La historia del sampedrino Eduardo Farré: De salvar su vida de milagro a ser el argentino más longevo en competir en los Juegos Olímpicos
El navegante y fundador de Barón Náutica que actualmente tiene 77 años dejó la ciudad cuando era un adolescente y se afincó en Olivos desde donde se dedicó al deporte y en el 2000 compitió en Sídney junto a Mariano Lucca en la clase star. En ese momento, con 57, se convirtió en el atleta nacional de mayor edad en representar al país en un juego olímpico, récord que todavía ostenta y que en 2021 superará Santiago Lange en Tokio, Japón. Antes, en 1991 se le rompió la arteria aorta superior mientras caminaba por la calle y casi falleció pero se recuperó e hizo historia.
A cualquier sampedrino no tan apegado al deporte que se le mencione el nombre de Eduardo Farré seguramente no le será conocido. Tampoco para la mayoría de los jóvenes. Su identidad encaja entre las "olvidadas" a nivel local y quizás tiene mucho que ver el hecho de que se fue de muy joven de la ciudad y, aunque siempre navegó, recién a los 57 años, en el 2000, participó de los Juegos Olímpicos en Sídney, Australia.
El timonel representó a Argentina en la clase star de yachting junto a Mariano Lucca (fueron 16°) y estableció una marca que todavía sigue vigente y La Opinión confirmó con el Comité Olímpico Argentino (COA): es el atleta nacional más longevo en competir en un juego olímpico y lo seguirá siendo hasta el 2021 cuando Santiago Lange lo supere en Tokio 2021 con 59. Dos décadas atrás, Farré quebró el récord que tenía Carlos Balestrini quien en Berlín, Alemania, 1936 participó en tiro.
-Farré en una nota que publicó La Opinión en su edición impresa previa a Sídney 2000.
Farré, que se fue de San Pedro a Olivos cuando tenía 18 años, actualmente tiene 77 y es el fundador de Barón Náutica, empresa que desde 1975 se dedica a la venta de accesorios y equipamiento náutico para todas las embarcaciones y es una de las marcas más importantes y de prestigio en la actividad con sucursales en varias ciudades.
Antes de ser olímpico por primera y única vez, en 1991 Farre salvó su vida de milagro y lo contó en una entrevista que brindó a La Nación previo a su participación en Sídney 2000: "Mientras caminaba por la calle empecé a sufrir mareos, supuse que me había intoxicado con un helado ingerido un rato antes y me desmayé. Se me rompió la aorta superior. De cada 100 personas, mueren 98. Fue repentino, totalmente imprevisto. Los médicos me pusieron plástico y me dijeron: por ahí no te vas a morir. La recuperación fue lenta. En dos días y medio, estando acostado, bajé 7,500 kilos. Fue un shock que me costó mucho superar, tanto física como mentalmente".
Tras ese problema de salud, Eduardo estuvo cinco años sin navegar hasta que retomó y junto a Lucca logró en el Mundial de la clase star que se desarrolló en Annapolis, Maryland en Estados Unidos, el pasaje a los Juegos Olímpicos del 2000, objetivo que logró casi de casualidad porque no tenía previsto participar en el certamen internacional. La vida, esa que casi perdió abruptamente, le dio una revancha y consiguió una marca que perdura en el tiempo y, al menos hasta el 2021, seguirá siendo de un sampedrino.