La familia del incendio en el barrio Hermano Indio perdió todo y se tuvo que ir de la casa
Amanda Frutos y sus hijos de 2 y 3 años vivían en una precaria casilla de chapa y material que se incendió este martes por la mañana, de manera accidental cuando los niños jugaban con un encendedor que encontraron. Las pérdidas fueron totales. La joven de 20 años se fue con los chicos a la casa de su cuñada. Se quedó sin muebles y sin ropa. Por la emergencia sanitaria, también se había quedado sin trabajo.
Este martes, pasadas las 10.30 de la mañana, el barrio Hermano Indio volvió a ser noticia por un conflicto que involucró a vecinos y policías, en medio de corridas, disparos con postas de goma, trabajadores de prensa agredidos y disturbios.
Pero todo eso comenzó porque en el pasillo del barrio hubo un incendio que fue accidental y cuyas llamas consumieron todo lo que había en la precaria vivienda que habitaba Amanda Fátima Frutos, de 20 años, y sus hijos de 2 y 3.
El fuego comenzó cuando los chicos manipulaban un encendedor que encontraron en la casa de chapa y material en la que residían. Mientras jugaban, encendieron un colchón y el incendio fue invevitable. Rápidamente el foco ígneo se expandió por la habitación principal y llegó al resto de la casilla.
La habitación tenía una cama con dos plazas. El fuego alcanzó el baño, la cocina y otra habitación. No quedó nada. Los pocos muebles que había, un televisor, la ropa, todo fue consumido por las llamas. "Perdió todo lo que tenía", dijo una familiar de Frutos.
Los bomberos controlaron el fuego y lo apagaron. "Era una casilla de chapa, mampostería y nylon, los ladrillos no tenían ni cemento, logramos apagar el fuego rápidamente, no fue una tarea complicada, el problema es que no había ventilación", informó el bombero a cargo, Luis Silva.
En medio de los disturbios que protagonizaban otros vecinos del barrio, el responsable de la dotación de Bomberos resolvió retirarse. Su tarea ya estaba terminada y la situación comenzaba a complicarse para su integridad física.
Mientras tanto, habitantes del barrio les gritaban a la policía y arrojaban piedras. Se escucharon detonaciones de escopetas con postas de goma y hasta hubo agresiones a trabajadores de prensa, entre ellos un periodista de La Opinión, un camarógrafo de la TV local y su cronista.
Amanda Fátima Frutos se fue a la casa de su cuñada, en Ruffa al 1200, con los dos nenes descalzos, sin más ropa que la puesta y sin otros objetos personales.
"Ahora no tiene nada. Ella siempre see la rebusca como puede para que a los nenes no les falte nada, ahora se quedó sin trabajo porque trabajaba en un restaurante de bachera y con esto la dejaron sin nada, no está trabajando", contó su cuñada.
Consultada acerca de si habían tenido algún contacto con personal de Desarrollo Humano de la Municipalidad por asistencia social, la cuñada de Amanda Frutos dijo que "no, con nadie". Desde esa Secretaría, el responsable a cargo, Walter Sánchez, informó que se ocuparían del tema y que estaban por contactar a la familia para abordar su situación.