La Justicia confirmó las falencias en las investigaciones por tráfico de drogas
• El Juicio Oral y Público contra el joven albañil acusado de comercialización de estupefacientes, desnudó nuevamente errores en la actuación de la División de Drogas Ilícitas de San Nicolás. • El fallo del Tribunal Federal de Rosario, que absolvió a Javier Ojeda por considerar nulas las actas y el operativo policial que desembocaron en su detención, se produjo en forma simultánea con la liberación de Félix Seeger que estuvo un mes detenido por el caso Vendetta. • Las coincidencias en ambos casos son llamativas. Además de los resultados, los dos se iniciaron con denuncias anónimas que recibió la policía, y los operativos se caracterizaron por la falta de profesionalismo de los agentes. • El titular de la División, Capitán Sergio González, aseguró que no había sido notificado por las resoluciones de estos casos y dijo que su labor “es cumplir con órdenes judiciales”. • La defensora de Ojeda, Dra. Matilde Bruera fue crítica con el desempeño policial y dijo que la investigación estuvo plagada de irregularidades. Pero no confirmó una hipótesis que indica que la detención de Ojeda habría sido una especie de “ajuste de cuentas” de un policía.
Dos casos policiales de reciente resolución por parte de la Justicia, podrían tener un interesante rebote dentro de una división especial de las fuerzas, porque hablan a las claras de la notable ineficacia de su desempeño.
Se trata de la División Drogas Ilícitas de San Nicolás, que está a cargo ni más ni menos que de las investigaciones relacionadas con el tráfico de estupefacientes en toda la jurisdicción.
Esta división, en diferentes momentos cronológicos, fue responsable de los operativos relacionados con la detención de José Javier Ojeda y de Félix Seeger, dos jóvenes que por motivos muy distintos fueron acusados de comercializar drogas. Ambos recuperaron su libertad la semana pasada, una vez que la Justicia determinó que no había méritos suficientes para mantenerlos tras las rejas.
Los detalles de cada uno de los casos pueden ser repasados para establecer las diferencias y características. Lo que más llaman la atención son las coincidencias. Por ejemplo, no puede dejar de destacarse que ambas investigaciones habrían sido iniciadas –según consta en los expedientes y fue asentado por esta división especial de la policía- por denuncias anónimas sobre las que nunca se pudieron ofrecer demasiados detalles. También resulta coincidente que ambos procedimientos, estuvieron plagados de irregularidades que destacaron incluso los propios testigos.
Ninguna de estas apreciaciones ni el resultado de estos dos casos, debería ser motivo para que se reduzcan o decaigan las investigaciones relacionadas con el tráfico de drogas. Es evidente que la droga circula y se vende con una increíble facilidad en cualquier zona del país, incluida nuestra ciudad. Pero las irregularidades que remarca incluso la Justicia con sus fallos llama la atención sobre el endeble trabajo policial.
La abogada defensora de Javier Ojeda, antes de conocerse el fallo favorable de su defendido, dijo convencida lo que cualquier simple ciudadano percibe: que a los tribunales sólo llegan “las investigaciones intrascendentes relacionados con la venta de drogas”. En la jerga de la calle, significa que a las cárceles sólo entran los “perejiles”.
Un año y medio preso por una planta
El Juicio que se desarrolló la semana pasada en la ciudad dejó una sensación inquietante. El acusado, de 32 años, fue absuelto porque el Tribunal Federal de Rosario entendió que el procedimiento de la policía estaba plagado de irregularidades. Declaró entonces la nulidad de las actuaciones y otorgó la inmediata libertad a Ojeda. Pero para entonces, este sampedrino había estado un año y medio preso en la cárcel federal de Marcos Paz.
La defensa de Ojeda apuntó exactamente al corazón de estas fallas de la policía. En su alegato, la Dra. Matilde Bruera describió con duras palabras los dos allanamientos de los que había sido blanco Ojeda en su domicilio de la calle Colón 1920. El primero fue en Mayo de 2004, pero en esa oportunidad el móvil del operativo fue una denuncia anónima que indicaba que en la casa de Ojeda estaba el botín de un reciente robo. La policía llegó para buscar un equipo de música, 25 discos compactos y un par de zapatillas. No encontraron ninguno de estos elementos, pero sí en el patio de la casa, una planta de casi un metro noventa de altura. Una planta de marihuana que según la defensora, “ni hojas casi tenía”. También hallaron semillas de marihuana en diferentes recipientes, pero la mayoría sin el poder germinativo necesario como para suponer que pretendía sembrarlos.
“Llama la atención que ningún policía se acordó qué habían ido a buscar. El único testigo civil no pudo recordar si buscaban algo más de lo que supuestamente habían ido a buscar…”, dijo la defensora destacando que, por ejemplo, “ningún testigo presenció el secuestro de la planta, no la vieron plantada en el patio sino cuando la traía, tampoco vio el momento en que encontraban los objetos donde estaban las semillas”. La abogada también apuntó a un supuesto testigo que declaró en el juicio pero que sería un testigo falso, porque otros policías que intervinieron en el operativo reconocieron “no haberlo visto”.
Las mismas irregularidades se destacan en el segundo operativo que se hizo en la casa de Ojeda, en Septiembre de 2005. Un policía que entonces cumplía funciones dentro de la División de Drogas Ilícitas pero en San Pedro, fue el encargado de una investigación que habría derivado del primer allanamiento y se extendió durante varios meses. Ese policía, concluyó según la abogada, “que no se sabía si había allí –en la casa de Ojeda- consumo o comercialización de drogas”.
Es más, la Dra. Bruera, asegura en su alegato que el segundo procedimiento realizado en la casa de Ojeda fue la consecuencia de una orden judicial que anulaba todo lo realizado por la policía. El motivo de esta anulación es que en la causa figuraba el secuestro de 15 “porros” de marihuana. Pero estos cigarrillos nunca fueron hallados ni constaban en ningún acta, por lo que el juez entendió que todo el proceso debía ser anulado. Esto ocurrió en Julio de 2005. “La policía lo justificó diciendo que había sido un error de tipeo”, comentó Bruera. “Comenzó entonces una persecución contra mi defendido. Hubo dos operativos, uno fallido y el segundo en el que lo detuvieron”, dijo la abogada. “Fue todo tan irregular, que dos años después del primer allanamiento se mandaron a contar las semillas secuestradas porque constaba que eran 1329 las semillas y estaban en un pote, pero nunca hubo un pote ni estuvo indentificado”.
Para mencionar un último detalle, la abogada refirió que todo comenzó con una denuncia anónima, pero hubo contradicciones sobre cómo y cuándo se recibió. El entonces titular de la División Drogas Ilícitas, el Capitán Honorio Rodríguez, declaró en principio que esa llamada telefónica se recepcionó en la guardia de esa dependencia, y que fue correcta porque esa es la modalidad utilizada por el departamento que conducía. Es decir, que no se investigó el número telefónico del que provenía la comunicación para resguardar la identidad del supuesto testigo. Pero en el desarrollo de la causa, posteriormente dijo haber atendido esa denuncia personalmente en su despacho.
Concluyendo, la defensora dijo que “en el peor de los casos mi defendido era sólo un consumidor. El consumo es una conducta no punible. Lo hacía en la intimidad de su domicilio. No hubo ninguna prueba aunque hubo varias investigaciones sobre mi defendido, pero jamás pudieron acreditar alguna vinculación con el tráfico de drogas. Ni en San Nicolás ni en San Pedro. Y es llamativo que ninguno de los policías que declararon en esta audiencia se haya acordado de nada”, dijo en una nota con este medio.
“Nosotros cumplimos con órdenes judiciales”
Actualmente, la División Drogas Ilícitas de San Nicolás es conducida por el Capitán Sergio González. Este policía fue responsable del operativo tras el que resultó detenido Félix Seeger hace más de un mes, por supuesta tenencia para comercialización de pastillas de Extasis.
González habló con La Opinión al cierre de esta edición y reconoció que todo su trabajo depende de las decisiones de la justicia. “A partir de que nosotros elevamos las actuaciones realizadas, todo lo maneja la fiscalía”, dijo el Capitán ante las consultas por las supuestas irregularidades que se le adjudican a los procedimientos y detenciones.
El Jefe de este servicio dijo que conocía la absolución de Ojeda y la liberación de Seeger por trascendidos, pero que no había recibido ninguna notificación oficial sobre estos casos. “No me mandan una copia del resultado de las pericias químicas ni tampoco de la causa. Nosotros actuamos hasta el día del operativo en San Pedro y nada más”, dijo. Con respecto a las acusaciones por el mal desempeño, reconoció que es probable que siempre se apunte a estas falencias pero evitó hacer mayores comentarios.
Con el mismo ánimo de síntesis, González respondió acerca del resultado de las pericias químicas realizadas a las pastillas que se le secuestraron a Seeger. Recalcó que está dentro de las probabilidades que los resultados de los reactivos preliminares que se hicieron durante el operativo, y que en principio determinaron que se trataban de la droga denominada Extasis, difieran de los que posteriormente realizan los laboratorios judiciales. “Es posible que primero dé positivo y luego negativo, porque es un test de orientación. Hay que tener en claro eso. La prueba definitiva la dan las pericias finales”, dijo a este medio. Pero no pudo justificar por qué se produjo esta diferencia, si porque el reactivo estaba en mal estado o simplemente ofreció un resultado apócrifo. “Nosotros hacemos las pruebas con unos reactivos que nos provee Gendarmería Nacional, es lo único que le puedo decir”, afirmó.
“Estamos evaluando una denuncia”
La defensa de Félix Seeger estuvo a cargo del Estudio Jurídico Lima, que actualmente está evaluando qué tipo de denuncias se presentará ante la Justicia para pedir un resarcimiento por el mes que este joven estuvo preso en la Comisaría de San Pedro primero y en la de Ramallo hasta su liberación, hace una semana.
El Dr. Hugo Lima Hijo aseguró a este medio “que hay muchas cuestiones para estudiar” antes de presentar alguna demanda concreta contra los policías que intervinieron en la investigación y en especial contra la División de Drogas Ilícitas. “Hay que ver por qué se hizo. A mi defendido lo contactaron de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia para ofrecerles su apoyo y estamos analizando qué pasos seguir”, dijo el abogado.
El letrado reconoció nuevamente que el trabajo realizado por su estudio fue intenso para lograr que en un tiempo récord se lograra la liberación del joven. “Si no hubieramos ejercido la presión necesaria, hubiera estado todo el año preso porque eso es lo que demora la justicia en obtener un resultado pericial”, dijo.
Una de las principales causas de las demoras relacionadas con la tenencia y venta de estupefacientes, fue el cambio de fuero que se registró el año pasado. Anteriormente, la justicia federal estaba a cargo de estas causas pero desde que pasó a manos de la justicia provincial se producen las dificultades. Por un lado, por inexperiencia de fiscales y demás personal en este tipo de investigaciones pero también por la acumulación de causas que las fiscalías ordinarias tienen de todo orden y tenor.
Lo que nadie dice pero muchos que conocen “el paño” reconocen en voz baja, es que el principal problema de las investigaciones está centrado en el accionar de la policía. “Hay estadísticas que cumplir, y un presupuesto del que rendir cuentas. Por eso tienen que existir chivos expiatorios y causas iniciadas”, dicen algunas voces que, por supuesto, no se identifican.
Manejos extorsivos, grandes sumas de dinero y la falta absoluta de un contralor que pueda denunciar este abuso de poder, son las principales causas de esta realidad siniestra. La droga sigue en la calle, en manos de los jóvenes que tienen dinero para comprarla y mucha necesidad de experimentar sin reparar en riesgos, pero también en manos de los desprotegidos que buscan en ella una manera de escapar y se exponen a convertirse en los “perejiles” que cumplen las penas que los verdaderos responsables nunca van a recibir.
“Me dijeron: te lo tenés que comer solo porque sos la cara visible del boliche”
Félix Seeger habló con los medios al recuperar su libertad, y reconoció su intención de buscar un resarcimiento por el mes que estuvo injustamente tras las rejas.
“Mi vida va a continuar igual. No les voy a dar el gusto de tener miedo. Por ahí, es eso lo que querían”, dijo en sus declaraciones.
“Si es tan simple hacer un operativo así, la gente debería tener miedo las 24 horas. De un día para otro, podés ser un comercializador de estupefacientes. Es terrible…”
“En el momento de que te agarran, estás en manos de la policía, no digo que lo hagan pero pueden manipular lo que sea, por lo que vi. Cuando fui a declarar, la única vez, la jueza se mantenía al margen de escuchar mi declaración. Le dije como había sido todo. Después me dijeron que ella se extrañó por lo que escuchaba… El grado de compromiso que tuvieron fue impresionante. Con este tipo de carátula es muy fácil caer, que incriminen a inocentes…”
Seeger reconoció no estar seguro por qué fue blanco de una investigación que no llevó a ningún lado. Pero recordó lo que los policías le dijeron cuando era detenido. “Un policía me dijo: Te lo tenés que comer solo porque sos la cara visible del boliche”.
“La sorpresa que me llevé, lo que me llamo la atención, es la tranquilidad con la que me lo tomé. Y me quedé quieto”, dijo.
“No me dijeron nunca por qué. Aparentemente estuvieron dando vueltas en el boliche pero era contra mí, porque me fueron a buscar a mí. Me llama la atención que podrían haber ido en otro momento también. Estuvieron dando vueltas y mirando y después me di cuenta que eran los que me habían parecido sospechosos. Fue gente que me llamó la atención, era rara, no eran turistas…”
Una vez en la Comisaría, Seeger fue interpelado por varios policías. “Cada 20 minutos venía alguien distinto, que serían jefes, se me sentaban y me preguntaban. Me decían: mirá Seeger, hicimos las pruebas que teníamos que hacer y nos da Extasis, por qué no nos decís la verdad?”
“Recien me tranquilicé cuando el viernes supe que la pericia había dado negativo. Tenía mucho miedo porque había pasado mucho tiempo, y las pastillas habían pasado de un lugar a otro. Lo más normal de estos operativos es que te dé positivo”.
“Fue muy duro”
La familia de José Javier Ojeda se excusó de ofrecer declaraciones públicas a pesar del veredicto favorable que se conoció el miércoles. El propio Ojeda, cuando terminó el Juicio y salió del recinto del Salón Dorado para fumar un cigarrillo que seguramente coronó una noticia tan importante, apenas emitió algunas palabras en las que se mostró satisfecho con la decisión de los jueces, pero reconoció que el año y medio que pasó en la cárcel “fue muy duro”.
Una hipótesis que circula en la más estricta reserva, apunta a que el caso Ojeda es un ajuste de cuentas. Relacionan a un policía que tuvo una activa participación en la investigación sobre el joven. Y a un familiar de éste que un tiempo atrás se enfrentó directamente con una persona muy cercana a Ojeda. Por ahora, se desconoce si habrá demandas o alguna acción para que el joven pida un resarcimiento por el año y medio que estuvo tras las rejas.
Este joven albañil obtuvo durante su prisión un notable apoyo de la gente que lo conocía. Su defensora lo remarcó en varias oportunidades porque en el barrio en el que vivía, más de 300 personas firmaron una carta que se adjuntó a la causa para pedir por su liberación y demostrar que era una persona honrada y apreciada. “No cualquiera obtiene un apoyo de esta magnitud”, dijeron fuentes del caso. Sin embargo, las opiniones se reparten entre quienes destacan que su peor pecado, fue haber sido humilde y por eso no tener las mismas posibilidades que otros.