Este jueves, en la Asesoría Pericial de San Nicolás, tuvo lugar la operación de autopsia ordenada en el cuerpo del niño de cuatro años que fue hallado sin vida en la pileta de una vecina de la casa donde residía en la localidad de Santa Lucía.

El niño, diagnosticado con autismo, residía en una vivienda junto a sus padres y sus cinco hermanos, entre ellos un bebé. No era la primera vez que cruzaba el alambrado para ir a lo de la vecina, donde “se sentaba en el borde de la pileta” hasta que le llamaban la atención, revelaron fuentes de la causa.

La autopsia confirmó que fue un accidente y que el niño falleció por “hipoxia por inmersión” sin la participación de terceros.

La fiscala Viviana Ramos, que intervino en la instrucción del hecho, había señalado a La Opinión que las tareas de campo de la Policía Científica a cargo del comisario Julio Franco habían descartado la participación de terceros, lo que la autopsia confirmó este jueves.

“Una fatalidad, una tragedia tremenda”, calificó el accidente el secretario de Salud, Pablo Pichioni, este jueves en Radio Cuarentena, consultado sobre el caso y la actuación del personal profesional que conduce.

El funcionario explicó que apenas el sistema de Emergencia de Santa Luía concurrió de inmediato con una médica que “intentó reanimar en terreno, en ambulancia y en el mismo nosocomio, no se pudo revertir el caso y se tuvo que declarar óbito”.

El servicio social de la Secretaría de Salud y personal de Desarrollo Humano interino para la contención de la familia. “Esto genera un impacto emocional muy fuerte”, dijo Pichioni.