Inundaciones recurrentes siglo XXI: la historia se puede repetir en otras cuencas
El hidrogeólogo ambiental Enrique Hopman analiza el temporal de lluvias ocurrido en los últimos días en la región. Causas, consecuencias y el riesgo de que vuelvan a ocurrir fenómenos similares en el futuro cercano.
Por Enrique Hopman*
Este año 2025 después de un periodo de seca de más de tres temporadas, y el último año de precipitaciones “normales”, la provincia de Buenos Aires, sobre todo, ha sido receptáculo de temporales de lluvia de tintes catastróficas.
Puntualmente, a principios de marzo Bahía Blanca sufre un desastre natural por inundaciones causando graves daños y 18 muertes y miles de evacuados ante la caída de mas de 290 mm de agua en 12 horas, sobre la cuenca alta del arroyo Naposta, que recoge agua de las Serranías de la Ventana y que recorre de la ciudad, y por experiencias se sabe que no soporta mas de 30 mm sin desbordarse, como en 1933 y 1944.
Para ello se construyó, durante el gobierno de Perón, el canal aliviador Maldonado y dragado y ensanchamiento del mencionado curso de agua. El Servicio Meteorológico Nacional había emitido alertas por lluvias intensas, pero la magnitud del evento superó las previsiones.
En tan sólo unas horas, la ciudad de Bahía Blanca recibió alrededor de 300 milímetros de precipitación, un volumen equivalente al promedio anual de lluvias en la región. Las obras, evidentemente, si bien funcionaron durante casi 80 años, no estaban calculadas para este caudal.
Los dias 16 y 17 de mayo último, fue el extremo opuesto de la provincia, el Norte-Noroeste, en 30 localidades se vivió algo parecido, pero en una extensión más regional y aun no son mensurables los daños totales ni si hubo víctimas.
Hasta horas de la tarde del sábado 17 la cantidad de agua caída en las localidades principales era: Zárate 402 mm, San Antonio de Areco 401, Arrecifes 360, Cap. Sarmiento 349, Baradero 335, Salto 323, Capilla del señor 266, Lima 265, Delta del Paraná 241, San Pedro 212.
¿Como impacta esto en la región?
En esta región, no hay serranías, aunque si, estamos en la Pampa ondulada, con lomadas y pequeños arroyos y ríos que desaguan, con cierta velocidad hacia el rio Parana. Las cabeceras de estos ríos han recibido un gran caudal y han inundado ciudades como Chacabuco, Rojas, Salto, Carmen de Areco, San Antonio de Areco, Arrecifes.
Acá agregamos un ingrediente que se esta viendo en los últimos 20 años. En los campos aledaños a estas cuencas, se ha cambiado el paradigma de la siembra
de especies vegetales. La siembra directa omite labrar la tierra, dejando los restos de la cosecha anterior.
Tiene sus beneficios, pero se ha visto que disminuye la infiltración del agua de lluvia, en especial cuando son copiosas. Los administradores de los campos, previenen esto, haciendo canales clandestinos para drenar el exceso hidrico y estos excesos terminan engrosando los caudales de cañadas y arroyos tributarios de las cuencas.
Se ha visto que ante lluvias como las de mayo de 2025, estas cañadas se han desbordado de tal manera que se transformaron en mares que cubrieron rutas provinciales y nacionales aislando poblaciones que habitualmente, no sufren de estas catástrofes.
En las ciudades, tanto en la alta cuenca y con mas motivos en la baja cuenca, se han recibido caudales inusuales de agua y estos arroyos y ríos desbordan su cauce principal, buscando inundar su valle, labrado en épocas de lluvias extraordinarias, durante miles de años.
Aquí se encuentran con que estos valles, en los últimos años, se han ocupado con barrios, parques industriales y otras construcciones antrópicas que obstaculizan aun mas el normal drenaje del exceso de lluvia.
Se han visto barrios de Campana, Mercedes, Chacabuco, Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco, Salto, Arrecifes y Zarate que se han construido en lugares con cotas muy bajas en relación a la de los cursos cercanos, lugares en los que no se debe permitir construcciones de ningún tipo.
Esto se ha hecho igual, seguramente debido a la especulación inmobiliaria y falta de planificación urbana. En otros lugares se ven barrios o parques industriales que se han basado en relleno de humedales o bajíos, que incluso, tienen varios metros de altitud sobre el entorno, que no se ven afectados por la inundación, pero que si perjudican a las construcciones aledañas y son un problema mayor para el drenaje normal de los cauces.
A esto se suma una casi inexistencia de un sistema de alerta temprano, y sobre todo a la falta de coordinación de los Comités de Cuencas, que involucra a Municipios, provincia, Nación y organismos descentralizados, incluso profesionales, cuyas opiniones, generalmente, no son tomadas en cuenta.
-No hay sistematización en las reuniones y tampoco una propuesta concreta de trabajo con las distintas cuencas.
-Hay que tener en cuenta que la cuenca hídrica se compone, además, de los acuíferos subterráneos, que abastecen al 100 % de las poblaciones de este sector de la provincia de Buenos Aires de agua potable, industrial y riego. La Autoridad del Agua es la responsable de autorizar y monitorear la extracción y la posible contaminación, junto al Ministerio de Ambiente, de estas fuentes de agua.
-Urge, por lo tanto, que los Comités de Cuenca de los ríos Areco, Arrecifes, Lujan, y Arroyo del Medio, y del resto de la provincia, comiencen a actuar, para planificar todas las obras superficiales que afecten a los cursos y las extractivas de agua para consumo, industrial y/o riego.
Los responsables nacionales, provinciales y municipales más los sectores representativos de las distintas actividade y profesionales deben trabajar en conjunto y diseñar políticas publicas tendientes al manejo integral de estas cuencas antes que estos hechos se repitan.
-En las ciudades, hace faltan obras de desagües pluviales en barriadas alejadas drenar el agua que llega de los campos a través de cañadas, arroyos y ríos. Todo esto es parte de la planificación del uso de la tierra en forma conservativa.
-En cuencas como la del Rio Lujan, desde la ciudad de Mercedes aguas abajo, hasta su desembocadura en el Rio Paraná de Las Palmas, se han construido en zonas de inundación y bañados (humedales), entre otras cosas, Barrios privados, previo relleno con varios metros de tierra, elevando la cota artificialmente lo que impide la absorción por parte de estos humedales del exceso de agua.
Este problema se observa en menor medida, pero con un futuro similar, en el resto de las cuencas.
El futuro, en un marco de exceso de lluvias, pronostica más catástrofes naturales de este tenor, indudablemente.
*Licenciado en Geología (UNLP), hidrogeólogo ambiental (UBA)
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