La bendición de un anciano
(Con motivo del Día del Anciano, el 1º de diciembre).
Bendito eres si comprendes que mis manos tiemblan
Y que mis pies se han vuelto lentos.
Bendito eres si te acuerdas que mis oídos ya no oyen tan bien y que ya no entiendo todo.
Bendito eres si sabes que mis ojos ya no ven tan bien,
si no te pones violento porque dejé caer la taza más bonita o porque, por enésima vez, te repito el mismo cuento.
Bendito eres si me sonríes y me preguntas
Por los días de mi juventud.
Bendito eres si me tratas con ternura,
entiendes mis lágrimas silenciosas
y me haces sentir que soy amado.
Bendito eres si te quedas
un poco más de tiempo conmigo,
y si me agarras la mano un ratito
cuando debo entrar solo en la noche,
la noche de la muerte.
Bendito eres y yo,
cuando esté en el cielo,
alumbraré las estrellas para ti.
José Bosmans.
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