La noche, sin límites en materia de agresiones y enfrentamientos
Los incidentes que se producen los fines de semana a la madrugada en el centro son moneda corriente, a pesar de los controles. La problemática no encuentra solución y Manchone se reúne periódicamente con los dueños de boliches para que colaboren. Inspección, Policía y GAD recorren, pero el fenómeno que mezcla alcohol y violencia no cesa.
Los enfrentamientos entre grupos y las agresiones a distintos jóvenes siguen siendo una constate en la noche sampedrina. Durante los últimos fines de semana fueron varios los casos advertidos por vecinos que asisten azorados a una problemática que crece sin parar.
La violencia volvió a ser protagonista de la madrugada, principalmente los viernes y sábados. Lo peor es que cada vez se cruzan los límites de lo conocido: no hay edades ni sexo que los distinga; varones y mujeres se agreden sin ningún tipo de reparo.
La mayoría de los casos comienzan adentro de los locales de diversión nocturna, donde el consumo de alcohol en exceso es parte de las prácticas culturales de las juventudes e incluyen a menores de edad, aunque su presencia esté prohibida en ese tipo de comercios. En general, afuera de los establecimientos el descontrol es mayor y cada vez más grave.
A ello hay que sumar la gran cantidad de comercios del rubro que a pesar de sus estructuras precarias logran ser habilitados bajo la figura legal que les convenga.
Después, en la madrugada cualquiera hace lo que mejor le plazca o lo que mejores dividendos le comporte. Ello implica que haya constantes quejas por parte de aquellos que se preocupan por brindar un servicio de calidad en materia de sonido, entretenimiento, seguridad e instalaciones, lo que aumenta su inversión y, a juzgar por sus rezongos solapados, reduce sus ganancias a costa de quienes llenan cada noche sin cumplir con la normativa vigente y sin que haya controles exhaustivos como se habían prometido. Como ejemplo puede citarse el de Ulula al que todos conocían bajo el nombre de Nexo e Ibiza.
Todos contra todos
Uno de los tantos episodios relatados a La Opinión por testigos presenciales sucedió la semana anterior en un comercio del rubro ubicado sobre la calle Pellegrini, en pleno centro. Un joven terminó desmayado de la golpiza que le propinaron otros, que también salían del lugar.
Como no les alcanzó, en la calle siguieron las agresiones. Tal fue la batahola que hasta un grupo de mujeres jóvenes que salieron en defensa del agredido fueron golpeadas en medio de tanta confusión.
“Fue terrible cómo le pegaron a ese chico”, dijo una persona que ocasionalmente pasaba y vio lo que sucedía. “Andaban la policía y los de Inspección, pero qué pueden hacer ante tanta locura”, se preguntó la vecina.
Esa misma noche, seis jóvenes, varones y mujeres, también resultaron heridos cuando cayeron de las motos en las que viajaban. Tres en cada moto “jugaban” a empujarse, en pleno centro y en marcha, hasta que les falló “el cálculo” y cayeron al piso, lo que les provocó heridas de poca consideración pero, por la magnitud y el tipo de accidente, podría haber terminado en una verdadera tragedia.
Golpes y puntazos
Juan Ortiz, de 23 años, fue atacado por un grupo de desconocidos que lo sorprendieron cuando regresaba de un boliche en la madrugada del domingo. El hecho sucedió en inmediaciones de Miguel Porta y Aulí.
El joven caminaba solo cuando de repente y sin mediar palabra varios sujetos, entre los que habría algunos menores de edad, comenzaron a golpearlo. Ortiz fue sorprendido por la espalda, cayó al piso y en medio de todo tipo de golpes recibió un profundo corte en el cuello que de milagro no le afectó la yugular.
Los agresores se dieron a la fuga y la suerte de la víctima hubiera sido otra si no fuera por la intervención de dos jóvenes mujeres que pasaron por el lugar y lo auxiliaron.
Juan Ortiz fue trasladado hasta la guardia del Hospital, a dos cuadras de donde se produjo el hecho, y para sanar el corte recibido le aplicaron nueve puntos de sutura.
“El consumo de alcohol es preocupante”
Consultado para esta página, el Director de Seguridad, Tránsito y Nocturnidad explicó cuál es la tarea que desarrolla su área durante los fines de semana en la zona de los boliches.
Indicó que trabajan cuatro personas los viernes y seis los sábados, que comienzan cada día a las 24.00. Durante la noche recorren el centro en los móviles, hacen controles de alcoholemia y pasan por los locales nocturnos para constatar que no hay exceso en el volumen de la música.
“A las 5.20 empezamos la recorrida con dos y tres móviles para que corten la música, prendan las luces y salga la gente. Hemos hecho montones de infracciones porque no cortan la música a horario”, señaló.
Manchone aseguró que “siempre hay discusiones con los bolicheros” y que mantuvo una reunión semanas atrás donde hubo una “charla fuerte al respecto” por lo que “se está acomodando”. En ese sentido, aseguró: “Los controles con los bolicheros están aceitados, estamos trabajando constantemente para que cumplan con la normativa”.
Sobre las peleas en la noche, señaló: “El personal recorre cada boliche junto a policía por si hay alguna riña. Los fines de semana está viniendo el GAD de apoyo. Hay recorridas policiales con dos móviles, que se intensifica a la hora de cierre. El personal municipal se queda hasta pasadas las 7.00 de la mañana y tienen orden de dar aviso a la policía”.
“Cuando hay alguna riña dentro de los boliches, los de seguridad los sacan afuera, donde sigue la pelea. Les pedimos que eviten que ambas partes estén juntas en ese momento, porque si no el problema sigue en la calle”, explicó.
Manchone sostuvo que el consumo de alcohol es un fenómeno que le preocupa. “Lo que veo alrededor de las 2.30 de la madrugada, cuando van a los boliches, es que ya vienen alcoholizados desde las previas, es un fenómeno social difícil de controlar, hay que hablar mucho con los padres, es una tarea muy compleja de resolver. Me preocupa lo que veo sábado a sábado, cómo llegan alcoholizados a los boliches, chicos y chicas”.
Un proyecto para la seguridad en los eventos
El Director de Seguridad, Tránsito y Nocturnidad Raúl Manchone trabaja junto a otros miembros del Ejecutivo y la madre de una víctima de la inseguridad en un local de eventos nocturnos en un proyecto de ordenanza que permita brindar elementos de contención para quienes concurren a ese tipo de lugares.
“Estamos trabajando con todo lo que es la seguridad perimetral y de las personas, no siniestral del local de eventos en sí, en materia edilicia, ya que de eso se ocupa
Bomberos de San Nicolás, lo que nosotros queremos legislar es desde el alambrado hasta la puerta”, anticipó el funcionario a La Opinión.
El proyecto abarcará lugares con espacio abierto, como ese mismo donde fue atacada la adolescente cuya madre colabora con la idea, ya que existen varios emprendimientos similares en el distrito que ameritan algún tipo de regulación.
El plan es establecer medidas de seguridad como la existencia de un alambrado perimetral; una recepción en la entrada para que quien llegue sea recibido en un lugar cerrado por personal de la empresa; cámaras de seguridad; iluminación que vaya desde adentro del edificio propiamente dicho hacia afuera, para evitar que los extraños vean qué sucede en el interior; personal de control cada cierta cantidad de metros cuadrados y personas; entre otros puntos.
“Estamos estudiando legislación de otras ciudades y la vamos adaptando a nuestra realidad, con la vivencia de este caso como modelo para prevenir que no vuelvan a suceder este tipo de cosas”, explicó Manchone.