La declaración de Galati cambia el curso de la investigación y pone en jaque a Borgo
La odontóloga acusada por estafa prestó declaración indagatoria ante el Fiscal Granda. Acusó a Borgo de pedir facturas truchas y ser el “recaudador para la campaña” de Guacone, lo denunció por falso testimonio junto a otro de los testigos fundamentales y negó toda las acusaciones en su contra. Sostuvo que la causa fue “armada” para perjudicarla, con motivos políticos. La mala relación con Caraballo, su vínculo con Barbieri y los manejos turbios de la administración del nosocomio.
Casi un año y medio después de la denuncia que el administrador del Hospital Roberto Borgo y el exsubsecretario de Salud Julio Caraballo hicieran contra la exdirectora del nosocomio Marina Galati, la Justicia le tomó declaración indagatoria en la causa por estafa que investiga en su contra. Se declaró inocente, negó todos los hechos y apuntó contra todos.
La investigación comenzó con esa denuncia. El testigo fundamental del caso es Pedro Di Mayo, que aparece también como imputado por hacer uso indebido de órdenes de compra con el logo del Hospital y adulterar la firma de Caraballo para adquirir materiales por un valor total de 34.329,86 pesos. Todo ello bajo el tipo de delito “Estafa en perjuicio de la Administración Pública”.
La defensa de Galati
En su descargo, la odontóloga dijo que las actuaciones tuvieron “un objetivo esencialmente político” para provocar su alejamiento como funcionaria “por haber sido designada por el anterior intendente municipal”, Mario Barbieri.
En ese sentido, acusó a Caraballo y Borgo: “No han ahorrado esfuerzos para falsear la información, datos, hechos y además convence a un testigo de que debía presentarse a declarar en mi contra”.
Se refiere al mecánico Angel Fernando Cortés, quien declaró que cambió la correa de distribución del Palio Adventure de Galati y que ella le entregó una orden de compra con la que retiró los repuestos de una reconocida casa del rubro local y que esa orden fue “completada” por la exdirectora del Hospital.
En su defensa, Galati dijo que Cortés “dijo que había que cambiar la computadora del auto, por lo que cobró 2.800 pesos de repuestos” y que “de mano de obra eran $ 800 más”. Allí ratificó lo que publicó este semanario: que todo era una jugada para perjudicarla luego de que Caraballo ganara la pulseada que mantenía con ella producto de una serie de convenios con el Pami que ella quería implementar y que perjudicaría los intereses personales del exsubsecretario y del Círculo Médico.
Durante el interrogatorio dijo que no tenía ninguna casa en construcción, que sí la tenía su madre pero que nunca llegaron materiales de los que se habla en la causa; que nunca adquirió los elementos que figuran allí; y que los encargados del manejo de las órdenes de compra eran Roberto Borgo y la Jefa de Compras, Mirta Scarcelli.
Borgo, Di Mayo
y la recaudación
para la campaña
Galati negó que tuviera algún tipo de relación con Pedro Di Mayo, el constructor de las obras del Hospital que la acusó de entregarle las órdenes para retirar materiales. Al contrario, dijo que el que tenía un estrecho vínculo con él era Roberto Borgo.
En ese sentido, dijo mucho más. Acusó al administrador de irregularidades por las que el Fiscal Granda ordenará el inicio de una cusa penal que investigue esos hechos. “Le pedía facturas truchas (a Di Mayo) o por trabajos no realizados para justificar egresos de efectivo que según Borgo eran destinados al pago de la campaña política a favor del actual intendente Pablo Guacone”.
Declaró además que el funcionario “tenía acceso a los talonarios de autorización para gastos del Hospital” y que ella no. “El pago de ese dinero solía recibirlo José Franzoia, que estuvo trabajando en negro en dicho Hospital, ingresando sin mi autorización, y que estuvo el tiempo que dura la campaña política”, sostuvo.
En ese sentido, sugirió que se haga “un allanamiento y secuestro de las facturas truchas y libros contables de egresos de esa fecha”.
Consultado sobre las declaraciones y acusaciones de Galati, Borgo dijo a La Opinión: “Nosotros teníamos como servicio un personal adicional de mantenimiento, que facturaba Ariel Franzoia (constructor socio de Di Mayo)” y que “era una persona asignada a mantenimiento. Tenía turnos, estuvo un par de meses y se lo discontinuó tras las denuncias”.
“Todo lo que se paga por el municipio está registrado”, aseguró el Administrador. “Galati tenía acceso a compras y a todo el Hospital; era la Directora y autorizaba gastos, que después firmaba e ingresaba yo como responsable de la administración”, agregó.
Borgo se refirió además a la “cuestión política” de la que habló la odontóloga. “Ella habla de que hay intereses políticos, ella no estaba en funciones ya, sé que hay familiares directos que fueron a pagar las facturas. Cuando hicimos la denuncia, un proveedor llamó al otro día de que alguien del hospital había ido a pagar en efectivo, las descripciones coinciden con la mamá de la Dra. Galati. Llamaban del Hospital, que iban a ir a pagar y de parte de la secretaría”, aseguró.
Un sumario en marcha
Marina Galati es empleada municipal y se desempeña como odontóloga en el área de Salud. Tenía un régimen de 48 horas que tras la denuncia le redujeron por decreto a 24. El sumario iniciado en su contra está en etapa de definiciones.
El Subsecretario de Recursos Humanos Daniel Porta informó que Asesoría Letrada dictaminó la “suspensión por 60 días sin cobro de haberes”, mientras dure el paso siguiente. Será la Junta de Disciplina la que deba resolver su situación. En el Ejecutivo consideran que podría ser expulsada del plantel municipal.
En el sumario, la Jefa de Compras Mirta Scarcelli también aparece y fue “amonestada”, puesto que las órdenes de pago robadas estaban bajo su responsabilidad. “La Justicia no resolvió y ellos ya decidieron”, se quejó Galati ante La Opinión y señaló: “Sé que me querían sacar del medio a toda costa, no sé por qué una vez que yo renuncio salen con todo esto, no sé si tendrían miedo de que hable de algo”.
En su declaración indagatoria, la exdirectora del Hospital habló y lanzó serias acusaciones. La escalada podría seguir. Marina Lorena Galati sabe mucho y está dispuesta a contarlo. “Había un montón de irregularidades”, dijo. Borgo, Caraballo, “Yayi” Chaves, Juan Kasta, Gustavo Díaz y el propio Guacone son nombres que aparecen recurrentemente cuando se la consulta sobre qué sucedía dentro del Hospital. Tal vez se anime a más, lo que podría generar un escándalo político de proporciones.
Apriete que no se abolla
El lunes al mediodía, luego de que el abogado de Galati, el Dr. Benito Aldazabal, diera cuentas de lo que su cliente declaró en la indagatoria, la maquinaria de protección política se puso en marcha.
En su declaración, la odontóloga propuso como testigos a dos trabajadores del Hospital: el Jefe de Mantenimiento Daniel Silva y la administrativa del área de Pediatría Betiana Blanco. De la misma manera, propuso a “algún otro empleado que haya trabajado en el nosocomio en el lapso indicado”.
Pasadas las 13.00 del lunes, Galati recibió mensajes vía Blackberry Messenger de Betiana Blanco, quien le dijo: “Marina, ¿vos me pusiste como testigo en la causa? Me acaban de avisar que me pusiste como testigo de Franzoia, que trabajaba acá. Yo no voy a hablar, no pienso meterme”.
Señaló que le había dicho “Roberto”, por Borgo y aseguró: “Si es verdad, sacá ya mi nombre. Todo bien, pero yo no quiero problemas ni pienso declarar absolutamente nada. Demasiados problemas tengo ya”. También le escribió: “No quiero problemas, me sobra con los míos; y menos en algo que nunca estuve”.
En los pasillos del Hospital repiten entre risas y con mucho cuidado que varios son los “especialistas” en “apretar” a los empleados. Sobre todo cuando se ven acorralados.