Juan María Morresi: “Tuve sólo 11 años para conocer a mi papá y hoy a los 36, sigo conociéndolo”
En una nota que concedió a La Noticia 1 el hijo del "Pato", fallecido hace 25 años en el circuito sempermanente de La Plata durante una carrera de Turismo de Carretera (TC), lo recordó y admitió que "oír lo que era abajo del auto es lo más lindo que uno puede escuchar como hijo”. El domingo el pasaje que rodea la plazoleta Fray Cayetano Rodríguez fue bautizado con el nombre del ídolo de Chevrolet.
El 27 de marzo se cumplieron 25 años del fallecimiento de Osvaldo "Pato" Morresi, piloto de San Pedro que dejó una huella en el automovilismo nacional y se convirtió en ídolo de Chevrolet. Por ello, su hijo, Juan María, concedió una entrevista a Javier Cappiello de La Noticia 1 donde lo recordó en la previa del acto que se realizó el domingo donde se bautizó con su nombre el pasaje que rodea la Plazoleta Fray Cayetano Rodríguez.
-¿Qué recuerdos tenés de tu papá?
-“En lo personal lo recuerdo mucho y en la etapa deportiva tengo varios videos que nos manda la gente recordándolo. Además del buen padre que fue tanto para mi hermana como para mí, al estar pendiente por nuestro bienestar, me quedo con el cariño que nos brindó pese a sus tiempos y de tener que ir a probar el auto o correr un fin de semana. O tal vez, en su último tiempo, cuando le tocaba viajar por temas laborales, siempre estuvo de alguna manera”.
-¿Cómo era el “Pato” Morresi debajo del auto?
-“Tuve 11 años de mi vida para conocerlo y lo hice en 36, con lo que la gente nos envía y nos fue contando sobre cómo era con la familia y amigos. Nos queda orgullo y tranquilidad más allá de lo que hizo como deportista, sin diferenciar clases podés hablar tanto con gente muy humilde o de otro nivel social y todos lo hacen de la misma manera. Nunca tuve que escuchar algo malo en ese sentido, deportivamente por obviedad le podía gustar a algunos como no, pero oír lo que era abajo del auto es lo más lindo que uno puede escuchar como hijo”
-¿Solías acompañarlo a todas las carreras?
-“Si bien no viví demasiado la etapa del Turismo Nacional porque era muy chico, arrancó su carrera en el Turismo Carretera cuando a mis dos años. Tengo más presente la década del 90, hasta 1994 cuando fue el accidente, lo recuerdo como si hubiera sido hace poco tiempo. La familia solía ir a las mayorías de las carreras, algunas veces se me complicaba porque jugaba al fútbol, pero éramos de acompañarlo”.
-¿Cuál de sus carreras te quedaron grabadas en la memoria?
-Tengo mi preferida y creo que debe haber sido también la suya: la de Buenos Aires en 1990, es la que le gana a Castellano en la horquilla del autódromo por todo lo que significaba en ese momento ‘Pincho’. Coincidía que era un campeón del TC, Ford contra Chevrolet, fue una carrera bastante peleada hasta que con un toque en la última curva termina ganándola. Además, era su primera vez en Buenos Aires, que es como la catedral del automovilismo nacional. Yo estaba en la tribuna con unos amigos, desde donde se veía el ‘curvón del Saloto’ y la ‘S de Ciervo’. Cuando lo vimos pasar por la recta final fue inolvidable. Las tribunas se llenaban de gente, aunque no sé si hoy sucede porque no veo tanto el TC, pero en ese momento tenías que buscar un lugarcito y verla como podías. Ese va a ser mi mayor recuerdo a que el respecta”.
-Contabas que actualmente miras poco el Turismo Carretera…
“Lo miro muy poco, hasta hace unos años atrás, fui a alguna carrera. Pero hoy tal vez no estoy tan interiorizado con el TC, lo que no significa que me disguste. Cuando hay una carrera en la televisión la veo, me refiero a que no me despierto a ver las series ni la final. A veces no se quien está peleando el campeonato. Deje de ver automovilismo hace un tiempo por una cuestión de la vida misma y de uno, no por otro motivo".
-¿Qué sentís cuando en distintos lugares lo recuerdan y le hacen distinciones?
-“En estos 25 años a mi papá le hicieron muchos homenajes a los que me costó mucho ir, por mi forma de llevar el tema. No es por el hecho de ‘ser mala gente’ ni nada por el estilo, sino porque tal vez mi hermana es la más activa con los recuerdos y los reconocimientos como el museo, ella lo lleva de esa manera. Trato de participar cuando lo siento, se hace de corazón”.
-¿Qué sensaciones te generan el reconocimiento del domingo a tu papá en San Pedro?
“Cuando me enteré del nombramiento del pasaje se me puso la ‘piel de gallina’. Agradezco a mi hermana y la gente que ha decidido que esto quede para siempre. Me va a generar una rareza cuando pase por un lugar por el que pasamos a cada rato muchos sampedrinos y vea el cartelito con su nombre, me va a pasar a mi cuando vea que a sus nietos -uno tiene 3 años- le les cuente que esa calle tiene el nombre de su abuelo a quien no conoció y tenga que contarle su historia. Es un orgullo inmenso y esas cosas me dejan pensando en que en esta vida estamos todos de paso, como le sucedió a él y que no es lo que algunos hubiéramos querido. Sin dudas, me hace decir ‘dejó una marca’ para que hoy lo recuerden de esta manera”.
El sampedrino, con 41 años, se accidentó el 27 de marzo de 1994 en el trazado semipermanente del Gran Premio de La Plata de Turismo de Carretera (TC) junto a su acompañante Jorge Marceca y ambos murieron en el acto. Su auto lideraba la competencia cuando chocó contra un talud de tierra.
Morresi nació el 15 de agosto de 1952 y debutó en el TC el 8 de abril de 1984. Su velorio se realizó en el Salón Dorado de la Municipalidad con un gran número de personas tanto de San Pedro como del mundo tuerca que se acercaron a despedir los restos de un ícono del deporte que ahora descansa en el cementerio local.
Desde octubre de 1999 funciona sobre calle 9 de Julio al 100 su museo en el que se exhiben trofeos, elementos usados durante su carrera y el último vehículo que condujo, entre otros objetos.