Inquietud por la reiteración de asaltos a mano armada
*Todos estamos preocupados y algunos optan por callar la angustia de un hecho grave, temerosos de represalias. *En pocos días, en el centro y en los barrios han surgido episodios que parecían alejados de nuestra ciudad y que retornaron con violencia. *Algunos ladrones actúan impunemente a cara descubierta y otros recurren a las capuchas. *Los que denuncian, ofrecen desde detalles puntuales de rostros y vestimentas, hasta pruebas de cámaras de video pero todavía no hay detenidos. *La policía concurre al llamado pero parece maniatada para encontrar una solución. *El Jefe Distrital dice que con algunas detenciones puntuales “bajaría el índice de delitos” y algunas fuentes señalan a delincuentes de otras ciudades que llegan con datos precisos de “amigos” conocidos en prisión. *Desde la Municipalidad se pedirá una mayor atención al Ministerio de Seguridad y el envío urgente de nuevos patrulleros.
¿Qué se necesita para parar los asaltos a mano armada que están ocurriendo casi diariamente en San Pedro?
¿Está la policía capacitada y cuenta con las herramientas suficientes no sólo para identificar sino también para conseguir las pruebas que permitan mandar por algún tiempo a los responsables a la cárcel?
Entre la angustia y la preocupación que domina a la ciudad y a sus vecinos, que refuerzan sus controles y modifican sus rutinas, surgen estas y otras inquietudes.
Los robos a mano armada, con gente que no se pone nerviosa y que llega buscando una suma precisa, algún elemento de valor puntual o van a la caja de un comercio que maneja “buena caja” brotaron en los últimos días como una afrenta a la propiedad individual que parece condenar a todos los vecinos a la resignación, el silencio y hasta el “agradecimiento” porque “al menos,” no pegan.
No en todos los casos la violencia está ausente y se esperan novedades de hechos de días pasados en los que los delincuentes no sólo se encargaron de revolver casas enteras sino también de intimidad a las personas llegando incluso hasta niveles de flagelo.
De los hechos denunciados, hay por lo menos tres o cuatro mas en comercios de los barrios con personas atemorizadas que no denuncian o piden que la policía no haga público su caso.
Los hechos tienen diferencias pero también varios aspectos en común aunque la policía no reconoce hasta ahora que tengan una relación directa entre sí.
Al cierre de esta edición, nadie había sido detenido pero la policía contaba con datos importantísimos que tendrían que posibilitar una rápida resolución de algunos casos. De todas formas, y aunque los autores fueran detenidos, los damnificados no albergan esperanzas de recuperar las sumas perdidas porque es casi imposible que el dinero pueda ser hallado.
“Eso está descartado desde el minuto posterior al que te das cuenta de lo que te pasó”, dijo uno de los damnificados.
“Son 15”
No ha sido cómodo el desembarco de Eduardo Rolleri al frente de la Policía Distrital. ¿Quién dijo que lo fuera, no? Sin embargo casi de la mano con su llegada brotaron hechos de este tipo. Dejando de lado las especulaciones que suelen apuntar a internas policiales y a modalidades delictivas que pueden desplegarse con mayor o menor medida dependiendo de quienes estén a cargo, el propio Rolleri no esquiva el problema y trata de analizar las razones de este mal momento.
Reconoce de entrada que “es realmente grave la cantidad de hechos que están ocurriendo”, por la violencia y el uso de armas que se denuncian.
“Hemos reforzado el servicio de calle para tratar de ir resolviéndolos. Algunos se han resuelto, pero la idea es que no ocurran más”, dijo.
Rolleri recordó que en todos los casos existen sospechosos. Por ejemplo, en el caso Deboglio se está esperando la resolución de la fiscalía pero tendrían pistas más que firmes, y en otros se está trabajando en el mismo sentido. “Pedimos colaboración a la Brigada de San Nicolás, porque la parte investigativa es de ellos, aunque por cuestiones de sobrecarga de algunas tareas nos ocupamos nosotros”, reconoció también el jefe policial, subrayando que
“tenemos una ola de delitos de violencia con armas, y estamos seguros que los autores de todos son unas 15 personas. Por la descripción que han dado, por la modalidad de acción y por las armas, serían ellos”, explicó indicando que si pudieran ser detenidos, no se terminaría con el delito totalmente pero sí en gran parte.
Muchos de estos sujetos, tienen variados antecedentes y estuvieron presos hasta hace muy poco en la cárcel de San Nicolás. Pero recuperaron su libertad a fin de año, porque como suele ocurrir cada Diciembre, en ese mes del 2005 una treintena de delincuentes sampedrinos fueron liberados.
La conclusión es simple: mientras sigan sueltos el panorama no cambiará. “Pocos de los presidiarios que abandonan la prisión, consiguen trabajo y cambian de vida”, explican los jefes policiales, para reforzar esta lamentable realidad.
Tres casos recientes
El lunes a la noche, en Río Tala, tres encapuchados entraron a la propiedad de una familia que posee un almacén y los encañonaron para robarle dinero y mercadería, por un valor de unos 500 pesos. Una mujer y sus dos hijos, fueron víctimas de maltrato. “A mi nene de 15 años lo hicieron tirar al piso y le apuntaban a la cabeza”, relató la mujer, que dijo que los sujetos estaban tranquilos y que la policía en principio se negó a ir porque le faltaba personal. “Vinimos para hacerle un favor”, le dijo después un efectivo que llegó a la casa.
En la mañana del martes, dos sujetos que habían robado en el bar Los Girasoles fueron detenidos en Bv. Moreno al 200. Fue alrededor de las 7 de la mañana, después que un testigo viera como los ladrones salían del local al que ingresaron tras romper una puerta trasera. Se habían llevado 420 pesos de la caja que se recuperaron porque los llevaban encima cuando fueron detenidos.
Durante el fin de semana, en la localidad de Gobernador Castro ocurrió otro asalto que nadie denunció y por eso no tuvo trascendencia pública. Fue el domingo a la una de la mañana. Tres sujetos entraron armados con una recortada al bar de Carlos Alvarez, ubicado detrás de las vías, y le pidieron el dinero de la caja a los empleados del lugar. Como el dueño no estaba y no pudieron abrir la caja, aparentemente los ladrones tuvieron que conformarse con llevarse unas bebidas y el dinero de las personas presentes. Como el robo es igual al ocurrido el 26 de Febrero en el bar de Leto, en la misma localidad, se cree que podría haber sido una misma banda la autora de ambos hechos.
Blanco fácil
El viernes pasado, la agencia de lotería de Casa Rampoldi fue asaltada por un sujeto de unos 28 a 30 años que llegó en una bicicleta amarilla a las 12,10 horas del mediodía.
En ese momento, el propietario Alfredo Sallustio y otras tres personas se encontraban dentro del local. Detrás del mostrador estaba uno de los empleados, Mateo, y un joven que trabaja con la distribuidora de diarios y revistas de Rampoldi. Además, había ingresado un cliente.
“La pasó peor el chico que estaba de Rampoldi, Javier, que por la confianza que tenemos había pasado atrás del mostrador a jugar un número. Por eso tenía dos pesos en la mano que le ofreció al ladrón. El tipo decía dame la plata, nosotros le dábamos pero nos decía tenés que tener más. Nos apuró bastante, y nos hizo levantar las manos”, relató Sallustio a La Opinión.
El cliente que estaba casualmente en el lugar, también sufrió un mal trago porque en principio no percibió lo que ocurría. “El señor no le daba bolilla porque se pensaba que el chorro era un amigo que estaba contra el mostrador, por eso el hombre se vino para adelante para poner cupones sin premio en la urna. Ahí fue cuando el tipo le empezó a decir “vos viejo, qué querés”, lo empujó y se lo llevó para el rincón”, detalló el damnificado.
“El tipo estaba sacado de gusto, porque nadie se resistió y le dimos todo lo que pedía”, explicó Sallustio. “No estaba ni drogado ni borracho, sabía lo que hacía; era un chorro, bien chorro”.
La descripción del sujeto es de una contextura mediana, pelo bien corto morocho, tez morena y una edad aproximada de 30 años. Vestía una remera gris con vivos rojos y una bermuda, y tenía en general buen aspecto. Portaba un revólver gris corto, que estaba cargado porque el empleado vio de cerca la bala que se hallaba dentro del cargador.
Además, el ladrón descubrió el teléfono inalámbrico que estaba sobre el mostrador y lo tomó diciendo “acá no llama nadie, vayan para atrás”, pero luego lo dejó apoyado sobre un tablero que da sobre la vidriera.
Después de llevarse el dinero, una suma que no fue especificada pero según Sallustio era menor porque correspondía al cambio que había en la caja, el ladrón se subió a su bicicleta y se marchó dando vuelta a la plaza Belgrano.
“En el momento no me acordaba el número de la policía, entonces me acordé de la chica de Telecom. Hice diez metros y le dije llamáme a la policía que nos robaron. Mientras, veía al tipo que se iba. Empecé a caminar por el medio de la calle y veo al policía de la DGI, le hice señas y entonces se dio cuenta que algo pasaba. Se vino corriendo, nos encontramos en la esquina y le indiqué que por el otro lado iba el chorro, así que lo corrió cruzando la plaza a pie”, relató el comerciante.
Esta no es la primera vez que su agencia sufre un robo. Unas dos semanas atrás, un sujeto solo y armado había asaltado a una de las empleadas. “Fue a las 8 y media de la noche. Yo cometo la estupidez de irme antes, y la otra chica que ahora está de vacaciones se quedó para cerrar. Ella estaba sentada detrás del mostrador, en la esquina, entró un tipo y le dijo dame toda la plata, pero fue discreto. Había una persona hablando por celular y otro sentado y nadie se dio cuenta”, explicó.
Ese primer hecho, también fue denunciado en la Comisaría pero no se brindaron demasiados detalles. “Del primer robo no queríamos decir nada pero este último me preocupa. Uno dice a las 20.30, está oscuro, una chica sola, el tipo se tentó. Pero a las 12,10 del mediodía en pleno centro, sabiendo que hay dos policías en la DGI? Además, actuó con violencia, aunque no tenía ninguna necesidad.”
“Clientes” armados
A las 6 de la mañana del domingo dos jóvenes entraron al maxikiosco y bar Exesso, ubicado en Mitre entre Obligado y Ruiz Moreno, en pleno centro de la ciudad. La víctima explicó a La Opinión que eran las seis de la mañana aproximadamente y que estaba solo, lo que seguramente aprovecharon los delincuentes porque anteriormente habían entrado a comprar cigarrillos. Según le indicaron otros testigos, los sujetos habían estado sentados tomando algo en el bar Girasoles y allí habrían esperado el momento para actuar. Aparentaban tener más de 20 años, y entraron a cara descubierta. Uno de ellos saltó el mostrador y otro lo rodeó para reducir al propietario que estaba contando la recaudación del día. A punta de cuchillo, le sustrajeron una suma que tampoco fue especificada pero que según explicó el damnificado le habría permitido pagar el alquiler del local. Los sujetos aparentaban estar al menos borrachos pero su elección del lugar habría sido casual. “Son de estos tipos que pasan y roban. Si no es un kiosco, es a una persona que va por la calle, o a cualquiera. Por eso, ¿quién los para a estos tipos? Están dispuestos a todo”, aseguró.
En este caso, la situación quedó registrada porque el local cuenta con una cámara de video que graba continuamente el movimiento del interior. El propietario explicó que la habían colocado tiempo atrás para vigilar el desempeño de los empleados pero también ahora es una prueba relevante para dar con los autores de este robo.
Lo insólito del caso es que las horas y los días transcurren mientras estos delincuentes siguen libres para seguir evaluando quién será su próxima víctima, sin importar la hora, el momento y la oportunidad en que el atraco tendrá lugar.
10 mil dólares
Esa fue la suma aproximada que habrían sustraído a Fabián Manso, un sampedrino que maneja empresas de instalación de videocable en el conurbano. Manso, de 36 años, regresó a su casa ubicada en el barrio Villa Igoillo alrededor de las 11 de la mañana del Lunes y halló a su tía, de unos 50 años, amordazada y atada a una silla. La mujer había sido sorprendida por dos sujetos armados que entraron a la casa aprovechando que estaba abierta la puerta porque la señora realizaba tareas de limpieza. Los ladrones, que estaban a cara descubierta, “dieron vuelta la casa” en palabras del damnificado y hallaron la importante suma. Según Manso, el trabaja con unas 20 personas de San Pedro que el viernes pasado habían cobrado sus sueldos y con ese dato la policía investiga.
“Yo me estaba yendo a Buenos Aires, volví a casa por casualidad porque me faltaban unos papeles, sentí la puerta abierta, escuché un gemido y me encuentro con ese panorama”, relató el damnificado explicando que en el fondo de su terreno también trabajaba en ese momento un jardinero pero el hombre aseguró no haber escuchado nada.
“Atentos y preocupados”
Tanto el Secretario de Gobierno Juan Almada como el Intendente Municipal se refirieron con pocas palabras pero contundentes a la preocupación que hoy encierra a todos por este mal momento en materia de seguridad. Almada confirmó que las reuniones son constantes y que esperan un mejor rendimiento de la fuerza. Barbieri confirmó el envío de una nota al Ministerio de Seguridad pidiendo con urgencia el envío de tres móviles (ya comprometidos) y dijo que a las autoridades policiales se las observa con buena predisposición para resolver el delito.
No hay comentarios sobre la actuación de la Justicia pero mientras la Fiscalía de San Pedro sigue siendo el proyecto del futuro y la reacción de algunos fiscales es, en algunos casos, inversamente proporcional a la gravedad de los hechos por los que se les pide intervención, el panorama es preocupante. Siguen pendientes también los proyectos anunciados para encarar los problemas de minoridad y una larga lista de magníficas intenciones volcadas a papeles que descansan en algún escritorio, mientras, en este momento, alguien puede estar sufriendo las consecuencias de una peligrosa burocracia en la que no faltan las rencillas políticas.
Amigos y conocidos
En diferentes procedimientos realizados por la policía para el esclarecimiento de hechos del tipo “arrebato” y hasta tenencia de drogas, aparecieron en la ciudad personas con domicilio en comunidades del Gran Buenos Aires que no podían justificar claramente su presencia aquí y que contaban con frondosos antecedentes.
Una fuente calificada y experimentada deslizó que puede haber venta de información. “Delincuentes de San Pedro que libres o desde la cárcel pasan datos sobre quienes pueden ser blancos para posibles asaltos. A veces quienes los visitan les llevan esa información y ellos se la proporcionan a otra gente para que cometa los delitos”, dicen. También señalan que se producen intercambios y que así como algunos que pueden actuar a cara descubierta acá sin que los reconozcan se mueven con facilidad, otros que aquí serían reconocidos se van a robar a otras ciudades.