El martes de la semana pasada cuando La Opinión cerraba la edición 1245, el sacerdote Héctor Molfesa reportó en su cuenta de Facebook que desconocidos habían robado la bicicleta que lo había acompañado por “todas las parroquias y lugares” en los que anduvo “con la misión de llevar a Jesús a todos”.
A las pocas horas un trabajador municipal se comunicó con este semanario para anunciar que había encontrado el rodado en la barranca, pero “un poco rota”. Ni los periodistas de este semanario ni el cura imaginaron que los daños eran tantos y tan importantes: sólo estaba el cuadro, al que los malvivientes habían martillado hasta dejarlo deforme.
La difusión del hallazgo generó que los propietarios de la bicicletería Luján, de Gomendio al 1000, se ofrezcan a repararla. Después de horas de intenso trabajo la bici volvió a rodar. Molfesa agradeció a todos los que desinteresadamente colaboraron en la recuperación y reparación de su tan amada compañera.
