“No vamos a parar hasta que quede preso”, dijo la familia de Sebastián Miño sobre el conductor que lo chocó
La Opinión estuvo en la casa de Sebastián Miño, "Papacho", como le llamaban sus amigos al joven de 27 años que murió cuando iba en moto con Eric Piquet y fueron atropellados por el profesor José "Tati" Sánchez, que huyó del lugar, fue aprehendido cuatro horas más tarde, cuando encontraron el auto, y ahora esperará el juicio en libertad. "No podemos permitir esto que pasó", aseguraron sus familiares.
En su edición impresa de este miércoles, La Opinión presenta un informe sobre lo que sucedió el domingo a la madrugada, cuando un automóvil Volkswagen Gol conducido por el profesor de matemáticas José "Tati Sánchez, de 32 años, embistió por detrás a una moto 110 en la que circulaban Eric Piquet (29), quien sufrió graves lesiones y se recupera en el hospital, y Sebastián Miño (27), quien falleció tras el choque.
El conductor del auto huyó del lugar sin auxiliar a las víctimas y fue aprehendido alrededor de las 9 de la mañana, cuatro horas después del choque, cuando la policía encontró el vehículo en 25 de Mayo al 200, estacionado afuera de su casa.
El Juzgado de Garantías denegó el pedido del Fiscal Marcelo Manso para que José "Tati" Sánchez permanezca detenido y el lunes recuperó su libertad, condición en la que pemeranecerá hasta el juicio por "homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas", tal la carátula de la causa en la que está imputado.
Ese mismo lunes, familiares y amigos despedían en el cementerio a Claudio Sebastían Miño. Sebastián para la familia, "Papacho" para los amigos, tras un velatorio al que concurrió una gran cantidad de personas que lamentaron la temprana pérdida del joven.
El martes, tras enterarse en Fiscalía que el Juez Pratti había decidido liberar a Sánchez, la famiia Miño recibió a La Opinión en su casa, para la nota que forma parte de la tapa de la edición impresa de esta semana.
"No vamos a parar hasta que quede preso", dijeron en medio del dolor por la muerte de "Papacho" y la excarcelación del conductor que chocó la moto en la que circulaba como acompañante.
"No podemos permitir esto que pasó. El tipo los chocó, los dejó tirados y se fue a dormir a la casa. Por lo menos se hubiera presentado en la Comisaría, confesando lo que pasó, pero no lo hizo", señalaron los familiares del joven fallecido.
Sebastián "Papacho" Miño era un joven tradicionalista, amante de los caballos y del campo, donde trabajaba con animales. Le gustaba participar de domas, incluso como jinete, y hasta tenía interés por las riñas de gallos.
Sus amigos lo recuerdan divertido, compañero, siempre dispuesto a dar una mano y levantar el ánimo del resto. Su sonrisa, sus bromas y sus "locuras" forman parte del inmenso anecdotario que conservan quienes lo conocieron.