Joaquín Gil, tras ser agredido en Chivilcoy: “No recuerdo entre que me senté en la cancha y me llevaron al hospital”
El árbitro que fue impactado en su cabeza por una botella lanzada desde la tribuna donde estaban los hinchas de El Linqueño de Lincoln durante su visita a Independiente el domingo en la final de ida de la región Pampeana Norte del Torneo Regional Federal Amateur habló con La Opinión y admitió que se "mareó", "no veía bien" y perdió la "estabilidad". "En el hospital tuve que firmar un alta voluntaria para poder venirme a San Pedro a trabajar. Llegamos a las 4.00 y 4.30 me fui a la fábrica", relató el joven que, además del informe para el Tribunal de Penas del Consejo Federal realizó la denuncia en la comisaría.
Joaquín Gil está tranquilo y, recuperado del botellazo que sufrió en su cabeza el domingo en Chivilcoy mientras arbitraba Independiente frente a El Linqueño de Lincoln en la final de ida de la región Pampeana Norte del Torneo Regional Federal Amateur, dialogó con La Opinión sobre lo sucedido en el campo de juego que derivó en su traslado en ambulancia a un hospital donde fue asistido y, posteriormente, realizó la denuncia en la comisaría que se adjuntará al informe que deberá entregar al Honorable Tribunal de Penas del Consejo Federal de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA),
Sobre el momento en el que recibió el proyectil, explicó: "Siento el impacto en la sien, me agarro la cabeza con la mano y tenía sangre. Los jugadores me dijeron que tenía sangre también. Me empecé a marear, perdí la estabilidad, no veía bien y me senté en la cancha. Me atendieron dos médicos, uno de cada club, y no recuerdo entre que me senté en la cancha y me llevaron al hospital".
Mientras sus asistentes Santiago Banegas y Damián Bertolini suspendieron el cotejo, en el nosocomio Gil fue sometido a diferentes estudios que constataron presentó, según señaló, "traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento". "De a poco me fui recuperando y tuve que firma el alta voluntaria porque debía estar 24 horas en observación. Le pedí por favor a los médicos que me dejen ir porque hoy tenía que trabajar", agregó el joven quien arribó a San Pedro a las 4.00 del lunes y media hora después se subió a un colectivo que lo traslado a Zárate para cumplir con su labor en una fábrica.
En Chivilcoy, dirigentes de Independiente se acercaron a acompañarlo al hospital mientras que los de El Linqueño se comunicaron con él vía telefónica el domingo por la noche. Incluso, el vicepresidente le pidió "disculpas" porque la botella fue lanzada desde la tribuna donde estaban los hinchas de su equipo pero le admitió que será "imposible" reconocer a quien la tiró porque "había mucha gente". Además, contó que se solidarizaron el Jefe del Departamento Arbitral del Consejo Federal, Gustavo Bassi, quien fue que lo designó para impartir justicia en el cotejo al igual que otros colegas y el exréferi Sergio Pezzotta.
Por último, aseguró que en la previa el juego "estaba tranquilo" y que el visitante se "empezó a sentir perjudicado" luego de la correcta expulsión de Hugo Palmerola por agredir sin pelota a un rival. "Desde ahí protestaron todo con más vehemencia. En el momento previo me acerqué a asistir al arquero de El Linqueño porque me dijo que se acalambró y cuando llamé al personal de su equipo sentí el golpe", cerró. Al momento de la suspensión, Independencia ganaba 1 a 0 con un tanto de Martín Gallo.
El reglamento del Torneo Regional contempla que el club cuyos hinchas provoquen la suspensión de un partido perderá la serie. En la misma sintonía, el de Transgresiones y Penas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) contempla la expulsión, desafiliación y/o pérdida de división para el club que su hinchada agreda a alguna autoridad de un juego y el mismo no pudiese continuar. Si se aplican esos artículos, el club de Lincoln quedará afuera del Torneo Regional Federal Amateur 2019.