La historia de la carpa voladora tiene, al final, un desenlace feliz. Una familia de isleros la encontró y la devolvió a los propietarios en Mansa Lyfe.

El domingo la carpa, de esas que se utilizan en la playa para reparo del sol, voló por acción de un remolino de viento. Para sorpresa de todos, la carpa subió y se desplazó por el aire hacia la zona de islas, como protagonista de una escena que quedó inmortalizada en varios videos.

Encontrarla no fue fácil. “Estaba de este lado en la laguna, a 700 metros de mi casa, pero para el monte, para adentro. No se veía. Se tuvieron que subir arriba de un árbol uno, mientras el otro lo buscaba, no se podía ver. Hasta que la encontramos”, contó Silvia a La Opinión.

Junto a Eli y Guagua llegaron en canoa hasta el predio de Mansa Lyfe para hacer entrega de la carpa, prolijamente doblada con sus varillas intactas. Ya en el complejo, la armaron y sus propietarias se tomaron una fotografía para coronar lo que será una gran anécdota.