Intentó ocupar la casa del abusador de su hija
Durante unas horas, entre el jueves y el viernes de la semana pasada, un hombre en compañía de sus 5 hijos ocupó una casa en el nuevo barrio Arcor. La noticia cobró relevancia y ribetes confusos puesto que intentó tomar la casa que hasta el martes había ocupado un hombre de 60 años acusado de abusar sexualmente de una de sus hijas. Argumentó que había tomado esta determinación porque no cuenta con una vivienda y que a esa casa “a alguien se la tienen que dar porque quien le hizo esto a mi hija va a quedar preso”.
La semana pasada la policía informó haber recibido la denuncia por parte de los padres de una menor de 12 años, quienes alertaron a las autoridades que la pequeña había sido abusada sexualmente por un hombre mayor de 60. El aberrante hecho tuvo lugar el martes a la tarde, en una de las viviendas del nuevo barrio Arcor y la Justicia comenzó a investigar de inmediato atendiendo los relatos de la menor y de su entorno más cercano. Luego de los exámenes médicos a los que fue sometida la pequeña, el abusador quedó detenido en la comisaría de nuestra ciudad. Recientemente la Municipalidad le había otorgado una vivienda tras dejar la casa que ocupaba en el bajo puerto.
Esta lamentable situación, es el antecedente de otro hecho protagonizado por la familia de la niña y que deja al descubierto interrogantes que al menos merecen ser investigados en profundidad.
Dos días después de la denuncia, una decisión del padre de la menor implicada, puso en duda el hecho, aunque su madre expresó públicamente que fue ella quien rescató a su hija del interior de la casa donde había sido introducida por la fuerza.
Lo que resulta increíble de esta historia, es que la niña volvió a la escena de los hechos en compañía de sus cuatro hermanos puesto que su padre decidió ocupar la casa del detenido argumentando “que a alguien la Municipalidad se la tiene que dar porque quien le hizo esto a mi hija, va a quedar preso”. Eduardo, tomó esta determinación el jueves y tras romper la cerradura de la puerta principal ingresó y pasó la noche allí. El viernes por la mañana y pese a la custodia policial decidió trasladar a sus hijos, entre 3 y 14 años, y unas pocas pertenencias.
Expresó a este medio que conocía de vista al abusador de su hija porque compartió algunas “changas” en el puerto y que la decisión la tomó porque debe devolver en el corto plazo la precaria casa que habita, también en la zona del puerto. Comentó que tras los hechos, su ex esposa le había pedido que se hiciera cargo de los pequeños y que al no poder llevarlos a su casa, optó por tomar la casa del detenido. “Para mi no está mal, porque yo necesito una casa y deben dársela a alguien que la necesite como yo”, expresó.
Contó también que la policía le había confirmado que podía ocuparla y que por eso avanzó con el traslado.
Rápidamente los vecinos del barrio comenzaron a esgrimir sus opiniones sobre los hechos y exigieron a la policía una mayor intervención “porque sino acá puede tomar la casa cualquier persona sin derechos”, comentó una vecina.
El viernes por la tarde, efectivos policiales trasladaron a Eduardo con sus cinco hijos a la comisaría donde le comunicaron que debía dejar la casa puesto que sino debían labrar actuaciones por usurpación.
Alertado de esta situación desistió de seguir ocupando la vivienda y entregó a su ex esposa a los hijos que lo acompañaban, entre ellos la pequeña de 12 años, que tras la intervención de la UCEFF comenzó a recibir la contención psicológica que se recomienda seguir en casos tan delicados.