Infracciones y agresiones en boliches nocturnos
El sábado a la medianoche, la policía realizó un operativo denominado “Nocturnidad” en los boliches que funcionan en la ciudad. Quillash y Don Florencio fueron pasibles de infracciones por la presencia de cinco menores de edad. La Jueza de Paz debe decidir una clausura o sanción para estos comercios. Horas más tarde, tres mujeres acompañadas por un joven, provocaron disturbios en la puerta de un local y agredieron a tres agentes. Otro joven denunció en la fiscalía haber sido golpeado por patovicas y policías esa noche y en el mismo boliche.
La noche resultó “movida” este fin de semana, sobre todo para la policía. En un primer operativo que se hizo a la medianoche, con un despliegue importante porque intervinieron ocho móviles y cincuenta agentes entre el personal sampedrino y el enviado por la Departamental San Nicolás, se labraron infracciones en dos boliches por encontrarse menores de edad en su interior.
Se trata de los locales Don Florencio, ubicado en Pellegrini entre Obligado y Las Heras, y Quillash situado sobre Balcarce entre Ituzaingó y Belgrano. Los efectivos hallaron en su interior a dos y tres menores respectivamente, y los trasladaron a la Comisaría. Tal como ocurre en estos casos, se les comunicó la medida a los padres para que los retiraran, y luego se labraron las actas contra los locales. De todas formas, los comercios no sufrieron clausuras preventivas. Ahora, el Juzgado de Paz tiene la posibilidad de decidir una sanción para estos dos comercios que incumplieron las Leyes que prohíben la presencia de menores en espacios en las cuales se expenden bebidas alcohólicas.
Durante la misma noche, aunque unas horas más tarde, en la puerta de Quillash se suscitó un revuelo que terminó con tres policías lesionados. Los protagonistas fueron tres mujeres y un joven que intentaban ingresar al local sin éxito. Como se inició un pequeño disturbio, una patrulla intervino. Pero los agentes comenzaron también a discutir con estas personas, que ofuscadas, se resistieron a un posible traslado a la Comisaría. Y en el caso de las mujeres, lo hicieron arañando a tres oficiales. Fuentes de la Jefatura Distrital comentaron que una de las agresoras tenía antecedentes por haber maltratado, en una ocasión anterior, a un policía, pero no especificaron su identidad. Finalmente, las tres fueron subidas al móvil y luego identificadas como Elsa Romero de 46 años, Tamara Durán de 25 y Maribel Dotti de 19 años junto a un joven de 21 años. Todos quedaron libres algunas horas después, pero se labró un acta por Atentado y resistencia a la autoridad.
En cuanto a los agentes, una mujer policía resultó con lesiones más visibles porque presentaba rasguños en el rostro. Se trata de la oficial Silvia Caballero, quien estaba acompañada por Franco Griffonetti y Néstor Tursi.
Denuncia apremios violentos
Marcelo Banegas, de 23 años, asentó este lunes una denuncia en la fiscalía local contra el personal de seguridad del boliche Quillash y también contra policías que supuestamente lo agredieron. El joven, que es padre de una nena de un año y se gana la vida vendiendo pan casero por la calle, aseguró a La Opinión que fue brutalmente golpeado en la madrugada del domingo. “Quise entrar al boliche, veía que los que estaban delante de mí entraban todos, pero por ahí me miraron y dijeron que no podía entrar. Pedí explicaciones, y en un momento, uno de los guardias me dice: “Andáte, negro de mierda, andáte de acá”. Le pregunté por qué me decía así, y cuando me quise acordar, dos patovicas saltaron, me empezaron a pegar y me tiraron en la calle”, relató Banegas. Según el joven, los golpes se intensificaron cuando llegó un móvil de la policía. “Me pegaron, me pisaron la cabeza, me duele todo y tengo la cara pelada. Me pusieron las esposas, les pedía por favor que me las aflojen, tengo la marca. Después me echaron de ese gas pimienta en los ojos. Cuando los quería abrir era peor. Pedía agua pero no me daban. Me siguieron pegando hasta que me entraron en el calabozo. Los pibes que estaban presos les decían, por favor, traigan un médico que este chico se está muriendo, pero nunca llamaron a nadie. Según me dijeron, me desmayé varias veces”, siguió relatando. Esa madrugada, su madre se acercó a la Comisaría para corroborar que su hijo había sido detenido. Le dijeron que sí e incluso le habrían confirmado que un médico lo había asistido. “Me largaron a las 12 y media del mediodía. Me sacaron plata, tenía más de treinta pesos encima. Los reclamé pero me dijeron que ellos no tenían nada. No habían hecho constancia de los elementos, ni me sacaron el cinto ni nada. Pedí los datos de los policías que me llevaron, pero no me los dieron. A mí me da bronca porque un día de estos van a matar a un pibe y nadie va a saber nada”, agregó. Banegas aseguró que no suele salir los sábados pero en esta oportunidad, había concurrido con su hermano y un amigo. Pero sus dos compañeros se fueron a otro boliche. “Unos amigos siempre me invitan a este boliche, y por eso yo insistía para entrar, porque sabía que ellos estaban adentro”, explicó.