Inspectores por un día
Un periodista de La Opinión, se tomó el trabajo de realizar la tarea de inspector de tránsito por unos minutos. Estas fueron sus primeras conclusiones, tras meses de aguardar cambios en una de las áreas más complicadas del Municipio.
Es notable y de público conocimiento el malestar que provoca la desorganización en el tránsito de nuestra ciudad. No hace falta ser un experto para ver con sólo transitar caminado, en bicicleta, moto o automóvil que la situación esta cada vez más complicada.
No podemos dejar de admitir que casi el cien por ciento de la culpa es nuestra, por circular como lo hacemos, sin respetar la más mínima norma de tránsito. Pero también hay que fijarse en un punto no menor; ya que si las personas encargadas y responsables de controlar y multar el mal desempeño de los conductores hiciesen su trabajo mejor, el número de accidentes disminuiría notablemente.
Es por esto, que desde este medio quisimos comprobarlo y así decidimos quedarnos tan solo por veinte minutos en una de las esquinas más transitadas de la ciudad (Mitre y 3 de Febrero). Pudimos comprobar lo siguiente: dos fueron los automovilistas que pasaron un semáforo en rojo, quedando en franca desventaja con quienes circulan en moto, ya que fueron nueve los que no respetaron la señal que impide el paso. Para no ser menos, más de 30 ciclistas, cometieron la misma infracción.
En contramano
Ahora bien, cambiemos de contravención y pensemos en circular en contramano. Aquí, los conductores son un poco más precavidos, ya que los números bajan considerablemente ubicándose en uno, uno y tres respectivamente.
Sí, la cantidad es menor, pero atentos, estamos hablando de una contravención mucho más importante que provocar graves accidentes. En el caso del auto, fue además, uno de los que había pasado en rojo, después estacionó, realizó sus actividades en la zona e hizo un giro en “U” y media cuadra en contramano, ¡En Mitre y Tres de Febrero!
Las motocicletas, merecen un capítulo aparte, ya que son, sin duda, uno de los vehículos más utilizados en San Pedro, además de ser protagonistas de casi todos los casos de accidentes de tránsito. Con tal de llegar al lugar indicado, toman en contramano, por las veredas, saltando cordones e incluso viajando con varios chicos a bordo.
Estadísticas y datos:
Según la Asociación Civil Luchemos por la Vida, en lo que va del año, 7.557 fueron las víctimas fatales en todo el país. Si lo dividimos por los 243 días que lleva el 2007, resulta que son 31,09 las personas que mueren por día en la República Argentina.
Si queremos ser más específicos sobre los datos de la provincia, 3.062 fueron las víctimas fatales en territorio bonaerense en 2006. Lo que significa 8,38 personas por día y 255,16 por mes.
Sólo porhacer una mínima comparación, Buenos Aires quema en vidas, más de las que se perdieron en el local de Cromagnon repleto cada treinta días. ¿Quién será el Chabán de esta catástrofe?
En la ciudad, afortunadamente el número de muertos en accidentes de tránsito, suma un porcentual importante anualmente, pero es incalculable la cantidad de heridos de distintas categorías y daños por semana. La pregunta es ¿cómo se puede frenar la situación?
Las soluciones no son sencillas, pero hay que pensar en comenzar a implementar algunas. Muchas iniciativas de concientización han fracasado y planes muy rutilantes como el propuesto por Traverso, quedaron rápidamente en la nada.
Por sobre todas las cosas faltan multas y sanciones, como las que se aplican no sólo en otros países, sino en provincias y ciudades de nuestro país que han logrado bajar sensiblemente sus índices de accidentes. En algunos casos, los apercibimientos se suman hasta llegar a dejar sin carnet de conductor al infractor reincidente.
Muchos piensan que la medida es antipática, pero simplemente es por la seguridad de todos, ya que quien debe oblar una multa o quedarse sin carnet, recordará perfectamente cuáles son las reglas que no debe violar.
Quien desee verlo desde el lado económico y un poco más frío, puede sacar cuentas. Una multa por estacionar en doble fila, cuesta $ 75. Imagine la cantidad de ingresos que podrían obtenerse de las 47 infracciones que nosotros registramos en sólo veinte minutos, en los que permanecimos en una esquina de la ciudad. La misma plata podría servir para financiar charlas explicativas y programas preventivos.