#JuanitaReportera presenta: ¿Cómo fue tu infancia, Rubén Bonetti?
Juanita Lafalce tiene 12 años. Es alumna del colegio San Francisco de Asís. Un sábado vino a La Opinión y Sin Galera, se quedó toda la mañana y planificó una serie de entrevistas con adultos, para saber sobre su infancia y compararla con la de los chicos de hoy, como ella. En esta oportunidad entrevistó a uno de los referentes de la actividad panadera de la ciudad.
– Por Juanita Lafalce
Estuve con Rubén Bonetti, un reconocido panadero de nuestra ciudad, de 77 años. "¿Cómo estás?", le pregunté. “Bien, me alegro que hayas venido puntual”, respondió Rubén, quien aseguró que de chico no se aburría para nada.
"¿A qué jugabas?", consulté. “Eso es lo más importante: a qué jugaba. Era muy solo, vivía en el campo, hasta los 20 años viví en el campo, y jugaba con amigos imaginarios. Según la edad, de 7 u 8 años, hacia camiones y me gustaban mucho los juguetes, era locura que tenía por los juguetes", contó.
"Había hecho un circo, lo tenía todo hecho de madera. Había hecho una máquina que arregla los caminos y la usé para hacer el pozo que lleva el medio del circo, tenía la lona con los palos que la sostenían, tenía 24 butacas, tenía el camión semirremolque, la estanciera, que es la que hacía el recorrido de anunciar al circo, me hacía el recorrido hasta la tranquera y volvía, anunciando el circo, ese era un juego”, relató Rubén.
"¿Veías televisión?", le pregunté. “No había. Se escuchaba una radio con acumulador y había programas y novelas por radio, que tenían un acumulador que se colgaba la antena en un molino, cuando se terminaba el acumulador no teníamos más radio”, me contó.
Le pregunte si le hacían bullying, a lo que respondió: “Sí, me hacían. Una vuelta estaba en el colegio, era chico, llovía, y la maestra me dice 'Bonetti, salga al patio a ver si llueve', y yo entré y le dije: 'Sí, esta piuviznando señorita', entonces todos los chicos se rieron, me cargaron. Después, explicó la señorita: 'Los papás de Rubén son Italianos, y piuvizna es una palabra italiana'”.
"¿A qué edad comenzaste como panadero, tus papás eran panaderos?", quise saber, “No, mi papá era injertador. Los chicos de 8 años se iban con los papas a una quinta, a injertar atrás de los grandes, para hacer las plantitas de limones, de durazno, y ataban la rafia para que los injertos prendieran después. A los 14 años empecé de panadero. Me venía de 5 km a una panadería, acá de San Pedro”, agregó.
"¿Hoy manejas computadora, celular, tablet?", consulté. “No, no, nunca. No es que esté en contra, estoy a favor, y me encuentro que estoy atrasado en el tiempo, pero no lo veo conveniente de estar tanto tiempo con el celular o que se pierda una mesa, una charla", contó.
"Lo que vos haces es importantísimo para saber lo que era una infancia de chico y una infancia de ahora, te digo que cambia el cien por cien. Yo estudie dibujo, soy dibujante de dibujo humorístico, me recibí a los 15 años, ahí me salgo de la pregunta, porque no era niño, pero te quiero decir que había una tira de revista, que era Don Fulgencio, el hombre que no tuvo infancia, que era un personaje que era todo de chico", señaló.
"Yo entro a un bazar hoy a los 77 y soy un chico, porque me encanta las cosas de chicos, y me encantan las cosas modernas pero hay cosas que no me puedo adaptar" dijo y recordó: "Por ejemplo, cuando yo era chico y vivía en el campo, para pedir un taxi no había teléfono, iba a buscar un coche de alquiler”.
"¿Qué mensaje nos podría regalar a nosotros los niños de esta generación?", le pedí. “Seria lindo dar consejos, lo que a mi menos me gusta es la mentira, con una verdad vas adelante, te dicen 'a veces se miente por necesidad', no", dijo.
"Yo era muy creyente. Otro mensaje es que nunca pierdan la fe, tengo la virgen de Lujan, quiere decir que yo no soy ateo y creo en todas las religiones, pero me han desilusionado, y en la vida muchas cosas te van a desilusionar, pero nunca bajes la cabeza, siempre adelante, siempre sé vos, no hay nadie ni nada, el poder está en vos", aseguró.
"Esto que estás haciendo es una monada, es lindísimo, pero tenés que seguir con fuerza, adelante y con lo que te gusta y vas a llegar lejos, y cuidado, siempre cuídate, el lobo está metido en todos lados, hoy más que nunca. Si vas con tu celular en la calle, te lo sacan. Pero ese es otro tema, pero entra en la niñez de ahora, antes no pasaba, pero es la evolución de la vida”, finalizó.
Agradecí a Rubén y a su familia por todo el cariño que recibí, todo el tiempo de charla y enseñanzas que voy a guardar por siempre en mi corazón.