Investigan el robo a la sede de UATRE
Fue en Gdor. Castro el sábado a la tarde. El delegado de la seccional fue interceptado y trasladado hasta un campo. Le robaron el dinero destinado a pagar sueldos.
A pesar de los datos existentes y algunas pistas que han logrado reunir quienes investigan el hecho, no se ha podido avanzar demasiado en la investigación del robo que sufriera en la tarde del sábado la seccional UATRE de Gdor. Castro.
Como ocurre cada vez que se produce un hecho de estas características, son varias las versiones y las suposiciones que ganaron la calle rápidamente. Más aún cuando se trata de una comunidad pequeña como es Gobernador Castro.
Evidentemente, quienes protagonizaron el robo, conocían a la perfección los movimientos del delegado Orlando Mendoza, pues este mismo aseguró, “Sabían todo, hasta me dijeron que conocían que en tal lugar viven mis hijos y toda mi familia”.
El delegado fue sorprendido por tres sujetos que se movilizaban a bordo de un auto VW Gol blanco. Fue alrededor de las 15:45 horas cuando partía desde su casa para dirigirse a la sede del gremio, pues es el día de paga para todos los trabajadores rurales.
El auto se cruzó delante de la camioneta de la víctima y dos de los delincuentes armados, lo redujeron con rapidez y se subieron a la cabina del rodado. Apuntando y amenazando a Mendoza, lo obligaron a tomar por diferentes caminos hasta llegar al principal acceso a la localidad en sentido a la Ruta 9. Allí, desviaron su recorrido y se introdujeron en un monte cercano al establecimiento de la firma Tauterys. El barro reinante en el lugar producto de la lluvia caída durante la madrugada, jugó a favor de Mendoza, pues la camioneta se encajó y no pudo seguir su marcha. “Pensé que me mataban”, dijo la víctima. “En un momento se comunicaron con el delincuente que se movilizaba en el auto, y les decía que ya sabían lo que tenían que hacer una vez que llegaran al campo”.
El delegado fue atado de pies y manos, y abandonado junto a la camioneta en medio del campo. Los delincuentes se llevaron algunas pertenencias y alrededor de 30.000 pesos que tenía en su poder, para abonarles a los 210 empleados que aguardaban cobrar esa tarde.
Como pudo, Mendoza se puso de pie y se fue desplazando a los saltos hacia el camino por donde habían transitado. Allí, hizo señas a quienes pasaba por el lugar hasta que lo socorrieron. Al tomar conocimiento sobre lo acontecido, la Policía local montó un operativo cerrojo con la colaboración de los demás destacamentos pero todo fue en vano, ya que no se supo más del VW Gol blanco en que se trasladaban los delincuentes.