La crisis energética golpea en San Pedro
Los grandes consumidores tienen planes alternativos para sostener su producción. En el caso de Arcor la planta produce a un 75 por ciento de sus posibilidades. Los residenciales no se salvarán si sigue la ola de frío.
Lejos de los grandes títulos, las empresas sampedrinas cargan su propia cruz, a consecuencia de la crisis energética.
Aquellas que sufrieron el primer impacto durante el 2006, lograron elaborar planes de contingencia y sustitución para no modificar sus tareas y deteriorar el nivel de producción, pero hay otras que han quedado desguarnecidas frente al inexorable avance de decisiones que favorecerán a los consumos residenciales en detrimento de la producción. El alumbrado público también es tema de debate. Los principales voceros de la Unión Industrial Argentina y el sector agrario, se han atrevido a levantar la voz, para exigir que el sacrificio del ahorro sea compartido por los gobiernos provinciales y principalmente la administración central.
Dicen “si quieren que afrontemos todos los costos y la reducción horaria para la producción, que apaguen las luces y los calefactores de las reparticiones oficiales. Que ahorren en alumbrado público para que la población entienda en que situación estamos”.
Estas declaraciones son, sin dudas, las primeras del gran debate que se desatará si continúa la ola de frío y con ella, el poco combustible que debería manar desde todos los rincones de la Argentina.
La suspensión del suministro y la restricción horaria, ya han provocado, en la industria automotriz, en sólo una semana la pérdida de producción de 2.500 autos nuevos. Ese no es el único dato, hay grandes empresas que redujeron el horario de su personal o se vieron obligadas a abonar horas extras para trabajar en los horarios permitidos por la Secretaría de Energía. Esos costos extras “serán trasladados al público” dicen los principales analistas económicos que ya ven en el desabastecimiento que se intensifica en el interior del país, el primer motivo para los aumentos de precios.
“Estamos en los niveles de 1988” dijo el vocero de una de las principales empresas alimenticias del país.
La culpa y el futuro
En los próximos días, el reparto de culpas y la proximidad de las elecciones, harán carrera en los medios. Parece que ni siquiera la oposición está dispuesta a achacarle al menemismo la falta de previsión, puesto que en los contratos de las empresas privatizadas estaban contempladas las inversiones necesarias para garantizar las nuevas obras, pero el congelamiento de tarifas y la cancelación de varios contratos, borraron de las cláusulas todo aquello que pudiese ser advertido por los ciudadanos en desmedro de la imagen del gobierno.
“El campo también va a explotar” sostuvo el referente de una de las principales entidades que agrupa a los productores. El sector más comprometido es el que produce lácteos, pero los “reyes de la soja” tampoco se salvan y los molinos harineros ya han hecho subir varias veces el precio del pan. Saben que las retenciones siguen siendo el principal soporte para el incremento de las reservas de la República y no ven que ese dinero vaya a parar a inversiones que mejoren las condiciones para la producción, sino que se escurren en subsidios a empresas, entidades y sindicatos que pisan fuerte en los pasillos de la Casa Rosada.
Habrá culpables por doquier. Ni Jesucristo se salvará de la falta de previsión que ha quedado demostrada y que se agravará porque las obras que hacen falta demandarán como mínimo, para cubrir las necesidades actuales, dos años.
La triste realidad
En San Pedro, las cosas se están complicando. No solo las estanterías de los comercios exhiben la merma en la producción sino que las entregas de los distribuidores son “a cuenta gotas”. El pan, aumentó como producto de la situación de la industria molinera y otros insumos básicos siguen aguardando los posibles aumentos que vendrán de la mano de la aplicación de planes de contingencia, en las empresas que no reciben energía.
Afortunadamente, la Coopser aún no se ha visto comprometida a bajar el suministro a las empresas, pero con buen criterio el actual Presidente del Consejo de Administración, Emilio Longueira indicó a este medio que gestionará personalmente cualquier situación que se presente para que no merme la producción y por ende, los puestos de trabajo.
ARCOR: Caso testigo
La Opinión consultó con el Gerente de la Planta que Arcor posee en la ciudad. Pablo Actis pronunció la frase temida: “La situación en la planta Arcor es un poco más compleja que en años anteriores”
“Con el comienzo de los primeros fríos, comenzamos a tener las restricciones de gas que normalmente tenemos todos los años. Esto se ha venido agravando estos últimos días con restricciones a cero, con imposibilidad de consumir nada de gas. Nuestra planta dispone la posibilidad de funcionar con combustibles alternativos, en este caso fueloil”, aseveró Actis.
Señaló además que a diferencia de otros años las petroleras, no están entregando este combustible. “Entrega YPF, nunca nos había ocurrido tener este combustible alternativo nada más que para dos o tres días de producción, por lo tanto la situación esta difícil, tenemos muchas indefiniciones al respecto, no sabemos cuanto tiempo más podemos estar funcionando.!
Al hablar de las pérdidas que implican para una empresa de esta envergadura la falta de suministro de gas, el Gerente indicó que la utilización de fueloil incrementa en dos veces el valor del gas y agregó: “Esto ocasiona, un mayor costo de producción, pero lo más grave sería no poder producir. Sería muy grave, por que al no producir, no se podría producir el dinero para afrontar todos los gastos que tiene la planta. Estamos hablando de mano de obra, de un montón de gastos que normalmente se tienen en el día a día.”
Como dato ilustrativo se puede agregar que el consumo de gas de la planta en condiciones normales es de 60.000 m3 por día y durante la semana que pasó el suministro fue CERO. El fin de semana recibieron 15.000 m3 el sábado, 30.000 el domingo y el lunes 15.000 pero ya se anuncia que vuelven a CERO.
En cuanto al tema del suministro eléctrico, las declaraciones de Actis contradicen la “normalidad” de la que habla la Coopser. Por primera vez, en muchos años “hay una restricción, hubo una restricción durante el horario pico, que ahora se ha extendido, desde las 16:00 a las 12 de la noche. Hay una merma de alrededor de un mega, estamos hablando de un millón de kilowatts, en ese horario. Por ahora, esto es así y esto también equivale a una restricción de la producción y por ende, algunos clientes que no podrán ser atenidos debido a este tema. En el tema de la electricidad no hay soluciones alternativas”.
Pese a que Arcor genera su propia electricidad en su planta de Arroyito, en el caso de San Pedro no hay alternativas y la única es, justamente, bajar el nivel de producción.
Al ser consultado por las consecuencias actuales en las restricciones, el Gerente señaló que se nota en la imposibilidad de satisfacer la demanda. Si bien por ahora no han hecho recortes en los horarios de los empleados de la planta recalcó “La planta de San Pedro esta funcionando a full, excepto en ese horario de las 16 a las 24 que esta a un 75 por ciento aproximadamente. Esperemos que le podamos encontrar la solución a este tema por que hacen a la posibilidad que nuestro país no pueda seguir creciendo”.