La conservación del patrimonio arquitectónico en San Pedro: un desafío global con soluciones internacionales
Javier Silva, exsecretario de Gobierno y exsecretario de Obras Públicas de la Municipalidad, analiza la problemática suscitada tras la presentación de proyectos para construir departamentos en edificios históricos del centro de la ciudad.
Por Javier Silva*
La conservación de los edificios históricos es un tema central en muchas ciudades alrededor del mundo, especialmente cuando esos edificios constituyen un patrimonio cultural que define la identidad de una comunidad.
En San Pedro, un debate reciente ha resurgido debido a los proyectos que buscan transformar casonas históricas en nuevos departamentos.
Este fenómeno, lejos de ser una peculiaridad local, refleja una tendencia global que enfrenta la dicotomía entre el progreso y la preservación del patrimonio arquitectónico.
La problemática en San Pedro
En San Pedro, la preservación del casco histórico ha generado intensos debates. Por un lado, los proyectos que buscan transformar casonas centenarias en departamentos modernos han causado controversia, especialmente cuando la intervención supone la alteración de la estructura original de los edificios.
Algunos defienden que las fachadas deben ser conservadas mientras que los interiores pueden adaptarse a nuevos usos. Sin embargo, la preocupación por la pérdida de identidad y la amenaza a la memoria histórica es fuerte entre aquellos que consideran que la ciudad perdería su esencia si estos edificios desaparecen o son modificados irreparablemente.
El conflicto no sólo es de índole estética o cultural. También hay un componente funcional, como se menciona en diversas publicaciones periodísticas, donde se señala que San Pedro enfrenta problemas de infraestructura como presión de agua, perdidas y saturación de sus redes cloacales.
La construcción de nuevos departamentos en el centro histórico podría agravar estos problemas, lo que alimenta el miedo de que el crecimiento desmedido afecte la calidad de vida de los habitantes.
Soluciones internacionales para la conservación del patrimonio
A nivel mundial, diversas ciudades han implementado soluciones para equilibrar el desarrollo urbano con la preservación de su patrimonio arquitectónico. En Europa, especialmente en ciudades como París, Roma y Barcelona, la preservación del casco antiguo es una prioridad.
Estos lugares han adoptado leyes estrictas de conservación que protegen los edificios históricos mientras permiten ciertos desarrollos, como la restauración de fachadas y la renovación de interiores con materiales y tecnologías modernas que no comprometen la estructura original.
En Estados Unidos, proyectos de renovación en lugares como Nueva York y Boston han demostrado que es posible adaptar edificios antiguos para uso moderno sin perder su valor histórico.
Esto se logra mediante la implementación de incentivos fiscales y subvenciones para propietarios de edificios históricos, además de un estricto control por parte de las autoridades locales.
La solución para San Pedro: infraestructura y conservación
San Pedro, al igual que muchas otras ciudades, se enfrenta a una encrucijada. Si bien el progreso es necesario para satisfacer las crecientes demandas de la población, la pérdida de su patrimonio arquitectónico puede significar la desaparición de un aspecto fundamental de su identidad.
Como solución, la ciudad podría considerar modelos de conservación utilizados globalmente, como el de mantener las fachadas de los edificios históricos mientras se permite la rehabilitación interior. Además, se podrían establecer incentivos fiscales para los propietarios que se comprometan a restaurar y mantener sus propiedades históricas.
Es crucial que cualquier desarrollador privado que invierta en San Pedro también se comprometa a mejorar la infraestructura de la ciudad, especialmente en lo que respecta a los servicios básicos como el agua y las cloacas.
En este sentido, el Decreto 0284-2023 de la Municipalidad de San Pedro establece regulaciones específicas para garantizar que las nuevas urbanizaciones cuenten con una infraestructura adecuada.
Según lo estipulado, los desarrolladores tienen dos opciones para el suministro de agua potable: instalar una red cerrada con tanque y bomba mantenida por un consorcio hasta que el Municipio la absorba, o conectar la urbanización a la red pública asumiendo los costos de extensión con posibilidad de recupero económico.
En cuanto a las cloacas, el decreto exige la instalación de una planta de tratamiento modular que podría ser compartida entre desarrollos vecinos o la conexión a la red pública con mantenimiento a cargo del Municipio. También se permite la implementación de biodigestores para el tratamiento de las aguas servidas.
Si estos criterios se aplican rigurosamente a los proyectos en el casco histórico, se podría garantizar que el crecimiento urbano no sobrecargue la infraestructura existente y que los desarrolladores contribuyan a mejorar los servicios públicos de la ciudad.
Además, la inversión en infraestructura y en la conservación del patrimonio arquitectónico generaría importantes beneficios económicos para San Pedro.
La ejecución de obras de restauración y mejoramiento del entorno histórico podría convertirse en una fuente de empleo local, beneficiando a trabajadores de la construcción, arquitectos y especialistas en restauración.
A su vez, impulsaría el mercado de materiales de la construcción, promoviendo el crecimiento económico y el fortalecimiento de comercios locales relacionados con el sector.
Conclusión: la necesidad de actuar antes de que sea tarde
Si no se toman medidas efectivas para preservar los edificios históricos de San Pedro, existe el riesgo de que muchos de ellos se derrumben con el tiempo. La falta de intervención podría resultar en la pérdida irreparable de patrimonio cultural que define la ciudad.
La experiencia de otras ciudades demuestra que es posible encontrar un equilibrio entre el progreso y la conservación. San Pedro tiene la oportunidad de seguir estos ejemplos, adoptando soluciones que permitan el desarrollo urbano sin sacrificar su legado histórico.
Sin embargo, esto debe ir de la mano con un compromiso por parte de los desarrolladores privados para mejorar la infraestructura de la ciudad, garantizando la sostenibilidad de los servicios públicos. Invertir en la mejora de la red de agua y cloacas no solo beneficiará a los nuevos edificios, sino a toda la comunidad.
Además, la generación de empleo y la reactivación del mercado de la construcción contribuirán a la economía local.
La acción es urgente, ya que el tiempo y el desinterés podrían ser los mayores enemigos de su patrimonio, y si no se toman las decisiones correctas, los edificios históricos de San Pedro, tal como su identidad, podrían desaparecer para siempre.
*El autor fue secretario de Gobierno y secretario de Obras, Planeamiento y Catastro de lal Municipalidad de San Pedro.
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