Teniendo en cuenta las palabras textuales escritas en el semanario anterior por el Dr. Macchia “Gracias a Dios estamos en la Argentina”, pero lamentablemente esto no alcanza y no debemos buscar fuera de casa ejemplos de pobreza, desempleo, marginación, desamparo, inseguridad, etc.
Todo esto no lo compramos, no lo importamos sino que lo generamos día tras día.
En nuestro país la muerte de miles de chicos se evitaría si las políticas fueran pensadas para favorecer la producción, la educación, el crecimiento, la dignidad y el amor propio. “Un niño muerto cada tres segundos”. ¿Sabe cuánto cuesta un sachet de leche del más barato? ¿Un tarro de leche en polvo? Ni hablar del yogurt (es un lujo llevarlo a la mesa).
Si cada político se hiciera cargo desde su lugar con un pequeño porcentaje de seriedad, respeto, honestidad, compromiso y solidaridad seguro que la historia sería otra.
Deberían los que están en la política leer el texto de Amartya Sen, premio Nobel de economía, “Pobreza y hambruna”, ya que el Dr. Macchia lo hace partícipe en su texto.
El autor manifiesta que “un gobierno tiene que ser juzgado en función de las capacidades concretas de sus ciudadanos”. (Nuestro gobierno está en
el horno). Tenemos el derecho constitucional a votar, pero para el autor esto no significa gran cosa si no se reúnen todas las condiciones para que podamos ejercer esta capacidad de voto. Habla del derecho a la educación, salud, medios de transporte, etc.
Sólo cuando estas barreras estén superadas se puede decir que el ciudadano puede ejercer su “elección personal” y reducir la pobreza tiene que ver con devolverles a los seres humanos su libertad.
Pregunto: ¿Estamos en condiciones de votar? Dígalo usted, Doctor Macchia, que vive en la otra Argentina. Estos autores que menciona (Amartya Sen y Kliskberg, Bernardo) abordan temas como: exclusión social, democracia, medio ambiente, equidad en la salud, la tasa de mortalidad como indicador económico (¿no siente que estamos desbordados en estos temas?).
Tres variables se tienen en cuenta en la creación del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, para la comparación entre países: una vida larga y saludable, educación y un nivel de vida digno. Si miramos a nuestro alrededor, sin tener que leer lo que pasa en otros países veremos que nuestra realidad no es invento de agoreros disfrazados de medios de prensa o dirigentes de la oposición. Este pequeño texto me lo envió una amiga, y cuando lo leí se me erizó la piel y sentí temor. AYN RAND (1950) Autor de La Rebelión de atlas o (Atlas shrugged): “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”.
Para terminar, Benjamin Franklin dijo: “La democracia es dos lobos y una oveja votando sobre qué se va a comer”.
Matilde Carreras
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