Inseguridad alimentaria: ¿Derecho o mercancía?
En cuanto a las necesidades fundamentales del ser humano para poder crecer y desarrollarse, podemos pensar en el oxígeno, el abrigo y el alimento. El oxígeno es un bien no apropiable privadamente, todos pueden acceder a él; la falta de abrigo adecuado o el exceso de calor afectan a gran parte de la población, pero generan poca mortalidad y pocas enfermedades. El alimento es fácilmente pasible de apropiación privada y de mercantilización, es el bien cuya carencia o cuyo acceso limitado es lo que está generando la mayor cantidad de sufrimiento en el planeta y grandes índices de desnutrición.
Históricamente, a partir de la llamada Revolución Industrial, las sociedades complejizaron su organización socioeconómica produciéndose, en lo que refiere a seguridad alimentaria, un pasaje de la esfera privada de la unidad doméstica hacia la esfera pública de mercado. Al naturalizarse su intercambio en el mercado, el alimento se convierte en una mercancía.
Ante ésta situación, es preciso definir a la seguridad alimentaria como la posibilidad de que todos los seres humanos puedan alimentarse de acuerdo con lo que su mensaje genérico y su actividad física les demanda; la inseguridad alimentaria sobrevive cuando por una causa u otra el ser humano come menos que lo que su naturaleza le exige y como resultado deja de crecer, se enferma o muere. En términos macro, no debería existir en el mundo inseguridad alimentaria. El alimento se produce a escala mundial, sin embargo la producción no está destinada a alimentar a la población y hay grandes desigualdades en las condiciones de acceso entre personas y Pueblos, esto remite a que el alimento es tomado como una mercancía para el consumo de quien pueda pagarlo, no como una necesidad y un derecho de las personas.
Florencia Ferro – Técnica en Minoridad y Familia, MP 13357