Breves
Julián Chiorazo, un valiente
A una semana de haber sido conectado a un corazón artificial el joven de 14 años se muestra activo. Habla, pregunta y hasta se sienta en la cama pese a tener cánulas y dos bombas que le impiden movilizarse con normalidad.
“Julián mejora día a día”, repite entusiasmado Mariano su padre y para que no queden dudas de ello completa: “No retrocedió ni un poquito”. Julián, que ingresó a la lista de urgencia del Incucai, espera un corazón que puede salvarle la vida. Debe ser de una persona que pese entre 60 y 70 kilos.
Desde la terapia intensiva del Hospital Garrahan Mariano contó que al cierre de esta edición los médicos trabajaban para “acomodarle la coagulación de la sangre” que debería estar en “tres y medio y hoy se encuentra en ocho”.