La alerta por Streptococcus causó alarma y buscan llevar tranquilidad
Con diez fallecidos y cientos de casos reportados, la ahora Secretaría de Salud de la Nación emitió una alerta epidemiológica que provocó que muchos padres concurrieran al médico para revisara a sus hijos, por las dudas. Los profesionales buscan “bajar la angustia”
Los diez fallecidos en el país por streptococcus y los cientos de casos detectados que son atendidos en diversos puntos del territorio obligaron a la Secretaría de Salud de la Nación a emitir una alerta epidemiológica. En todos los hospitales reforzaron la atención y las medidas de prevención del contagio, pero no pudieron evitar el caos ante la alarma.
La difusión masiva provocó que muchos padres, ante cualquier síntoma similar al que provoca la bacteria, se acerquen a los centros asistenciales para evacuar dudas. El primer día tras la alerta, la guardia de Pediatría del Hospital atendió 180 pacientes. De la misma manera, la demanda aumentó en la guardia de adultos del nosocomio y en el sector privado.
“Estamos prevenidos. Formamos equipo de trabajo con infectología, pediatría, laboratorio y farmacia del Hospital” para abordar la problemática, si aparece, dijo el secretario de Salud Guillermo Sancho.
“Puede aparecer algún exudado positivo. Toda la vida existió eso. Pero casos que se compliquen, no”, dijo el funcionario, que aclaró que no escapa de lo normal que haya casos y que tengan un curso benigno, tal como señalaron especialistas en los últimos días.
En esta época del año suelen aparecer dolores de garganta o cuadros febriles entre los niños y la noticia de los fallecimientos por streptococco obligó a los padres a hacer consultas de manera más rápida que lo habitual. “Está bien consultar a tiempo, siempre y cuando estén los síntomas”, señaló Sancho.
El director de Epidemiología bonaerense, Iván Insúa, dijo que “no estamos en un brote bajo ningún punto de vista” y explicó que ”en Estados Unidos, tienen entre 10.000 y 13.000 casos graves por año, con 1.600 fallecidos, para comparar la magnitud del problema que estamos cursando hoy”.
El sábado, en el programa Sin Galera, la pediatra Francisca Urrutia, una de las profesionales miembro del equipo del consultorio privado Infantia, aconsejó a la población “bajar la angustia”.
En San Pedro, “estadísticas no hay, pero streptococcus hay, porque es normal en esta época del año, pero el problema surge porque hay mucha paranoia y miedo”, explicó la profesional.
“Hay algunos pacientes que tienen las defensas bajas, pacientes con HIV u oncológicos, que tuvieron varicela o gripe, en donde sus defensas están bajas. En estos pacientes es donde el streptococcus puede generar una enfermedad invasiva, que va a inflamar diferentes órganos”, advirtió.
Sin embargo, el gran número de las consultas “han sido por miedo”. “La gente está asustada porque tiene una idea errónea del tema. Ahora hay anginas de cuadro viral: tos, fiebre, moco, conjuntivitis, se brota. Todo junto. Sí necesita control, pero es virósico”, categorizó Urrutia.
Por último, llevó tranquilidad: “No se asusten porque no es una bacteria nueva, no hay un brote de una bacteria asesina. Controlemos para evitar complicaciones usuales sí, pero no se asusten, debemos manejarnos con información”.
El streptococcus pyogenes es una bacteria que se transmite por vía aérea y es una de las principales responsables de generar infecciones de garganta en los niños, como la faringitis o las anginas. También puede irrumpir cuando existen lesiones en la piel, entre ellas la varicela.
Los principales síntomas son fuerte dolor de garganta, faringitis, fiebre alta, ganglios inflamados en la zona del cuello o lastimaduras en la piel, que generalmente suelen comenzar con una ampolla que hace costra color miel y un halo de color rojizo.
Para evitar el contagio es necesario lavarse las manos, estar higienizado, cortarse las uñas, no automedicarse y guardar reposo ante casos de enfermedad hasta 24 horas después de que se vaya la fiebre, tanto en niños como en adultos.
La bacteria puede atacar tanto a niños desde el primer año hasta los seis, pero también se puede dar en bebés de pocos meses hasta los 15 años. También a personas mayores con problemas de defensas o personas diabéticas.