Investigan el caso del dueño de una bóveda que pagó a empleados del Cementerio sin pasar por las vías oficiales
La subsecretaria Legal y Técnica, Paola Basso, informó que a raíz de la revelación que hizo el propietario de una bóveda respecto del pago a empleados del Cementerio para reducir cadáveres sin pasar por los canales oficiales habrá una instancia presumarial para analizar los hechos. Si amerita, harán sumario administrativo y denuncia penal.
El Gobierno municipal instruyó un presumario para investigar si hay acciones irregulares que habiliten sumariar al personal que se desempeña en el Cementerio local luego de que el propietario de una bóveda contó en el programa Sin Galera que había sorteado los canales oficiales para reducir cadáveres y que había pagado “más barato” pero directamente a los empleados de la necrópolis.
La subsecretaria Legal y Técnica del gabinete, Paola Basso, confirmó a La Opinión que a partir de la publicación de la nota en la que se reprodujeron las palabras de Eduardo Gómez, un hombre de 83 años oriundo de Ramallo y último heredero de Clodomiro Gómez, fallecido en 1905, instruyeron la etapa presumarial ante la sospecha de que podría haber hechos que implican irregularidades desde el punto de vista laboral.
También podría haberlas desde lo penal, puesto que si se comprueba lo que dijo Gómez estaríamos ante un típico caso de cohecho, en el que un funcionario —para la ley los empleados públicos lo son— aprovecha su rol para percibir un dinero que lleva a sus bolsillos a cambio de algún tipo de favor relacionado con sus labores cotidianas.
Todo comenzó cuando en la tumba de Clodomiro Gómez, ubicada a pocos metros del acceso principal de la necrópolis, apareció un cartel escrito a mano que decía “Vendo”. Un empleado le contó a La Opinión que el dueño de esa bóveda familiar había decidido vender a raíz de los constantes episodios de vandalismo que se suceden en el Cementerio.
El sábado, Eduardo Gómez salió al aire en Sin Galera y contó que, en efecto, él vive en Ramallo y que su bisabuelo Clodomiro había adquirido en el siglo XIX el terreno para construir esa bóveda con capacidad para decenas de féretros. En 1905 falleció y hasta 1980, aproximadamente, depositaron allí restos de diversos miembros de la familia de este poderoso hacendado dueño de una gran cantidad de hectáreas en el partido que linda con la localidad de Gobernador Castro.
“Como soy el único heredero que queda de la familia, hablé con el encargado del Cementerio para ver qué se podía hacer. El último que había muerto hacía 40 años, me explicó que se podía hacer una reducción y si tenía interés se puede vender la bóveda”, explicó.
Decidido a vender, consultó en la Municipalidad vía telefónica. Allí le informaron que para desocupar la bóveda debe reducir los restos y que se paga por cada ataúd. El costo de cada reducción es de 3600 pesos. Gómez dijo que el presupuesto que le pasaron era de 70 mil pesos, lo que da cuentas de que tendría alrededor de 20 féretros dentro de la construcción.
La modalidad habitual para la reducción es la siguiente: el interesado debe consultar en la Municipalidad, donde le dan una planilla con la que debe concurrir al cementerio. Una vez allí, el personal revisa la tumba en cuestión y le informa si los cuerpos están en condiciones de ser reducidos y pasar al osario.
Gómez reveló que además del camino por las vías legales había otra opción, más económica y “no oficial”. Así lo reveló: “Si se hace vía legal se paga en el cementerio, si no se paga fuera del cementerio, al encargado”.
“Yo pagué en efectivo, no me dieron recibo ni nada. Yo lo hice por fuera de la Municipalidad, con personal del Cementerio”, contó Gomez, lo que provocó un verdadero revuelo porque por primera vez alguien contaba a viva voz lo que muchos decían que ocurriría en el Cementerio pero nadie se animaba a denunciar.
“Si yo iba a la Municipalidad, era tanto por cajón y me llevaba a 70 mil pesos. Yo averigüé con personal del Cementerio, me salió más económico y me quedó lo mismo: los cuerpos fueron al osario y la bóveda me quedó libre”, precisó Eduardo Gómez en Sin Galera.
A raíz de la publicación de La Opinión, el Gobierno ordenó instruir una instancia presumarial para establecer si hay alguna irregularidad que amerita un sumario administrativo que, de ponerse en marcha y comprobar lo que dijo Gómez que sucedió, podría costar puestos de empleados municipales y hasta cargos políticos.
Este martes ocurrió un hecho muy llamativo: Eduardo Gómez vino a San Pedro desde Ramallo y se presentó en la Municipalidad para informar que tenía intenciones de reducir tres cadáveres de la bóveda familiar que tiene capacidad para más de 20 y de la que el sábado había dicho que había sido liberada totalmente tras pagarle “en negro” a los empleados municipales del Cementerio.
“Es una irregularidad terrible, lo que se denunció”, consideró Basso, a quien también le llamó la atención que Gómez apareciera el martes prácticamente con la intención de enmendar lo que había revelado el sábado.
“Nosotros vamos a investigar, porque no lo puede haber dicho así tan gratuitamente”, aseguró la subsecretaria Legal y Técnica del Municipio. “Nunca habíamos tenido denuncias de que en el cementerio se cobrara”, sostuvo la abogada.