Joaquín ya tiene cannabis medicinal a través de su obra social
En enero de 2017 La Opinión presentó el caso del primer niño sampedrino que comenzó a ser tratado con aceite de cannabis para paliar las convulsiones que le provoca una epilepsia refractaria. Tres años después y luego de una larga lucha contra la burocracia, la obra social cubrirá el medicamento. Joaquín ya tiene 12 años y transita su vida con total normalidad.
Nadia Oilher y Víctor Pereyra, son los padres de Joaquín Pereyra, el primer niño sampedrino en utilizar cannabis medicinal, quien junto a su familia dio inicio a la lucha de muchas familias por su derecho a que el medicamento sea cubierto por una obra social.
En enero de 2017, La Opinión presentó el caso de Joaquín, quien debía convivir con al menos 200 convulsiones diarias que eran provocadas por una epilepsia refractaria hasta que sus papás y los médicos encontraron una gran solución, que traería aparejada un gran camino de logros y desánimos.
“Es una droga, no vamos a decir que no. Pero, ahí, muchos tendrían que tener la parte humana de entender qué tan necesaria es para una persona. Yo lo veo feliz, antes era un zombie”, es la frase que utilizaban entonces como antesala para compartir la experiencia.
Los Pereyra Oilher fueron la familia número 76 para los registros de ingreso de aceite de cannabis al país. El sábado, nuestro medio fue nuevamente testigo de otro avance en esta historia de lucha por los derechos de un niño y de una familia, que como cualquier otra, merecen tranquilidad y felicidad en sus vidas: “Ahora sí. Ya en mis manos, podemos decir que nuestro dolor de cabeza llego a su fin. Aceite de cannabis en nuestras manos”, contó la madre de Joaquín.
“Finalmente la obra social, en nuestro caso, se hizo cargo de todos los gastos”, confirmó Nadia Oilher. “Si bien creo que hay otras obras sociales que también se hacen cargo, pero creo que por reintegro, nosotros logramos no tener que pagar nada. Que para nosotros es un montón”, comentó, emocionada, en diálogo con Sin Galera.
No se trata solo de un logro personal o familiar, sino que este avance le da esperanzas a otros cientos de pacientes que aún continúan en odisea por conseguir la medicación de manera gratuita o al menos a mitad de costo, ya que el monto que deben abonar por apenas un frasco de cannabis medicinal suele ser superior a los 1000 dólares.
Entre tanta emoción, Nadia comentó que actualmente Joaquín vive su vida con total normalidad, que transcurre su escolaridad junto a sus amigos y que, además, la familia se agranda y tendrá, en los próximos meses, otro hermanito.
“Estamos contentos. Costó, pero lo logramos. Hoy mi vida son mis hijos y estoy completamente dedicada a ellos”, añadió la madre.