lo tenga casi como un amigo más; que intervenga en lo que tiene que intervenir y con la responsabilidad que corresponda, con las medidas de seguridad y la capacidad para brindar primeros auxilios, etc.”.