La generación de electricidad para abastecer a la industria es un problema que se reconoce a medias
La capacidad de generación de energía y los requerimientos industriales son tema de preocupación a nivel local porque las condiciones de radicación de empresas para la producción fabril no siempre son las mejores. Coopser y el gobierno buscan financiamiento para instalar, de manera provisoria, el transformador de 30 megavatios en la estación de rebaje de ruta 191 para dar previsibilidad al sistema de abastecimiento. La fábrica de pastas que no fue, un caso testigo.
La situación energética en San Pedro está casi al límite. El consumo residencial bajó por los aumentos de tarifas y las necesidades industriales son una preocupación para todos los actores: si una empresa quisiera instalar una planta fabril hoy en la ciudad, la problemática relacionada con la generación de electricidad estará sobre la mesa y será parte de las cosas a poner en la balanza para la decisión final.
Sin energía no hay industrialización posible y un plan de generación de empleo que pase por la atracción de empresas de esas características parece poco viable. Incluso en una coyuntura como la actual, en la que pequeñas, medianas y hasta grandes fábricas, de las que no cierran o se achican, buscan trasladarse a un lugar donde las condiciones sean más favorables.
San Pedro, desde hace mucho tiempo, tiene una deuda pendiente con el tema energético, que no resolvió la instalación de una termoeléctrica en la ruta 191, que después de todo poco tiene que ver con el abastecimiento local hasta tanto se cumpla el plazo en el que podrá incursionar con su oferta en el mercado.
Coopser tiene como objetivo, en su estatuto, “instalar o propender a la instalación de industrias con la finalidad de lograr el mejor aprovechamiento de la energía eléctrica y potencia disponibles”. Su último proyecto ambicioso en la materia es la creación de una nueva subestación transformadora, para lo que ya hizo inversiones millonarias.
El transformador de 30 megavatios adquirido por Coopser tiene como destino la “Estación Transformadora San Pedro Industrial”, para lo que también compraron un terreno, pero necesita financiamiento que el gobierno local se comprometió a gestionar. En algún momento se habló de alrededor de 500 millones de pesos. Todavía lejano, el tema tiene una vía alternativa, para la que también hace falta mucho dinero, que es la instalación provisoria en la estación de rebaje de ruta 191, que permitiría incrementar la capacidad de abastecimiento para industrias, cuyo costo ronda entre los 17 y 20 millones de pesos.
La fábrica de pastas de Maxiconsumo
En abril de 2016, antes de que comenzara una reunión con intendentes de la segunda sección electoral, Cecilio Salazar recorrió junto al representante de Maxiconsumo, Claudio Rosso, el predio donde funciona el centro de distribución de esa empresa hipermercadista, en la ex Tupperware. Ese día, Salazar anunció la instalación de una fábrica de pastas secas en San Pedro, que finalmente fue montada en General Rodríguez.
El sábado, en Sin Galera, salió al aire Mario Ronseblum, gerente comercial de Maxiconsumo, quien adelantó algunos aspectos relacionados con la charla que darán este miércoles a comerciantes locales para ofrecerles la adhesión a la Red Minicosto (ver página 6). En ese marco, dijo que desde que fabrican sus propios fideos notaron que la diferencia en los precios es muy importante, a pesar de que es el mismo producto que ofrecen otras marcas. Mientras analizaba ese punto, habló de la fábrica de pastas secas que la empresa montó en General Rodríguez, la misma que había sido anunciada para San Pedro.
Tras la nota con Rosemblum, el abogado Daniel Spirópulos, en cuya casa se hizo el anuncio de la instalación local de la planta, contó que aquel día decidieron informarlo en la conferencia de prensa y sin aviso previo porque “era un hecho consumado”. Sin embargo, no pudo ser.
Habían anunciado que una máquina italiana que costó más de 8 millones de euros estaba en camino a la Argentina para producir pastas secas y generar alrededor de 100 puestos de trabajo. “Esa máquina italiana estaba en transporte para San Pedro, asignada a San Pedro, el espacio estaba aprobado porque reunía las condiciones de superficie, altura del techo, de estructura, todo. Era un galpón acorde, con la inmediatez de estar al lado de la planta de distribución”, recordó Spirópulos.
“Habíamos hablado con Cecilio, con los directores, era todo óptimo, la inversión era segura, habíamos estado con el intendente, era un hecho consumado, pero la incapacidad de energía eléctrica fue todo”, señaló al abogado. Ni siquiera era un problema porque las tarifas fueran caras, sino porque “no había capacidad para abastecer a la planta” por parte de Coopser, dijo. La salida sería una inversión millonaria no prevista: instalar una subestación transformadora propia.
“No había tiempo para hacer una inversión, porque estaban con la máquina para instalar y se fueron a General Rodríguez. El intendente estaba muy entusiasmado y puso todo a disposición, pero eso no lo podía resolver”, dijo Spirópulos.
Durante la última semana de mayo de 2016, un conflicto en la construcción del hotel Azar Spa reveló que no habría fábrica de pastas. La apoderada de la empresa, Adriana Bosco, denunció penalmente a la Uocra, que en ese entonces conducía Horacio Azzoni, por “aprietes”, “amenazas” e “impedir el acceso de los trabajadores”. En ese marco, la abogada dijo que Maxiconsumo iba a desistir de la inversión en la fábrica de pastas a raíz de ese conflicto.
El tema generó preocupación y el intendente recibió en su despacho a los concejales de todos los bloques. El secretario de Gobierno, Silvio Corti, calificó de “desesperante” la decisión de la empresa por las “dificultades” para generar “ofertas laborales” y reveló que el propio Salazar había convencido a Víctor Fera de hacer la inversión en San Pedro.
En agosto, Fera acompañó a Salazar en la Fiesta de la Ensaimada y, en ronda de prensa, aseguró: “La fábrica de pastas en San Pedro no va a ser posible por una cuestión de energía”.
La versión de la cooperativa
El presidente de Coopser, Pablo Peralta, y el síndico suplente, Oscar Silva, coincidieron ante la consulta de La Opinión en que “nunca se hizo una consulta a Coopser respecto de si había capacidad o no” para instalar la fábrica de Maxiconsumo.
“De hecho, capacidad hay”, aseguró Peralta este lunes y sostuvo que la potencia instalada es suficiente, aunque “en los días de mucho calor” puede haber dificultades. “Sí es un problema a futuro que hay que solucionar, pero no es que una fábrica no se puede abrir por eso”, afirmó.
Consultado sobre el plan de instalar el transformador de 30 megavatios de manera provisoria en la estación de rebaje de ruta 191, confirmó que es “necesario para no tener que pedirle a las empresas que bajen potencia los días de calor” y que la última reunión por el tema fue hace unos diez días.
Para esa instalación, una obra que demandaría alrededor de nueve meses, hace falta dinero. Desde el gobierno calcularon que serán entre 17 y 20 millones de pesos. En la Municipalidad no son tan optimistas como Peralta. Aseguran que la capacidad de abastecimiento para lo que hay “está al límite” y que emprendimientos como el hotel Azahar Spa, la incubadora de Coto en Gobernador Castro y la papelera de capitales chinos en ruta 1001 necesitarán potencia que hoy no está.
En cuanto a las dificultades que podría tener una industria para instalarse en San Pedro, en la mesa chica del intendente consideran que, dependiendo del lugar y la potencia, hay quienes no podrían avanzar.
El plan de llevar el transformador de 30 megavatios que llegó en 2017 –costó alrededor de un millón de dólares– a la ruta 191 de manera provisoria para reemplazar uno de los dos de 15 mw que hay allí necesita, como se dijo, financiamiento.
Para ello, el gobierno local hizo gestiones en la Secretaría de Energía de la Nación, donde les explicaron que no hay planes de crédito para ese tipo de obras, y en Provincia, donde el camino todavía está por desandarse.
La idea, de todas maneras, es articular para que haya un “esfuerzo conjunto”: a los fondos que podría conseguir la Municipalidad y a un crédito que podría solicitar Coopser, se sumaría la posibilidad de que las empresas que ya están instaladas y que requerirán potencia hagan un aporte significativo –millones de pesos– que oficiaría como una “compra anticipada” de energía para garantizar la obra.
En todo este entuerto hay algo que no se dice en voz alta pero que también se piensa intramuros de Palacio: Coopser no acompaña la política del gobierno de facilitar la instalación de empresas generadoras de empleo. En Pellegrini 150, cada vez que hablan del tema, muchos ponen el mismo ejemplo: hubo una empresa que pagó más caro la obra relacionada con la electricidad para su planta que el terreno donde la montó.