Juez Pratti liberó al agente penitenciario que se tiroteó con la Policía
Dos policías que acudieron a un incidente fueron atacados a tiros por un Agente Penitenciario que huía en moto y con la escopeta en la mano. Les disparó y rompió el parabrisas. Los vecinos pincharon las cubiertas del patrullero. El Juez de Garantías denegó el pedido de detención que hizo la Fiscala Ates.
Un hecho de proporciones se produjo sobre el atardecer del domingo en plena vía pública. Una situación por demás de riesgosa, que podría haber sido peor debido al movimiento que había en ese momento sobre uno de los barrios más populosos de la ciudad.
Dos efectivos de la policía local que habían acudido ante una alerta salvaron sus vidas de milagro luego de ser atacados a tiros por un sujeto que resultó ser un Cabo de la Unidad Penitenciaria N° 41 de la ciudad de Campana, identificado como Andrés Paz de 40 años, quien se había visto involucrado en un confuso episodio.
La causa está caratulada como Portación de Arma, Atentado a la Autoridad Agravado, Daños y Abuso de Arma.
El incidente se produjo cerca de las 19.20 del domingo en inmediaciones de Liniers y Cruz Roja, cuando un llamado al 101 alertó sobre un serio incidente que estaba sucediendo en una vivienda del barrio, donde uno o varios sujetos habían efectuado disparos de arma de fuego sobre el frente.
Mientras el patrullero se dirigía al lugar, los efectivos advirtieron la presencia de una persona que huía a bordo de una moto y llevaba encima un arma de fuego tipo escopeta. Rápidamente comenzaron una persecución en la que recorrieron varias cuadras del barrio hasta dar alcance al sujeto. Al verse acorralado, Paz tiró la moto sobre la calle y continuó escapando de a pie.
Imprevistamente todo se transformó en un intenso tiroteo que comenzó Paz al escapar, quien en un determinado momento dejó de correr, se paró, miró en sentido a los efectivos y descerrajó varios disparos hacia el patrullero. Uno de ellos dio sobre el parabrisas del vehículo y lo atravesó por el medio, a la altura de la cabeza de ambos policías. Momentos después lograron darle alcance y reducirlo.
Intervención de los vecinos
Como si esto fuera poco, un grupo de vecinos se sumó al incidente y comenzó a atacar a los policías, quienes por un instante se vieron superados hasta la llegada de refuerzos. El objetivo de las personas era liberar a quien había sido aprehendido y se hallaba dentro del patrullero.
Hubo golpes, amenazas y disparos de postas de gomas para tratar de disuadir a los más exaltados por parte de la policía. Mientras tanto, efectivos trasladaron al agente penitenciario a un segundo móvil. En ese mismo instante, en medio de la tensa situación, una persona extrajo un arma blanca y le produjo varios cortes a los dos neumáticos traseros del patrullero para evitar que este se fuera del lugar.
La llegada de más efectivos hizo que la situación fuera completamente dominada por la policía, quienes decidieron retirarse del lugar con el patrullero en llanta para evitar que los violentos siguieran atacándolo, ya que hasta tendrían intenciones de incendiarlo.
La causa es instruida por la Fiscala Gabriela Ates, quien ordenó secuestrar una carabina calibre 22, dos vainas servidas, cuatro cartuchos del mismo calibre y la moto Yamaha 160 en la que se movilizaba Paz.
Futuro incierto
La situación de Andrés Paz es sumamente complicada y su actividad como Agente Penitenciario la agrava aún más. El imputado, quien en algún momento también fue jugador de fútbol y hasta delegado gremial en una fábrica local, es hermano de Arturo Paz, quien fue detenido la semana pasada acusado de comercializar estupefacientes.
La causa fue elevada de inmediato al Servicio Penitenciario Bonaerense y desde el área de Asuntos Internos se interiorizaron sobre su situación para disponer sobre su futuro como efectivo de la Fuerza en la que se desempeña desde hace ocho años.
Al cierre de esta edición, La Opinión confirmó que el Juez de Garantías Ricardo Pratti denegó el pedido de detención que hizo oportunamente la fiscala Ates, por lo que Andrés Paz quedará en libertad, lo que no cayó nada bien en la comunidad que sufrió el enfrentamiento del agente penitenciario con la policía.