La Campiña: Un rincón bien sampedrino
Luego de un largo tiempo recibiendo caravanas de turistas, el establecimiento continúa mejorando su infraestructura y ofreciendo nuevas opciones para pasar un día de descanso, aprendiendo y respirando aire puro.
Con aroma a hierba fresca
Actualmente, el establecimiento La Campiña de la conocida pareja de periodistas Mónica y César, cuenta con una sólida infraestructura para recibir visitas, brindando alternativas para pasar un día diferente y llevarse el mejor recuerdo del lugar.
Desde sus comienzos, fueron mejorándose las condiciones edilicias y continuaron sumando confort a la estructura planteada originalmente, que siempre resaltó lo mismos valores: “encontrar un refugio, un cable a tierra, para pasar una tarde diferente”.
Hoy el salón comedor, cuenta con 100 plazas más de las 200 que tenía, con la finalidad de albergar un número mayor de comensales, que puedan instalarse cómodamente y disfrutar de su almuerzo, se anexó además, una galería techada, con piso cerámico que también forma parte del salón principal. El restaurante, se unió con el almacén, allí mismo se sitúa la recepción con mesas y sillas dispuestas para recibir a quienes llegan al lugar, además del comedor se colocan mesas en el parque, al aire libre cuando el buen tiempo lo permite, tanto para almorzar o tomar algo al sol o a la sombra de acuerdo a su gusto o sus deseos.
Una organización distinguida
Uno de los ejes de la organización para un espacio como este, es la excelente preparación para recibir a los contingentes que llegan a pasar el día a La Campiña, existen, aunque no son obligatorias, las visitas guiadas, que la mayoría de los visitantes de Capital Federal o provincias como Córdoba o Santa Fe, acepta porque lo suma como parte del combo sugerido y así darle un valor agregado a la visita.
La visita guiada incluye la proyección de un video institucional que dura 20 minutos, en el cual, Mónica y César cuentan detalladamente el proceso de la planta y cuidado de los cítricos, luego llegará el momento del recorrido por la plantación, la dulcería, el galpón de empaque, el frutillar, invernáculo, huerta orgánica, rosedal y por último la visita donde están las palomas mensajeras.
Al lugar se acercan mucho, los núcleos familiares, porque hay entretenimientos para todos, variando desde el aprendizaje hasta la recreación, los juegos y diversión para los más chicos, se prestan barriletes para remontar, algo que llama poderosamente la atención de los chicos, más aún, a quienes no tienen la posibilidad de hacerlo por temor que se les enganche en cualquier antena o edificio de alto de la gran ciudad.
Cuando llegan los grupos de estudiantes se organiza para su recepción un desayuno con chocolatada y alfajores de maicena elaborados allí, luego comienzan su recorrido por la casita amarilla donde presencian el taller de dulcería, es impresionante, pero allí algunos chicos aprenden o intentan pelar las frutas porque no saben como hacerlo, dejan todo listo y, mientras el dulce se cocina (que lleva un rato largo) ellos comienzan su recorrido por diferentes sectores, se les muestra el sistema productivo desde el nacimiento del fruto, su corola y otros detalles. Al mediodía llega el momento del menú que los chicos esperan: milanesas y papas fritas para todos, luego continúan el recorrido y observan el frutillar y además puede surgir algún taller de huerta; para finalizar la visita se organiza una carrera de palomas que como son mensajeras, la primera que vuelva ganará la competencia con su mensaje en un anillo.
Existen otras alternativas propuestas desde la organización que tiene que ver con otro tipo de eventos, se les brinda a las empresas, por ejemplo para la presentación de un producto o simplemente para que un grupo empresarial pueda disfrutar de un almuerzo en el campo que finalice con un partido de fútbol, por ejemplo.
Como broche de oro, también podrá ser el lugar apropiado para algún evento especial, un casamiento, un cumpleaños o cualquier otro motivo para festejar que amerite este paisaje único, vestido de ocasión para su fiesta.
Las visitas siguen llegando
Normalmente, un sábado podrán llegar entre 800 y 1000 visitantes, que además de realizar la visita guiada, luego disfrutarán de un asadito como Dios manda. Un domingo, el número podrá duplicarse, sobre todo si ese domingo forma parte de un fin de semana largo.
Si fuera un lunes feriado, el promedio del 15 de Octubre, que reemplazó el feriado del 12 de Octubre, llegaron 1.333 turistas para aprovechar el día en el campo.
Los días de semana que se encuentra abierto, salvo los martes que la empresa permanece cerrada, llegan grupos escolares y empleados de empresas privadas que visitan el lugar para una reunión al aire libre con la expectativa de generar nuevas ideas o proyectos o simplemente cambiar de aire y renovarlo, lejos de la cotidianeidad del trabajo rutinario y el smog.
Generalmente, no es el público sampedrino el que visita el establecimiento, llegan grandes contingentes de jubilados, empresas y establecimientos escolares.
{+ Info}
La Campiña, Ruta 1001, (ex Ruta 9), Río Tala, San Pedro
Tel.: 03329-440000/440001
turismo@lacampinia.com.ar; eventos@lacampinia.com.ar
www.lacampinia.com.ar
Abierto: Fines de semana: 10 a 18 Hs.// Días de semana: 12 a 16 Hs.// martes: cerrado.
Todas las tarjetas de crédito y débito.