Fracasó el plan de ahorro de papel y el Concejo dejará de usar las tablets
Los dispositivos habían sido adquiridos durante la presidencia de Barbieri, con el objetivo de ahorrar papel, tinta y tiempo que insume a los empleados imprimir los expedientes para los ediles. Sin embargo, los integrantes del cuerpo no los utilizaron, por lo que volvieron a entregarles los impresos para su trabajo. La presidenta Mónica Otero solicitó a los concejales que devuelvan la tablet, porque "no logró cumpir con el objetivo".
El Concejo Deliberante fracasó en su programa de modernización para el ahorro de papel y pidió a los miembros del cuerpo que devuelvan las tablets que habían sido compradas para que vean los expedientes en ese dispositivo en lugar de tener que imprimirlos.
La presidenta del cuerpo, Mónica Otero, solicitó la devolución de esas tablets, compradas durante el mandato de Mario Barbieri como máxima autoridad legislativa local, porque la herramienta "no cumplió con el objetivo para la cual fue adquirida, dentro del proceso administrativo de eliminación de insumo de papel".
En agosto de 2015, Barbieri había anunciado un plan para promover el ahorro de papel, tinta y horas de trabajo del personal que insumía la impresión de cada uno de los expedientes en el orden del día de cada sesión para cada uno de los 18 concejales y para los secretarios legislativos.
Barbieri con la tablet.
Para ello, pidió presupuestos para la compra de tablets y evaluó que el ahorro se´ria importante, ya que en ese momento el gasto sólo en papel y tinta era de alrededor de 80.000 pesos promedio por año, por lo que adquirir los dispositivos implicaría un ahorro significativo en poco tiempo.
En agosto de 2015, el dólar oficial cotizaba a alredeor de 9 pesos, es decir que esos $ 80.000 significaban unos US$ 8900; el dólar paralelo, por su parte, cotizaba en alrededor de $ 15, por lo que implicaría entonces unos US$ 5333.
Según los valores relativos al dólar oficial de esa época, el ahorro sería hoy de 258.000 pesos; si se toma el blue, poco más de $ 157.500, a la cotización actual, de alrededor de $ 29. Ese dinero es el que dejaría de ahorrarse el Concejo Deliberante a raíz del fracaso del programa de eliminación del uso de papel.
Garavaglia usaba la tablet y Franco llevaba su propia notebook.
En marzo de 2017 compraron y entregaron las tables. Por lo visto, los concejales no se acostumbraron a leer los expedientes, el digesto, la Ley Orgánica, etc. Ni siquiera aprovecharon la oportunidad que significaba tener un dispositivo más para navegar en internet, escribir proyectos, entre otras posibilidades que ofrecía la herramienta.
Las tablets fueron entregadas en comodato, con teclado, funda, protector de pantalla, lápiz, cargador cable USB y auriculares. Barbieri había ofrecido la posibilidad de que los concejales pagaran de su bolsillo el dispositivo y se lo quedaran como bien propio, de manera tal que el ahorro fuera aun mayor.
Desde que asumió Otero, volvieron a imprimir todo.
El plan de reducción de uso de papel y a la agilización del funcionamiento del Concejo Deliberante no dio sus frutos. Los ediles parecen haber resistido el uso de nuevas tecnologías, aunque todos utilizan smartphones, sin excepción en la composición actual del cuerpo.
Desde la primera sesión en la que Mónica Otero presidió el Concejo Deliberante se notó el cambio, ya que retomaron la impresión de los expedientes completos para cada concejal y secretarios legislativos, en lugar de entregarles sólo la carátula, como hasta entonces, cuando se consideraba que el proyecto en cuestión ya habría sido leído.