La Justicia Federal caratuló “secuestro extorsivo” al caso Dara
Durante todo el domingo diversas fuerzas policiales buscaron a la adolescente de 17 años que desapareció en la medianoche del sábado y apareció en el anochecer del domingo. Existen datos y testimonios importantes, pero hasta el momento no hay detenidos ni sospechosos. La compleja trama de la historia, que deja muchos cabos sueltos y múltiples conjeturas.
La Justicia Federal investiga el delito de privación ilegítima de la libertad sobre un caso que comenzó a la medianoche del sábado cuando una adolescente de 17 años llamada Dara vivió un capítulo imborrable de su vida. La causa fue caratulada como “secuestro extorsivo”. La familia denunció tras recibir mensajes de texto donde les indicaban que debían disponer de dinero para recuperarla.
En alrededor de 18 horas, la vida de esta familia cambió repentinamente aunque les queda la impotencia de saber que sucedieron cosas que anticipaban una situación de estas características y que las habían denunciado.
Dara vive junto a su mamá Natalia, su padre de crianza Sebastián, y sus hermanos.
La adolescente fue vista por última vez el sábado a la medianoche y recién pudieron saber su paradero sobre el anochecer del domingo, con el hecho ya consumado y un sinfín de preocupaciones.
Demasiado silencio
El Fiscal Federal Matías Di Lello (el mismo que investiga al Intendente Guacone por el supuesto desvío del Fondo Educativo); el Superintendente de Investigaciones de la Provincia de Buenos Aires, Comisario Mayor Ángel Becerra; y el Jefe de la Departamental San Nicolás, Comisario Mayor Gustavo Bonachera encabezaron las tareas desde las primeras horas del domingo, haciendo base en la Jefatura Distrital.
Se trabajó con mucho hermetismo y sin brindar ningún tipo de precisiones, hasta que con el paso de las horas fueron surgiendo detalles de una historia cargada de suspenso.
Durante el día, Di Lello ordenó la intervención de celulare. Se escuchó con atención a los familiares directos de la adolescente y a todos aquellos que pudieran tener contacto con ella.
“Estamos trabajando fuerte, no podemos decir nada”, coincidieron en su relato tanto Di Lello como el Superintendente Becerra, quien con un sorpresivo “pique corto” hacia el auto que lo aguardaba, se escabulló de los pocos periodistas que lo esperaban en la Jefatura Distrital esperanzados que asumiera el mismo protagonismo que tuvo durante el reconocido caso Candela.
De todas maneras, cada uno de los que participó se mostró satisfecho con el trabajo desarrollado. Ahora, la causa continúa y tanto Dara como su familia deberán presentarse en la Fiscalía Federal, en San Nicolás.
Por los movimientos desplegados, es llamativo que si realmente se trató de un secuestro extorsivo no se hayan ordenado medidas urgentes para dar con los secuestradores, como allanamientos, detenciones y otras cuestiones que son comunes ante un ilícito de este tipo.
Aun así, se trabaja con la hipótesis del secuestro extorsivo porque realmente existió. Dara tenía marcas en sus tobillos y muñecas; fue atrapada cuando se dirigía a un cumpleaños; y hubo mensajes para pedir un rescate. Lo que no termina de cerrarle a la Justicia es el marco en el que se desarrolló y se desarrolla esta historia.
Todo lo que se pueda decir son sospechas cuya compleja trama irá devanándose con el paso de las horas y los días.
¿Dara y su familia conocen a los secuestradores o acaso se trató de una banda? ¿Llegó a identificarlos? ¿Reconoció el lugar en donde la tuvieron cautiva? ¿Es cierto que la familia estaba a punto de cobrar una importante cifra de dinero? ¿Estuvo privada de su libertad en el mismo radio donde la levantaron y la liberaron, que no supera las ocho cuadras? Muchas preguntas, pocas respuestas, demasiadas conjeturas.
Dieciocho horas afuera de casa
Tanto la Justicia Federal como la Policía mantienen una inusitada reserva a la hora de dar detalles sobre lo ocurrido con la menor de 17 años, pero con el transcurrir de las horas se han ido obteniendo algunos detalles que arman alrededor de esta causa una compleja historia.
En la noche del sábado, Dara tenía planeado ir a la fiesta de cumpleaños de una amiga y hacia allí salió desde su casa. Pasada la medianoche, llamó un remise y pidió ser trasladada hasta una casa ubicada en inmediaciones de Bozzano y La Laguna.
Según manifestaron familiares de la chica, el chofer declaró que antes de llegar al lugar la joven recibió un llamado telefónico y le pidió dar una vuelta para finalmente descender antes del domicilio solicitado.
Allí aparece la primera confusión: el conductor habría dicho que Dara ingresó al lugar y ella habría indicado que no. En ese lugar habrían aparecido una o dos personas que la tomaron desde atrás e iniciaron esta verdadera odisea para la familia.
Alrededor de las dos de la mañana, Sebastián, el padre de crianza de la joven, comenzó a recibir mensajes. “Tus hijas son hermosas y valen mucho”; “Largá la guita o a tu hija te la devolvemos en una bolsa”, fueron algunos de ellos. Los “secuestradores” siempre se manejaron por mensajes de texto y no habría existido ningún tipo de conversación de voz.
A esa hora de la madrugada, Dara ya no respondía mensajes ni contestaba las llamadas. Sus amigos aseguraron que la joven nunca llegó al cumpleaños. Ante ello, decidieron ir a la Comisaría y radicar la correspondiente denuncia.
Los mensajes continuaron hasta las cinco de la mañana, cuando le solicitaron la suma de 150.000 pesos para su liberación. Llamativamente, las comunicaciones se habrían interrumpido hasta las primeras horas de la tarde, cuando volvieron a reclamar dinero y les dieron tiempo hasta el martes.
Durante la tarde, la Justicia Federal y la Policía trabajaron en distintas hipótesis como así también en el cruce de llamadas y mensajes de varios miembros de la familia.
Alrededor de las 19.30, Dara fue liberada en inmediaciones de Nieto de Torres al 2000. Le taparon la cabeza y la arrojaron desde un auto en marcha.
Según trascendió una vecina advirtió lo que sucedía y dio aviso a la policía. Allí encontraron a la joven, quien se hallaba en buen estado pero visiblemente conmocionada por la situación.
Posteriormente y tras el encuentro con su madre, la adolescente fue trasladada desde la Jefatura Distrital hasta el Hospital local, donde se le efectuó una exhaustiva revisación. Se le detectaron golpes en las piernas a la altura de los tobillos, rodillas, marcas en las muñecas como si hubiera estado atada y algunas hematomas en el rostro, quizás como producto de algún golpe.
Paso a paso, con aciertos y errores, las dieciocho horas de Dara se van rearmando. Ahora, es la Justicia Federal la que tiene en sus manos la posibilidad de resolver el caso y develar qué pasó. ¿Por qué a ella?, ¿dónde estuvo?, ¿quiénes fueron?, ¿estuvo programado?, ¿fue una venganza?. Los interrogantes son múltiples.
Lo habían anticipado
Natalia, la mamá de Dara, confirmó que hace dos meses venían denunciando lo que les estaba pasando, la familia estaba recibiendo amenazas y le apuntó directamente al Dr. Sergio Ocampo, ayudante de la Fiscalía Nº 5.
“Hace dos meses que vengo con denuncias, más de 10; hasta me citó Ocampo y estuve hablando con él, le pedí seguridad para mi familia y hoy nos pasó lo que nos pasó”, sostuvo en declaraciones a FM Génesis. Lo mismo repitió Sebastián, el padre de crianza en La Radio.
Desde la familia aseguran que cuentan con pruebas concretas para dar con quienes los estaban amenazando y que hasta a la escuela a la que concurre un hermano de la menor llamaron preguntando por el niño y ante la negativa de la docente en dar precisiones la amenazaron con que había una bomba.
“Ahora Dara está contenida, está con psicólogos, le agradezco a todos los que se preocuparon y colaboraron para que aparezca sana y salva”, señaló la madre luego de que prestara declaración ante el personal de Investigaciones.