La historia de “piratas” cada vez más parecida a una obra de ficción
Esta semana el Juez Villafuerte Ruzo podría decidir la suerte de los 17 detenidos a bordo del "Luchando Voy" y acusados de asaltar un barco de bandera paraguaya. El jueves se secuestró en Ramallo otra embarcación y que se supone que participó del traslado de la mercadería. Pero el sampedrino Mario Sendín ratificó su inocencia frente al Magistrado. Dijo que había sido contratado por una persona de Rosario con acento paraguayo y que la tripulación ayudó a descargar el contenido de los containers.
A medida que pasa el tiempo, la historia de piratas que comenzó hace 15 días frente a las costas de San Nicolás parece más increíble. En realidad, se asemeja a una verdadera trama de un film en el que cada personaje cumple un dudoso rol.
La investigación que lleva adelante el Juez Federal Villafuerte Ruzo, sigue bajo secreto de sumario pero la semana pasada, se conocieron diligencias importantes como por ejemplo, el secuestro de una segunda embarcación en la localidad de Ramallo. Se trata de un trucker denominado “La Furia” y que según trascendidos, está registrado a nombre de un familiar de Mario Sendín, el propietario del barco en el que viajaban “los piratas del río”.
Sendín prestó declaración ante el Juez asesorado por su abogado, el Dr. Hugo Lima (Padre) y repasó la versión que el letrado había adelantado. Dijo que había sido contratado por una persona “con acento paraguayo” que primero le había solicitado el traslado de mercadería para las 8 de la mañana. Como Sendín no podía porque su embarcación, denominada “Luchando Voy”, había sufrido un desperfecto, el servicio se canceló. Pero este “contratista”, de nombre Manuel Benítez Chagas y oriundo de Rosario, regresó más tarde con la excusa de que no había conseguido otro transporte y acordaron hacer el traslado durante la noche.
Sendín dijo que parte de la tripulación colaboró con la descarga de la mercadería hacia su barco, y que todos ellos “tenían acento” paraguayo. Uno de ellos, que podría ser el capitán, era quien les indicaba que tuvieran cuidado por la fragilidad de la mercancía. También expresó que el “arreglo” con Benítez Chagas era llevar la carga hasta un punto en el que los esperaría un camión, aunque jamás fue detectado este vehículo, y que ese sujeto le dijo que “había alquilado dos barcos”, para la tarea.
La declaración de Sendín, según trascendió, derivó en otra medida importante tomada por Villafuerte Ruzo como fue la citación de un Suboficial de la Prefectura de San Nicolás. La sospecha se generó al descubrirse un cruce de llamadas entre Sendín y este efectivo, pero también se están investigando algunas declaraciones de testigos que afirman que los buques oficiales amarrados en el puerto de San Nicolás demoraron ante la señal de auxilio del Aramí, el barco paraguayo.
En diferentes cárceles federales, siguen detenidos 16 de los 17 involucrados. Además de Sendín que está alojado en Villa Devoto, están procesados Jorge Omar Lilio de 29 años, Felipe Mesa, Jorge Daniel Sullivan y un menor de 17 años, todos ellos de San Pedro. Los otros son Miguel Moreira de 45 años, Daniel Alcaraz de 37 y Jorge Romero, de Rosario. Gustavo Bellumi de 29 años y Lionel Gustavo Llioría de 35, de Villa Gobernador Gálvez, una localidad ubicada en el Gran Rosario. El resto, fueron contratados ese mismo día en San Nicolás y serían –según el Dr. Hugo Lima- “limpiavidrios” callejeros, para remarcar su absoluta inocencia. Por eso, se supone que son los primeros que pueden recuperar su libertad.
Una “furia” veloz
El Dr. Hugo Lima descartó que la otra embarcación de Sendín, “La Furia”, que fue secuestrada en un amarradero de Ramallo, haya sido utilizada la noche del robo porque dijo que “no sirve para llevar la cantidad de mercadería que se llevó a la isla”. Sin embargo, algunos entendidos confirmaron que este tipo de barco que se denomina “trucker” y tiene 11 metros, carga un máximo de 3.500 kilos aproximadamente, pero puede circular a una velocidad muy superior porque cuenta con un motor de 200 caballos. “Con esa embarcación, podés hacer recorridos largos en pocos minutos. Es decir, cargar y descargar en varios viajes sin ningún problema”, explican los entendidos en el tema. El “Luchando Voy” es una barcaza de navegación lenta de 17 metros de eslora pero que puede cargar hasta 16 toneladas.
La situación de Sendín es complicada, aunque su defensa se mantiene firme en su versión. También la semana pasada, personal de la Subprefectura San Pedro con el apoyo de otras delegaciones, allanaron su vivienda ubicada en Aníbal de Antón al 1200. Se llevaron cajas sin brindar información del contenido. Según Lima, fueron cuatro celulares, además de la CPU de la computadora del hijo de Sendín que ahora están siendo investigados. Pero no encontraron ningún otro elemento que pudiera haber sido utilizado para perpetrar el asalto.
Las dudas crecen a medida que se conocen más detalles. El Capitán del Aramí, Angel Cabral Centurión dijo que ninguno de los ocho tripulantes pudo ver demasiado bien a los delincuentes, que portaban armas “aparentemente” automáticas y que “podrían” haber utilizado sopletes para abrir los containers, y que “supuestamente” circulaban en más de una embarcación pero tampoco las vieron llegar ni marcharse.
Reconoció que el barco portaba 10 containers, pero sólo uno –el que tenía la carga más valiosa de 40 pies- fue robado. “El resto fue perforado con soplete”, dijo Centurión refiriéndose a los otros contenedores que llevaban bebidas alcohólicas, carteles de publicidad y otros tipos de elementos que no fueron robados por los delincuentes.
“El barco éste es muy bajo, tiene mayor vulnerabilidad. No sabemos ni cómo ni cuántos subieron… a los costados los lugares son más bajos”, comentó para explicar cómo lo habrían abordado los piratas. “Nos dijeron que nos pusiéramos boca abajo, todo el tiempo estuvimos de esa manera. Luego empezaron a trabajar tranquilamente. Preguntaron dónde están los demás, y tuvimos que contestar. Es la primera vez que me sucede esto, la pasamos muy mal”, dijo Centurión para justificar las inexactitudes de su relato.
“Mario es un perejil”
Allegados a Sendín que conocen su historia, descartan de plano que sea responsable de un robo calificado como el que ocurrió en el buque Aramí. “Mario es un perejil. Es más, si él sabía que lo iban a detener, se hubiera tirado al agua y no lo agarran más porque es un gran nadador… El se quedó, porque tuvo que quedarse, o porque está muy tranquilo…”, dijo una persona muy cercana a su círculo.
Nadie puede desvincular este atraco de piratas con las tareas de contrabando que se han descubierto en la zona, en las que también estuvo involucrado este y otros sampedrinos, respecto a la descarga ilegal de cigarrillos de marca paraguaya. Existen dudas de que se haya tratado de un verdadero robo.
“La madeja es muy grande. Esto no lo pudieron hacer entre pocos, hay gente involucrada que nadie podría creer. La red no comienza en San Pedro sino que pasa por acá. Esto estaba todo armado, pero lo hicieron ver como un robo porque se les escapó algo y para no complicar a otra gente”, arriesgó la misma persona. La historia que cuentan quienes están más o menos cerca de esta “red” podría relatarse de la siguiente manera. Una persona con un apellido muy conocido, vinculado incluso a una actividad deportiva, llegó a San Pedro y se instaló en un campo. Un sampedrino cuyo apellido resuena por tener sólo tres letras, comenzó a trabajar para él y conoció el “negocio”. A partir de allí contrató a personas con embarcaciones, transportes que tienen vía libre para circular por las rutas con mayor libertad y sin riesgo. Pero semejante “organización” no puede existir sin otras figuras de poder, como empresarios, políticos y funcionarios en puestos clave, que tienen la suficiente astucia para dedicarse a ambas actividades sin dejar rastro. “Hay mucho dinero de por medio. Mucho. No sería raro que las pruebas no sirvan para acusar a nadie, y que al final todos queden en libertad”, arriesgan algunas voces. Como afirmó el Dr. Lima en declaraciones radiales, semejante situación no parece afectar tanto a su cliente a pesar de estar tan complicado. Aunque él lo explica como una cuestión filosófica. “Sendín está extraordinariamente bien, muy tranquilo. La gente de río tiene una filosofía especial, no le afectan estas cosas tanto como a otros”.
“Mi hijo no sabe nada”
Orlando F. es el padre del menor de 17 años que fue detenido por algunas horas en San Nicolás, por viajar a bordo del “Luchando Voy” cuando la Prefectura lo interceptó en el Paraná.
“Mi hijo no tiene nada que ver, ni había llevado documentos ese día. El me dijo que ni sabía a qué iba y yo le creo. Al único que conocía del grupo es a mi yerno, Omar. El lo invitó y mi hijo fue. Pero me dijo que no vio armas, ni el barco, ni la mercadería. Que al ratito de llegar, llegó la policía para detenerlos”, dijo a La Opinión cuando fue consultado por el caso.
Orlando tiene 45 años y vive con su familia en la Bajada Depietri, en el barrio que será relocalizado en las nuevas viviendas construidas sobre el camino al cementerio. Trabaja paleando cereal en el puerto y dice que ningún miembro de su familia tiene antecedentes. Incluso defiende a su yerno, otro de los detenidos en el “Luchando Voy”. Jorge Omar Lilio, de 29 años, es mecánico y ha trabajado en diferentes talleres. Según comentó Ferreira, conocía a Sendín porque realizó en otras oportunidades arreglos al motor del barco. Ese día, a la tardecita, se habría ido a San Nicolás en un vehículo porque lo mandaron a llamar, debido a que el barco había sufrido una rotura. El padre de Lilio, un empleado municipal que trabaja en el área de Obras Sanitarias, confirmó que la familia desconoce a qué había ido ese día Omar a San Nicolás. Y que todos se enteraron de lo ocurrido cuando les avisaron que había caído preso. “Estamos todavía muy sorprendidos”, dijo.