La historia de superación del baraderense Lautaro Iparraguirre: Venció al cáncer y se prepara para volver a la Liga Sampedrina
El volante de 22 años realiza la pretemporada con Atlético tras superar un complicado cuadro de salud que lo marginó de las canchas mientras disputaba el Torneo Regional 2019 con Sportivo. Antes, fue campeón en 2013 con el Negro y emigró a Defensa y Justicia donde estuvo tres años. "Un día me levanto como cualquier otro y sentía un dolor en la costilla derecha. Primero me dijeron que era neumonía, después tuberculosis hasta que me detectaron un tumor en el pulmón. Me preguntaba porque a mí y siempre se me cruzó el tema de no volver a jugar más", relató el joven en una entrevista que brindó a una radio de su ciudad.
Cuando Atlético Baradero fue campeón del Torneo Oficial 2013 de la Liga Sampedrina (LDS) en su plantel tenía a un chico de 16 años que sobresalía de volante por la izquierda y era Lautaro Iparraguirre. Después de ese certamen, el futbolista desapareció del radar local porque emigró a las inferiores de Defensa y Justicia donde estuvo tres temporadas y, como no le hicieron contrato de profesional, buscó otros horizontes.
De a poco se fue acercando a su ciudad natal. Recaló en Villa Dálmine de Campana donde hizo una prueba pero por, en medio de un cambio de Comisión Directiva en el Violeta, se volvió a quedar sin club y regresó a Atlético a entrenar a la espera de una oportunidad. Corrían los últimos días del 2018 y Sportivo se preparaba para afrontar el Torneo Regional Federal Amateur 2019, el mismo en el que compitió Mitre. Marcos Barlatay lo llamó y, aunque dudó porque su corazón es Negro, aceptó, tal relató en una entrevista que brindó días atrás a "Nachi" Miranda en LS2 Radio.
Con la camiseta del Lobo disputó varios partidos y fue titular en la segunda ronda contra el Rojo la tarde-noche en la que su equipo ganó un polémico partido 2 a 1 y encaminó la clasificación a los octavos de final. Ese día, el mediocampista fue reemplazado por Santiago Sandoval en el segundo tiempo y, sin saberlo, jugó uno de sus últimos encuentros porque semanas después, mientras se recuperaba de un desgarro, le detectaron un tumor en su pulmón que en los primeros diagnósticos fue "neumonía" y "tuberculosis".
-Iparraguirre en la formación titular de Sportivo frente a Mitre en el Regional 2019. Foto: La Opinión.
Consistente en sus palabras, aunque por momentos emocionado, Lautaro contó en el estudio de la emisora baraderense cómo fueron esos meses: "Me había lesionado de un desgarro. Un día me levanto como cualquier otro y sentía un dolor en la costilla derecha. Le pedí a mi mamá un desinflamante y me dice porque no vas a verte al doctor por las dudas. Tenía que ir a trabajar y de pasada pasé por una Guardia, por las dudas, El doctor me pidió una placa y me dice que me tengo que quedar internado porque tenía neumonía. Ahí me internaron, no entendía que pasaba". Y agregó: "El dolor fue aumentando hasta que me trasladaron a Buenos Aires, me hicieron estudios de mayor complejidad y una punción que se me infectó y me volvieron a operar para limpiar todo. Cuando el cirujano abrió se encontró con que no era neumonía sino que para él era tuberculosis y ahí me aislaron, me pusieron en otra habitación, todos con barbijos y era un quilombo. Me medicaron y me operaron de nuevo. Una vez que se dieron cuenta que no era contagioso por vía oral me dieron el alta y me vine a Baradero con medicación para la tuberculosis. Era esperar que pasen los meses y la medicación termine de curarme".
Sin embargo, el diagnóstico se modificó tras una nueva visita a los médicos: "Volví a un control y el doctor me estaba esperando con la noticia de que habían estudiado las muestras de lo que me limpiaron y encontraron que podría ser un tumor. Ahí tuvimos que planificar la extracción del pulmón que estaba dañado y ahí planificamos la cirugía. Me extrajeron el problema y después tuve que hacer quimioterapia que es bastante complicado de llevar. Fueron dos meses y medio de tratamiento, yendo y viniendo a Buenos Aires".
Sobre su reacción, admitió: "En ese momento estaba con mis papas y mi mejor amigo y entré en un shock que no sabes cómo reaccionar. Pensaba por qué a mí todo el tiempo, pero llegué a la conclusión de que había que meterle porque si no te puede llevar. Y le metí. El apoyo de la familia y amigos fue muy importante porque te dan energías. Siempre se me cruzó el tema de no volver a jugar al fútbol. Me ponía de mal humor, no quería saber nada con nadie. Me hablaban y me renegaba".
-Lautaro con la camiseta de Defensa y Justicia. Foto: Facebook Lautaro Iparraguirre.
Los meses de Iparraguirre no fueron los mismos: no tenía la pelota en sus pies y estaba jugando el partido más complicado de su corta vida que sacó adelante con creces y le devolvió la felicidad: "Terminó la quimioterapia, esperé un mes, me hicieron otro estudio y tenía que esperar los resultados. Llegaron antes y en mi casa no me dejaban verlo. Esperamos hasta tener el turno con el médico, nadie los vio. Mi papá los guardó para no leerlos e interpretarlo mal. Cuando vimos la comparación de las imágenes, uno todo negro y el otro limpio fueron una emoción y una alegría enormes. Fue volver a nacer, un alivio tremendo".
De a poco, el joven que está cerca de recibirse de licenciado en gerencia de empresas recuperó su vida normal y a principios de 2020 el fútbol porque Ezequiel "Gitano" González ni bien tomó el mando de Atlético para afrontar la nueva temporada en la LDS lo llamó para que se incorpore al plantel: "Me dijo si me quería sumar. Yo no quería molestar, porque obviamente no puedo hacer todo a la par de mis compañeros y sentía que, en un plantel que tiene idea de lo que quiere llegar hacer, yo retrasaría al grupo".
Desde el 27 de enero, Iparraguirre, que en su carrera compartió equipo con los sampedrinos Leonel Camacho, Jonathan Cerrutti, Alejandro Monzón y Elías Caballero, entre otros, se prepara con sus nuevos compañeros, algunos de ellos con quienes compartió pasado en su querido Negro, el club que le reabrió sus puertas y sus hinchas volverán a aplaudir cuando pise el Carlos Asali con la camiseta blanca y negra.