La agencia El Zurdo sufrió el octavo asalto a mano armada

“Qué le pasa a un comerciante si matan a una persona adentro de su local en un asalto?”, se preguntó el propietario de las agencias El Zurdo que este fin de semana sufrió el octavo asalto a mano armada y se mostró realmente indignado por la tibia respuesta de la policía para esclarecer este tipo de hechos.
Es que en el término de los últimos tres años, los dos locales ubicados en Caseros 715 y San Martín y Pellegrini parecen ser los “preferidos” por los ladrones para ingresar y llevarse dinero en efectivo. En la primer agencia, el sábado ocurrió el sexto hecho y en todos ellos el modus operandi de los delincuentes fue similar: entraron armados y simplemente pidieron el dinero de la caja.
José Luis Ullúa, el dueño del comercio explicó que su preocupación es más amplia que la pérdida monetaria que significan los asaltos.
El último sábado por ejemplo, la suma que se llevó el asaltante fue de $ 500 aproximadamente, y afortunadamente nadie resultó herido, pero el resultado podría haber sido otro.
Es que durante el asalto que tuvo lugar alrededor de las 6 de la tarde, se encontraba atendiendo al público una sola empleada acompañada por otra mujer conocida que en ese momento le cebaba mates.
Esta mujer fue la que reaccionó e increpó al asaltante que había ingresado solo y con la cara cubierta por un pañuelo. “No ves los números que salieron hoy, que las chicas no tienen plata”, le dijo al delincuente y hasta habría intentado tomar el termo con agua caliente para defenderse. “Qué me pasa a mí si le llega a pasar algo a esta persona, quién me defiende?”, explicó Ullúa.
En moto y tranquilo
Otra de las empleadas de la agencia se acercó el sábado al local de calle Caseros en el mismo instante en el que el ladrón huía a bordo de una motocicleta Garelli color bordó. Esta mujer, explicó que el joven se había quitado el pañuelo que cubría el rostro y que se trataba de una persona de unos 20 años, morocho y con barba desprolija. “Enfrente había dos vecinos sentados, pero claro, el chico salió tan tranquilo que parecía un cliente más que había ido a jugar”, dijo la testigo.
Aunque con reserva, Ullúa comentó que existían algunas sospechas sobre la identidad del autor pero que por el momento no tenía novedades. Se cree que el delincuente conocía bien el manejo de la agencia porque le pidió a la empleada que le entregara además de los billetes “las monedas” que guardaba en un lugar especial de la caja. También el sujeto se llevó varios tickets de “raspaditas” con premios seguramente con la idea de cobrarlos, y por eso se alertó también a la policía.