“La gente no quiere hablar y la justicia no nos dice nada”
El padre de Alfredo Arroyo, el joven asesinado en las 150 viviendas, habló con La Opinión y confirmó que no tiene novedades sobre la investigación. El hombre, un trabajador rural afiliado a UATRE, explicó que pedirá asesoramiento legal al gremio y que sólo saben detalles por comentarios de algunos vecinos. Dijo que su hijo “no tenía problemas con nadie” y que jamás concurría al barrio de las 150 viviendas, por lo que el homicidio sigue siendo para la familia un misterio.
En la casa de Nieto de Torre, la familia Arroyo sigue viviendo con muchas preguntas y pocas respuestas sobre la muerte de su hijo mayor, Alfredo, quien falleció a causa de una brutal golpiza.
El padre de la víctima, en diálogo con La Opinión confirmó que hasta el momento la única información con la que cuentan es que permanece detenido en el penal de San Nicolás el único imputado en el hecho, Leandro Sabino, quien por el momento no prestó declaración. Arroyo que también se llama Alfredo como su hijo fallecido, explicó que recibieron algunos comentarios “de la calle” que indicarían que su hijo fue golpeado esa noche por otros jóvenes además de Sabino, y que el detenido no habría declarado “por temor a que los otros le hagan algo a su familia”. Pero ninguna persona les brindó un relato detallado de lo que ocurrió la noche y madrugada del crimen. “Nadie nos dice nada, tienen miedo de hablar”, explicó el hombre. Arroyo también dijo que nunca tuvieron contacto con la familia de Sabino y que no conocían al joven porque no era alguien que solía frecuentar Alfredo. “Nunca iba para ese barrio, no sabemos por qué estaba allá, ni que pasó”, explicó. Y aclaró que si bien su hijo solía tomar alcohol, y había cumplido una condena hace 15 años por robo, no era un joven problemático que tuviera conflictos o peleas recientes con nadie y actualmente trabajaba de pintor en diferentes obras. La familia se mostró preocupada porque esa mañana se había mencionado que la víctima “era una persona con antecedentes” aún antes de saber de quién se trataba. “Alfredo ya había cumplido su pena”, explicaron.
Viernes
Con respecto a la noche en que ocurrió el crimen, el padre aseguró que Alfredo les había indicado que se iría a beber una cerveza a la casa de un amigo que vive frente, y a quien solía frecuentar casi todas las noches. Además, era común que el joven decidiera pernoctar en la casa de su amigo, por lo que la familia no le sorprendió que no regresara a dormir. A la mañana siguiente, escucharon los comentarios sobre la aparición de un cadáver pero como se indicaba que era una persona de unos 20 años de edad en principio no sospecharon que podría tratarse de Alfredo. Recién cerca del mediodía consultaron al amigo sobre su paradero y éste les indicó que “se había ido a la medianoche de su casa” después de indicarle que se iría a dormir porque al otro día tenía que trabajar, pero que desconocía hacia dónde se había marchado. “No queríamos pensar que era él”, explicó uno de los hermanos de la víctima aclarando que de todas maneras al escuchar la descripción de los tatuajes también surgió la sospecha. Finalmente, dos de las hermanas se dirigieron a la morgue del Hospital y allí reconocieron el cuerpo, a pesar de que presentaba una desfiguración casi total del rostro. El padre en ese momento se encontraba en UATRE, y una de las empleadas le avisó que fuera para su casa “porque había tenido problemas su hijo”, y al llegar se enteró de la noticia. Después, él en persona reconoció en la Comisaría las ropas que fueron halladas en el techo de una de las viviendas del barrio de las 150, como las que vestía su hijo la noche del crimen. Y el hecho de que no estaban manchadas de sangre, también acrecienta sus sospechas de que existen más responsables en el hecho. “Le sacaron la ropa antes de matarlo, tienen que haber sido más de uno”, dicen los familiares. Alfredo Arroyo hijo, era padre de dos niños, un varón de 8 años y una nena de 5 que actualmente viven con su madre. “Ellos estaban separados, por eso Alfredo se había mudado con nosotros. Pero todos los fines de semana traía a los chicos para acá con él, tenían una buena relación”, explicó el padre que ahora es quien recibe a sus nietos a su casa. La escasa información que actualmente tienen sobre la investigación que está llevando a cabo la fiscalía del Dr. Hugo Vanni, es el motivo por el cuál pedirán un asesoramiento legal. “Voy a pedirle al Secretario de UATRE que nos dé una mano con el abogado del gremio”, explicó Arroyo, confirmando que hasta el momento ningún miembro de la familia fue citado a declarar y que las únicas novedades que pueden obtener le llegan a través de los medios o la policía.