La Dulcería de San Pedro: la sucesión de un sueño que comenzó hace 24 años
Edgardo Pitzinger creció elaborando dulces con una técnica completamente artesanal. 24 años después, su hijo Nicolás continúa con el legado que le dejó su padre, con el objetivo de expandir su producción.
Aguerrido a preparar dulces desde que era chico, Edgardo Pitzinger los vendía por su barrio para recaudar dinero y así poder viajar o comprarse ropa. Su madre, descendiente europea, solía elaborarlos a menudo. Impulsora de una técnica artesanal, la cual reprodujeron a lo largo de los años.
Si bien en dos o tres ocasiones de su vida por falta de trabajo se dedicó a los dulces, recién en 1996 en la localidad de Ramallo, se enfoco completamente en la producción junto a otra marca, cocinando de a dos hornallas, vendiéndole a los vecinos y a algunos puestos en la ruta.
Fiel a la misma cocina e infraestructura, Edgardo comienza a producir un poco más y decide empezar a viajar a San Pedro para arrancar a vender los dulces allí aprovechando el creciente turismo. Para evitar la frecuencia de sus viajes, su padre le dio una mano para mudarse a San Pedro y armar su propio negocio.
Y de esta manera en 2007 nació La Dulcería. De a poco, granito por granito de arena, pudo colocar un anafe, una olla un poco más grande y así lograr ser, como lo es hoy en día, uno de los mejores productores de regionales en San Pedro.
Lamentablemente, en 2014 Edgardo fallece y La Dulcería quedó en stand by durante nueve meses. Sus hijos no sabían que decisión tomar, dividir las cosas o continuar con el legado. Hasta que uno de ellos, Nicolás decide mudarse a San Pedro junto a su esposa e hijas, para continuar con el sueño de su padre.
Hace cinco años que Nicolás está a cargo del negocio y junto a su mujer y su suegro preparan dulces de excelente calidad con frutas de estación. Dentro de sus manjares, esta la mermelada de durazno, especialidad de la casa, conservas saladas ideales, para acompañar el asado dominguero como tomates a la provenzal, berenjenas y pepinos. También encontrará el más rico dulce de leche para untarlo en una rodaja de pan casero, licores caseros y el membrillo ideal para una pastaflora o pastelitos además de mucho más.
Nicolás fue uno de los beneficiarios del programa “Banco de Maquinarias, Herramientas y Materiales para la Emergencia Social” del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. El Gobierno le otorgó una paila para poder agrandar su producción. “Hoy en día todas nuestras ollas, su capacidad es menor a la que nos puede brindar esta paila que justamente hace muchos años era algo que veníamos analizando pero era algo imposible”, aseguró el dueño de La Dulcería.
Si bien la paila llegó hace diez días, todavía siguen revolviendo olla por olla con los anafes trabajando uno por ya que aún no la pusieron en funcionamiento porque requiere de la compra de un motor, de la instalación de luz y gas, y de que sea 100% seguro para trabajarlo.
No obstante, la semana pasada el intendente Cecilio Salazar visitó La Dulcería y les dijo que se pongan en campaña para ver cuándo lo podían poner en funcionamiento y de cuánto era el costo para ver si les pueden dar una mano.
Para tener en cuenta, los productos son 100% artesanales: usan todo tipo de frutas, obviamente de San Pedro como naranja, durazno, limón, pomelo, zanahoria, sandía, de todo lo que se les ocurra. Cortadas a cuchillo, las frutas son mezcladas con azúcar únicamente, no tienen conservantes ni utilizan químicos.
Además de encontrarlos en fiambrerías, puestos en la ruta y algunos comercios, puede acercarse a su local ubicado en Carlos Gardel 52, abierto de lunes a viernes de 09.00 a 19.00 y los sábados de 10.00 a 17.00
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