La Municipalidad “salvó” el honor de un beneficio
La iniciativa de un particular que realizó una profusa campaña de difusión para organizar un partido a beneficio del Hospital y el Instituto Sarmiento, concluyó con una intervención urgente de la Municipalidad que monitoreó y resolvió el cumplimiento de lo prometido para brindar la atención que merecían un grupo de periodistas y ex jugadores. Hasta unas horas antes, todo estuvo a punto de suspenderse. Los invitados se fueron contentos y muchos empresarios hicieron aportes para salir del apuro. Al Estadio fue poca gente y las instituciones no recibieron un peso. Después del episodio el empresario salió a vender rifas por una pelota que firmó hasta el Intendente y hasta el momento nadie lo desacreditó.
Un almuerzo que se terminó de armar el mismo sábado a pesar de que se vendían tarjetas a 60 pesos desde varias semanas atrás; el anuncio de rutilantes figuras (de las que sólo vinieron algunas) y una masiva campaña a beneficio para el Hospital y el Instituto Sarmiento que pusieron su nombre y no tomaron los recaudos pertinentes para no ser burlados, formaron parte de un gran show montado en la mañana del sábado, después de una larga promoción que con sus desprolijidades, avisó sobre los riesgos.
Un particular, ex jugador de fútbol y con gran habilidad para trabar relaciones con la gente y mencionar a otros sin siquiera haberlos llamado antes, hizo gala de sus contactos para armar un partido a beneficio en el que todo el tiempo buscó gloria personal, apoyándose en las instituciones que prestaron su nombre (una vez más) para darle legitimidad a un proyecto confuso.
El empresario, en medio del partido jugado el sábado con algunas figuras de la televisión y ex futbolistas dijo que estaba muy feliz por haber contado con la presencia, entre otros, de Lalo Maradona. “Esto es gloria” repetía y le dedicaba a los que “no confiaron” todo lo conseguido.
Mientras hacía esto, desde los celulares de la Municipalidad varios funcionarios se aseguraban de que la cadena de favores que había armado el Sr. Artesi no se cortara dejando mal parada a la ciudad. Así lo interpretaron y por eso actuaron, cubriendo las falencias de un personaje que aún hoy no se hace cargo de lo que generó, y del mal precedente que sentó para cualquier otro proyecto en el que se pida colaboración.
“Yo le hice un favor a San Pedro”
Emocionado con la respuesta de circunstancia que dio Lalo Maradona al decir que el año que viene lo traería al “10”, Artesi hizo relaciones públicas y se adjudicó hasta negocios e inversiones que llegarán a San Pedro gracias a este emprendimiento.
Mientras tanto, por teléfono, los funcionarios preocupados por lo que vendría se aseguraban el pan, el hielo y todo aquello que el empresario había dejado “sin cerrar” a pesar de que vendió tarjetas para un almuerzo al que además invitaba a muchos gratis, sin hacerse mayor problema.
Artesi, indudablemente con muchas relaciones, logró que algunas figuras viniesen. Efectivamente y con la mejor intención, muchos de los ex jugadores y periodistas, habitualmente toman estas escapadas como una salida divertida y caritativa, y en ese marco respondieron. El empresario se había presentado para invitarlos (según sus dichos) con una tarjeta del Intendente y con el respaldo de la Cooperadora del Hospital y del Instituto Sarmiento que, a la sazón, se enteró el martes de la semana pasada que también sería destinatario del “beneficio”.
El partido fue una anécdota. Hubo muchas fotos para el álbum, unas pocas personas y una mínima cantidad de entradas vendidas.
Ante la pregunta sobre los resultados, el empresario respondió: “Qué quieren si la gente de San Pedro no fue”. Además criticó a los jugadores locales convocados para el partido porque llegaron tarde viviendo a 10 cuadras.
En el desarrollo del partido circuló una pelota que firmaron los presentes y hasta el Intendente.
Barbieri, como cualquier otro funcionario lo habría hecho, puso su rúbrica feliz, imaginando un sorteo que agregaría más beneficios al Hospital o al Instituto.
Lamentablemente se equivocó: la pelota se rifa a beneficio del propio empresario “para salvar los gastos que le generó el evento”.
El martes por la mañana ante los cuestionamientos que sólo una parte de la prensa se atrevió a formularle, contragolpeó con más citas de apoyo de prestigiosos empresarios sampedrinos y remató su parlamento diciendo: “Yo le hice un favor a San Pedro”.
Entretelones
El empuje y la habilidad desplegadas por Artesi lo convirtieron en un personaje que terminó generando discusiones entre los propios sampedrinos. Muchos dicen que por su locuacidad “merecería ser funcionario”.
Otros, lamentaron que haya logrado con castillos en el aire lo que muchos con los pies en la tierra no consiguen.
Trascendió, se vió y se escuchó el mismo sábado a la mañana que altos funcionarios municipales intercedieron para asegurarse el acompañamiento del concesionario de Cooproyco para entrar, y acordaron con varios empresarios gastronómicos locales la provisión de buena parte de lo que hacía falta para armar el almuerzo. El empresario sólo había conseguido y pagado algunas cosas y en otros casos había hecho reservas a nombre propio o de la Municipalidad sin autorización.
La intervención de la Municipalidad, según reconoció el Secretario de Gobierno Juan Almada, “fue para salvar el nombre y el honor de San Pedro”, pero llamativamente después de cubrirlo, limitaron sus cuestionamientos a reuniones privadas sin aceptar públicamente que se estuvo al filo de un papelón. Peor aún: se enojaron con quienes vieron cómo se desarrolló todo y después lo contaron con rigurosas certezas.
Después de todo, queda pendiente, para los vecinos de San Pedro, una enérgica reacción que explique por qué se le permite a un particular vender un objeto firmado por el máximo funcionario municipal a beneficio propio, cuando cualquiera que organiza una rifa debe realizar infinitos trámites para ser autorizado.
Para analizar
El estilo del empresario, mencionando a gente conocida como “padrinos”, incluyó varias veces al propio Intendente quien se mostró muy preocupado con todo lo previo al partido y se ocupó personalmente de dejar aclarado que la Municipalidad no organizaba el evento. Sin embargo no se reaccionó a tiempo al menos con un bozal que evitara el mal uso de influencias.
De Barbieri, Artesi hasta salió a decir “que iba a atajar” y al final tuvo razón porque el Intendente y algunos de sus colaboradores terminaron parando una pelota difícil.
Artesi también imprimió logos de comercios que no habían autorizado nada y que se encontraron en algunas entradas para otorgarle mayor fuerza a su campaña.
Con muchos conocidos, mucha suerte, y una tierra fértil para apuestas, el partido a beneficio organizado por Artesi fue, a priori, gloria para él y desgaste innecesario para la Municipalidad.
Del beneficio para las entidades, la causa que efectivamente movilizó a los periodistas y ex jugadores, no quedó nada. De todos modos, la sensación de los días posteriores dista mucho de ser la que se hubiese generado si algún sampedrino conocido hubiese encarado una empresa de este calibre. El lunes en algunos medios hablaron “bien” de Artesi y de San Pedro. Sin embargo, para que esto terminara bien hubo esfuerzos importantes que por alguna desconocida razón cubrieron a un personaje sumamente extraño que salió indemne generando indignación y replanteos sobre límites, hipocresía y vergüenza. No faltó el que después de escucharlo dijo: “Este tipo es un fenómeno”, y sí esa es la sensación definitiva, el camino no nos lleva al mejor lugar.
Cara y seca
A la hora de anunciar invitados, en el papel manuscrito de Artesi estaban: Macaya Marquez, Marcelo Palacios, Juan Manuel Pons, Juan José Lujambio, Leonardo Farinella, Gustavo López, Diego Pérez, Alejandro Apo, “Chavo” Fucks, Gastón Recondo, Fernando Carlos, Walter Queijeiro y Germán Pavlosky.
Al final, por su cuenta y con las mejores intenciones vinieron: Sebastián Vignuolo, Roberto Leto, Claudio Caimi, Germán Sosa, Eduardo Ramenzoni y los ex jugadores “Lalo” Maradona, Leonardo Madelón y Walter Viqueira.