JUZGAR Y CONDENAR
No leo con habitualidad novelas, salvo las de García Márquez y Mastreta a quienes sigo envidiando su estilo y capacidad para el relato, la facilidad de hacernos entrar en climas especiales. Sí leo, (y mucho), ensayos políticos, sociales, económicos, religiosos, en fin una suerte de policromía para entender – si se puede – este mundo que nos toca vivir. Tratamos modestamente de sumar nuestros granos de arena y modificarlo para bien. Hemos utilizado en este año 2008 todas las posibilidades que nos permite ayudar a instituciones y personas, con la mirada puesta desde la gente y no desde la posición de “ funcionario”, que es lo peor que le pasa a las personas que acceden a un cierto nivel de decisión: mirar “desde arriba” y hablar de uno mismo todo el tiempo. Basta entonces… El lector sabe que no suelo ocuparme de mi consecuencia, pero me preocupa – y mucho – la suerte del país y de toda la humanidad. Primero SAN PEDRO como es obvio. Y estoy alarmado porque leí in ensayo de José Saramago del día 01 de Noviembre pasado en “Ñ” que titula: “Economía de lesa humanidad”, y refiere al estallido de las grandes corporaciones financieras y el daño irreparable que se las ocasiona a miles y miles de personas, los desocupados en primer término, quienes recibirán subsidios del Estado para malvivir un tiempo hasta que consigan algo, si lo consiguen. Saramago se pregunta – y con razón – si los ciudadanos comunes – todos nosotros – tendrán la satisfacción de ver juzgar y condenar a los responsables de este crimen deliberado por los grandes ejecutivos y administradores de empresas que dicho sea de paso no han sido controladas por el Fisco respectivo de los E.E.U.U. o el país que se trate, es decir la “AFIP” de cada lugar! Les han practicado la vista gorda, como decimos de los cómplices estatales como pasaba aquí con Yabran, ¿lo recuerdan? Coincido en el concepto que son criminales conocidos, tienen nombre y apellido, deben ser juzgados cabalmente. Disculpen que en esta fecha de paz y bondad, en la nochebuena que alumbró a seres luminosos sea en un pesebre o en una casita de campo, hable de cierta oscuridad. Simplemente quiero pensar que no todo está perdido para las personas honestas. ¡Feliz Navidad! Por Elvio Macchia