La Escuela 47 es el blanco
El establecimiento educativo sigue siendo víctima de las andanzas de diversos grupos que destrozan y ocasionan toda clase de desmanes.
No fue para nada bueno el amanecer del 21 de Agosto para la comunidad de la Escuela Nº 47. El establecimiento educativo volvió a ser presa fácil de los violentos, quienes no tienen ninguna clase de reparos ni respeto por la escuela y el comedor del barrio. Un lugar que se construyó con la finalidad de descomprimir la situación de ese sector y aportar mayor infraestructura a los barrios San Miguel y San Francisco de Asís, que son los que rodean al edificio, es vejado de manera constante.
En esta oportunidad se produjo uno de los hechos vandálicos más graves que tenga como blanco un establecimiento educativo. Porque aunque se recuerdan varios, éste supera a los anteriores.
Si bien aún no se han podido recoger datos puntuales sobre lo ocurrido durante la madrugada, se especula que al menos hayan sido entre cuatro y seis las personas que superaron los límites del lugar, desatando una impresionante pedrada sobre los vidrios del establecimiento. Como mínimo se detectaron treinta impactos de diferentes proyectiles que destrozaron los ventanales internos, tanto a lo largo del pasillo que da a los salones, como los que se ubican delante del comedor, lugar al que concurren cerca de 40 chicos diariamente. Además, hace pocos días, al arribar el personal se encontró con el interior del comedor violentado, Los tubos fluorescentes rotos y todas las mesas sucias.
Seguramente, la soledad de la escuela en horas de la noche y la falta de un tapial que delimite el patio con las viviendas, facilitaron las andanzas de este grupo. Nadie escuchó ni vio nada, más allá de la presencia policial a sólo dos cuadras donde se encuentra apostada la custodia del barrio San Francisco.
Esta no es la primera vez que se producen hechos vandálicos en este lugar. Desde su inauguración, en Marzo del 2006, son varios los episodios que han soportado los docentes y alumnos de ese establecimiento. Se han originados robos, rotura de vidrios y hechos violentos. Pero el más grave fue el que se produjo el día en que una docente recibió un balinazo en su cabeza. Durante un día de clases, en horas de la tarde, la maestra se encontraba junto a los alumnos en el patio del establecimiento y recibió un disparo de una escopeta de aire comprimido que la hirió levemente.
Con todo este historial a cuestas, nadie ha tomado medidas para con el lugar, pues no cuenta con serenos en horas de la noche, y todavía permanece el endeble alambrado perimetral que se colocó cuando fue inaugurado.