La estafa del jabón en Gob. Castro se lava con el tiempo
La imposibilidad de presentar pruebas concretas para embestir contra quien involucró a varios vecinos de Gobernador Castro en una estafa increíble, resta esperanzas a los vecinos de poder recuperar el dinero. La principal responsable de la maniobra se enoja con sus propias víctimas y les recrimina que el tema haya tomado trascendencia pública. Aparecieron panfletos que son adjudicados a algunos de los que perdieron dinero.
La historia está entre las principales de los últimos meses en la apacible localidad de Gobernador Castro. Allí, una mujer conocida y respetada por sus vecinos logró interesar a mucha gente con un proyecto de negocio tentador que prometía ganancias exorbitantes.
El negocio estaba en la compra de jabón en polvo en grandes cantidades aprovechando viajes del flete de su marido y en el envasado y venta de estos productos en supermercados. No había jabón y tampoco el marido sabía demasiado de la cuestión. Solo una adicción compulsiva al juego y la estratégica devolución de algunos dividendos como para mostrar el rendimiento.
La principal acusada por el hecho no fue denunciada porque los propios vecinos que cayeron en sus redes no tienen elementos para hacerlo.
Se interesaron por un negocio “en negro” y pusieron grandes sumas de dinero apostando al éxito de un plan complicado.
Una vez transcurrido el tiempo máximo de paciencia, comenzó a quedar al descubierto la maniobra y sus detalles. El juego estaba detrás de todo y los capitalistas de la inversión en el azar eran varios vecinos de Gobernador Castro.
Más de diez personas “atrapadas” y casi un cuarto de millón de pesos perdidos en una localidad con menos de tres mil habitantes producen un gran impacto, pero ninguna acción judicial. En los últimos días, sobre todo después de que la noticia se publicó en La Opinión, algunos se animaron un poco más, pero no se ha cruzado la barrera del silencio y el temor, por sugerencia de abogados.
Es extraño que los que deban tener cuidado sean los damnificados pero así se sienten quienes además de la pérdida por la estafa, sufren el remordimiento por haber sido burlados en su confianza.
La semana pasada apareció en algunas calles de la localidad un panfleto que acusaba claramente a quien está siendo observada por los perjudicados y con mucho recelo, una de las personas que sufrió la estafa comentó que recibió una dura reprimenda por haber hablado con los medios de San Pedro.
“No me molestes y dejame tranquila que cuando pueda te lo voy a devolver”, le respondió la mujer a uno de los damnificados que osaba reclamarle el reintegro de la inversión que se planificaba con una rentabilidad del 25% mensual.
Está claro que quien pensara en ganar un cuarto de lo invertido en un mes no se hacía demasiadas preguntas sobre el origen del negocio.
Al no haber nada firmado nadie se atreve a hacer nada y además una conocida abogada sampedrina ya está detrás de la “empresaria” orientándola para que salga de este inconveniente con las menores consecuencias posibles.