La Justicia investiga la muerte de Hanna
La menor de tan solo 2 años falleció el Lunes por circunstancias que se tratan de establecer. Presentaba fractura de cráneo severa.
Un hecho que tuvo su desenlace fatal en la tarde del Lunes enluta principalmente a las localidades de Santa Lucía y Gobernador Castro. Una noticia como tal no hace más que repercutir en la opinión pública de una manera diferente. Más aún cuando comienzan a conocerse detalles de una situación por demás particular y que ha obligado a la justicia a ordenar tareas de investigación y peritajes.
Hanna Navarro Sanz de tan solo 2 años falleció en la tarde del Lunes en el sector de pediatría del Hospital San Felipe de San Nicolás. La niña había sido trasladada el día anterior desde el Hospital Emilio Ruffa de nuestra ciudad presentando un cuadro gravísimo. La víctima ingresó a las 18.30 horas del Domingo en estado de coma, presentando un grave cuadro traumático, fue internada e intubada de inmediato.
Finalmente, ese mismo día se decidió su traslado al Hospital de San Nicolás donde se le realizaron los estudios de rigor y se determinó que la niña presentaba fractura de cráneo con hemorragia cerebral. Lamentablemente, la fuerza de su corazón fue superada por la grave herida sufrida en su cabeza y en la tarde del Lunes falleció.
Un caso
para tener en cuenta
Una vez conocido su deceso se le dio intervención a la Comisaría 1° de San Nicolás y a la Fiscalía Nº 4 a cargo del Dr. Leveratto.
Si bien el abogado se ha mantenido muy cauteloso a la hora de brindar algún detalle sobre lo ocurrido y en cuanto al motivo que originó semejante lesión, un sin fin de versiones dan vueltas en cuanto al hecho.
La malograda víctima integraba una tradicional familia de Santa Lucía, pero por motivos personales se había mudado con su madre a Castro, localidad en donde había formado pareja con un joven del lugar.
Se hace muy difícil poder entender como una niña de tan solo 2 años sufrió tamaña lesión. Es allí donde comenzaron a trazarse las dudas que desencadenaron en el trabajo de los peritos que intentan corroborar si la versión brindada en primera instancia se ajusta a lo realmente sucedido.
En realidad existen dos alternativas, una es la del accidente doméstico y una posible caída que la menor habría sufrido mientras jugaba en su casa. La otra posibilidad es la más cruel y vincula el hecho a una situación de violencia familiar, lamentablemente, una modalidad muy recurrente para la sociedad.
Todas estas circunstancias envuelve a todo el entorno de le pequeña Hanna y hasta que no se confirmen testimonios y los resultados de las pericias persistirán las dudas sobre la carátula que llevará el expediente judicial que por ahora sólo investiga el deceso.
Algunas versiones indican que la niña se habría golpeado en su casa hace un tiempo y que se desestimó cualquier lesión de gravedad; la otra versión indica que la víctima se encontraba con su padrastro en un vehículo de la familia, que el joven habría estado efectuando algunas tareas personales y al regresar al rodado halló a la niña inconsciente. Por supuesto que todo esto ha quedado en manos de la justicia y con el respeto que merece la situación se tomarán severas y exhaustivas medidas para establecer las circunstancias en las que la menor recibió semejante golpe.
A última hora de ayer, extraoficialmente, se pudo saber que los testimonios recogidos por el Fiscal Leverato no serían relevantes, pero habrá que aguardar algunos estudios que se realizaron una vez culminada la autopsia para conocer mayores detalles y corroborar algunos antecedentes que comentan los vecinos.
Historias cruentas
Un hecho como este, en otras épocas podría haber pasado desapercibido, pero por estos días el grado de violencia familiar es tal que todo acontecimiento se presta para el análisis. En San Pedro existen cientos de casos y el promedio de denuncias en la Comisaría y Fiscalía es muy alto, superando claramente a cualquier otro ilícito. A pesar de que han pasado varios años, en nuestra ciudad aun se recuerda el caso de Carolina Ayelén Molina, también de 2 años. Una dramática historia cargada de furia e indignación, que se registró en Septiembre de 1996 en Septiembre. El padre de la desafortunada víctima la golpeó con una cadena hasta más no poder, castigándola por no poder controlar sus esfínteres alojándola en un palomar. La niña murió en el Hospital Garraham y su padre aún permanece en prisión mientras la madre que por entonces tenía 15 años fue absuelta. Mucho más cercano es el caso de “Brisa”, la niña que fue utilizada como mula recurriendo a su frágil vagina para introducir droga en la cárcel. En ese caso, no hubo responsables pero al menos la menor permanece en manos de una familia a la que fue otorgada en guarda pese a las cirugías a las que deberá someterse periódicamente para su recuperación.