Intimarán a Farallón para que haga reparaciones en ruta 1001
Inspectores de Vialidad Nacional recorrieron el tramo Río Tala-San Pedro para relevar el estado de la traza. También estuvo el representante de la empresa Farallón, Juan Pomposiello. La constructora será intimada a hacer las reparaciones pertinentes, ya que todavía no fue firmado el final de obra. En 2015, el ingeniero había dicho que se necesitaba una tarea más profunda.
El estado de deterioro de la obra de repavimentación de la ruta 1001 es ostensible en diversos tramos del camino que une San Pedro con la ruta 9 a través de Río Tala. Este viernes, personal de Vialidad Nacional informó al gobierno local que intimará a la empresa Grupo Farallón a que haga las reparaciones pertinentes.
Inspectores del organismo nacional que contrató la obra en 2015 y la ratificó en 2016, con el cambio de gobierno, recorrieron el camino para certificar las zonas donde el pavimento cedió y aparecieron baches que implican un verdadero riesgo para quienes transitan. El intendente y funcionarios del gobierno también estuvieron en la recorrida.
De la recorrida formó parte Juan Pomposiello, el ingeniero representante de Grupo Farallón, la empresa que deberá hacer las reparaciones indicadas por Vialidad para que se pueda certificar el final de obra, a un año de las últimas tareas en el camino, lo que implicará, además, cobrar dinero que todavía no percibió.
La repavimentación, tarea que estuvo a cargo de la empresa nicoleña IARSA, subcontratada por Farallón —la misma firma luego ganó todas las licitaciones de pavimentación urbana y hasta la fallida de ruta 191—, no duró mucho y el deterioro hoy se observa en diversos puntos, sobre todo en el carril que va hacia Río Tala.
En 2015, antes de que el concejal Fabio Giovanettoni —que estaba a cargo del Ejecutivo por renuncia del intendente Guacone— traspasara el gobierno a Cecilio Salazar, Farallón advirtió que su estudio técnico respecto de lo que había que hacer en la ruta era distinto al de Vialidad provincial.
La empresa propuso una obra de mejor calidad y más cara, pero ni el gobierno saliente ni el que llegó aceptaron la propuesta. Para no convocar a una nueva licitación, lo que implicaría demoras en el comienzo de la obra, Vialidad nacional decidió mantener el contrato vigente.